domingo, 31 de mayo de 2009

SOBRE EL CASO VARGAS LLOSA EN VENEZUELA

OTRA VEZ TENEMOS UN CLARO EJEMPLO DE COMO "LAS EMPRESAS DE COMUNICACIÓN" MANIPULAN LA INFORMACIÓN.
nADIE HA DICHO QUE MUCHOS DE LOS QUE INVITARON A VARGAS LLOSA A VENEZUELA HAN ESTADO EN EL GOLPE DE ESTADO CONTRA CHAVEZ, HACE VARIOS AÑOS. LA PROPAGANDA HACE EL RESTO- LA POBLACIÓN VE EL MUNDO POR PARTES Y SEGÚN QUIEN SE LO CUENTE

Noam Chomsky

Tortura y amnesia histórica (I)

Tortura y amnesia histórica (I)


Noam Chomsky
La Jornada

Los memorandos sobre tortura revelados por la Casa Blanca suscitaron asombro, indignación y sorpresa. El asombro y la indignación eran entendibles; la sorpresa, no tanto. Por principio de cuentas, aun sin investigación, era razonable suponer que Guantánamo era una cámara de tortura. ¿Para qué, si no, enviar prisioneros a un lugar donde estarían fuera del alcance de la ley; un lugar, por cierto, que Washington utiliza en violación de un tratado impuesto a Cuba a punta de pistola? Desde luego, se adujeron razones de seguridad, pero sigue siendo difícil tomarlas en serio. Las mismas sombrías expectativas se tuvieron acerca de los sitios negros, prisiones secretas del gobierno de Bush, y por la rendición extraordinaria, o captura extrajudicial de sospechosos en otros países, y se cumplieron.

Más importante es que la tortura ha sido práctica de rutina desde los primeros días de la conquista del territorio nacional, y continuó empleándose a medida que las aventuras imperiales del imperio infante –como George Washington llamaba a la nueva república– se extendieron a Filipinas, Haití y demás lugares. Tengamos en mente también que la tortura fue el menor de muchos crímenes de agresión, terror, subversión y estrangulamiento económico que han oscurecido la historia estadunidense, como ocurre también con otras grandes potencias.

En consecuencia, lo sorprendente es ver las reacciones a la revelación de esos memorandos del Departamento de Justicia, incluso las de algunos de los críticos más francos y elocuentes del mal gobierno de Bush: Paul Krugman, por ejemplo, quien escribió que solíamos ser una nación de ideales morales y que nunca antes de Bush habían nuestros líderes traicionado en forma tan absoluta todo lo que esta nación ha postulado. Por decir lo menos, esta visión común refleja una versión bastante sesgada de la historia estadunidense.

De cuando en cuando se ha abordado en forma directa el conflicto entre lo que postulamos y lo que hacemos. Un distinguido académico que emprendió esa tarea fue Hans Morgenthau, fundador de la teoría de las relaciones internacionales realistas. En un estudio clásico, publicado en 1964 a la luz de Camelot, Morgenthau desarrollaba la visión convencional de que Estados Unidos tiene un propósito trascendental: instaurar la paz y la libertad en su territorio y de hecho en todas partes, puesto que la arena dentro de la cual Estados Unidos debe defender y promover su propósito ha alcanzado dimensiones mundiales. Pero, como académico escrupuloso, también reconoció que el registro histórico era radicalmente inconsistente con ese propósito trascendental.

No debemos dejarnos confundir por esa discrepancia, aconsejaba Morgenthau; no debemos confundir el abuso de la realidad con la realidad misma. La realidad es el propósito nacional incumplido, como se revela en la evidencia de la historia según la refleja nuestra mente. Lo que ocurría en los hechos no era más que el abuso de la realidad.

La revelación de los memorandos sobre tortura condujo a otros a reconocer el problema. En el New York Times, el columnista Roger Cohen reseñó un nuevo libro, The Myth of American Exceptionalism, del periodista británico Geoffrey Hodgson, quien concluye que Estados Unidos no es más que una nación grande, pero imperfecta, entre otras. Cohen concede que la evidencia apoya la opinión de Hodgson, pero de todos modos le parece que yerra al no entender que Estados Unidos nació como una idea, y por eso tiene que llevarla adelante. La idea de Estados Unidos se revela en el nacimiento de la nación como ciudad en una colina, noción inspiradora que reside muy en el fondo de la sique estadunidense, así como en el distintivo espíritu individualista y emprendedor de los estadunidenses, que se demuestra en la expansión hacia el oeste. El error de Hodgson, según eso, es apegarse a las distorsiones de la idea estadunidense, al abuso de la realidad.

Volvamos la atención hacia la realidad en sí: hacia la idea de Estados Unidos desde sus primeros días.

Vengan a ayudarnos

La frase inspiradora una ciudad en una colina fue acuñada en 1630 por John Winthrop, quien la tomó de los evangelios para esbozar el futuro glorioso de una nación ordenada por Dios. Un año antes la colonia de la Bahía de Massachusetts creó su Gran Sello, el cual mostraba un indígena de cuya boca salía un pergamino, en que se leían las palabras Vengan a ayudarnos. Así, los colonialistas británicos se representaban como humanistas benévolos que respondían a las súplicas de los miserables nativos para rescatarlos de su amargo destino pagano.

De hecho, el Gran Sello es la representación gráfica de la idea de Estados Unidos desde su nacimiento. Debe ser exhumada desde las profundidades de la sique y desplegada en los muros de todos los salones de clase. Debió aparecer sin duda en el fondo de toda la pleitesía estilo Kim Il-Sung que se le rendía a ese salvaje asesino y torturador llamado Ronald Reagan, quien alegremente se describía como el líder de una reluciente ciudad en la colina mientras orquestaba algunos de los crímenes más espantosos de sus años en el cargo, notoriamente en Centroamérica, pero también en otros lugares.

El Gran Sello fue una proclamación temprana de la intervención humanitaria, para usar una frase en boga. Como ha ocurrido comúnmente desde entonces, la intervención humanitaria condujo a una catástrofe para los supuestos beneficiarios. El primer secretario de Guerra, el general Henry Knox, describió la absoluta extirpación de todos los indios en las partes más populosas de la unión por medios más destructivos para los nativos indígenas que la conducta de los conquistadores de México y Perú.

Mucho después de que sus propias significativas aportaciones al proceso quedaran en el pasado, John Quincy Adams deploró el destino de “esa infortunada raza de americanos nativos, a quienes exterminamos con tanta crueldad pérfida y despiadada… entre los atroces pecados de esta nación, por los cuales creo que Dios algún día la llevará a juicio”. Esa crueldad pérfida y despiadada continuó hasta que se conquistó el oeste. En vez del juicio de Dios, los atroces pecados sólo han traído hoy elogios por la culminación de la idea estadunidense.

La conquista y colonización del oeste mostraron sin duda ese espíritu individualista y emprendedor tan elogiado por Roger Cohen. Así ocurre por lo regular con las empresas de colonización, la forma más cruel del imperialismo. Los resultados fueron ensalzados por el respetado e influyente senador Henry Cabot Lodge en 1898. Al convocar a la intervención en Cuba, Lodge elogió nuestro historial de conquista, colonización y expansión territorial, inigualado por ningún pueblo en el siglo XIX, y llamó a no detenerlo ahora, cuando los cubanos también suplicaban, según las palabras del Gran Sello, vengan a ayudarnos.

Su ruego fue atendido. Estados Unidos envió tropas, con lo cual impidió que Cuba se liberara de España y la convirtió en una colonia virtual, como continuó siéndolo hasta 1959.

La idea estadunidense fue ilustrada tiempo después por la notable campaña emprendida por el gobierno de Dwight D. Einsenhower para devolver a Cuba al lugar apropiado, luego que Fidel Castro entró en La Habana en enero de 1959 y liberó por fin a la isla del dominio extranjero, con enorme apoyo popular, como Washington reconoció a regañadientes. Lo que siguió fue: una guerra económica, con la mira claramente delineada de castigar al pueblo cubano para que derrocara al desobediente gobierno de Castro; una invasión; la dedicación de los hermanos Kennedy a llevar a Cuba los terrores de la Tierra (frase del historiador Arthur Schlesinger en su biografía de Robert Kennedy, quien tenía esa tarea entre sus máximas prioridades), y otros crímenes que continúan hasta el presente, en desafío a una opinión mundial prácticamente unánime.

Por lo regular los orígenes del imperialismo estadunidense se hacen remontar a la invasión de Cuba, Puerto Rico y Hawai en 1898. Pero eso es sucumbir a lo que el historiador del imperialismo Bernard Porter llama la falacia del agua salada, la idea de que la conquista sólo se vuelve imperialista cuando cruza agua de mar. Es decir, si el Misisipi hubiera semejado al mar de Irlanda, la expansión hacia el oeste habría sido imperialismo. De George Washington a Henry Cabot Lodge, los que participaron en la empresa tuvieron una visión más clara de lo que hacían.

Luego del éxito de la intervención humanitaria en Cuba, en 1898, el siguiente paso en la misión asignada por la Providencia fue conferir las bendiciones de la libertad y la civilización a todos los pueblos rescatados de Filipinas (en palabras de la plataforma del Partido Republicano de Lodge)… por lo menos a los que sobrevivieron a las matanzas y al uso extendido de la tortura y demás atrocidades que las acompañaron. Esas almas afortunadas fueron dejadas a la merced del gobierno filipino de paz instaurado por Estados Unidos dentro de un modelo recién ideado de dominio colonial, que se apoyaba en fuerzas de seguridad adiestradas y equipadas para aplicar avanzados métodos de vigilancia, intimidación y violencia. Modelos similares se adoptarían en muchas otras zonas donde Estados Unidos impuso brutales guardias nacionales y otras fuerzas a su servicio.

Paradigma de apremios

En los 60 años pasados, las víctimas en todo el mundo han soportado el paradigma de tortura de la CIA, desarrollado a un costo que llegó a mil millones de dólares anuales, según documenta el historiador Alfred McCoy en su libro A Question of Torture. Allí muestra cómo los métodos de tortura desarrollados por la CIA a partir de la década de 1950 aparecen, con pocas variantes, en las fotografías infames de la prisión de Abu Ghraib, en Irak. No hay hipérbole en el título del penetrante estudio de Jennifer Harbury sobre el historial de tortura estadunidense: Truth, Torture, and the American Way. Así pues, es sumamente engañoso, por decir lo menos, que los investigadores del descenso de la banda de Bush a las cloacas del mundo lamenten que al emprender la guerra contra el terrorismo, Estados Unidos haya extraviado el rumbo.

No se quiere decir con esto que Bush-Cheney-Rumsfeld et al no hayan incorporado innovaciones importantes. En la práctica normal estadunidense, la tortura se encomendaba a subsidiarios, no la ejecutaban estadunidenses directamente en cámaras de tortura propias, instaladas por su gobierno. En palabras de Allan Nairn, quien ha llevado a cabo algunas de las investigaciones más reveladoras y valerosas sobre el tema: Lo que la [prohibición de la tortura] de Obama cancela es ese pequeño porcentaje de tortura que hoy realizan estadunidenses, pero conserva el conjunto abrumador de la tortura del sistema, que es llevado a cabo por extranjeros bajo patrocinio estadunidense. Obama podría dejar de apoyar a fuerzas extranjeras que torturan, pero ha elegido no hacerlo.

Obama no acabó con la práctica de la tortura, observa Nairn, sino sólo la cambió de lugar, restaurando la norma estadunidense de indiferencia hacia las víctimas. “Es un retorno al status quo anterior –escribe Nairn–, al régimen de tortura que va de Ford a Clinton, y que año con año produjo más agonía con respaldo estadunidense de la que se produjo durante los años de Bush/Cheney.”

En ocasiones el involucramiento estadunidense en la tortura ha sido aún más indirecto. En un estudio realizado en 1980, el latinoamericanista Lars Schoultz descubrió que la ayuda exterior estadunidense “ha tendido a fluir en forma desproporcionada hacia gobiernos latinoamericanos que torturan a sus ciudadanos… a los mayores violadores de los derechos humanos fundamentales en el hemisferio”. Estudios más amplios de Edward Herman encontraron la misma correlación, y también sugirieron una explicación. No es sorprendente que la ayuda estadunidense tienda a correlacionarse con un clima favorable a los negocios, que por lo común mejora con el asesinato de organizadores de obreros y campesinos y activistas pro derechos humanos y otras acciones semejantes, lo cual produce una segunda correlación entre la ayuda y las monumentales violaciones a los derechos humanos.

Estos estudios se llevaron a cabo antes de los años de Reagan, cuando no valía la pena estudiar el tema porque esas correlaciones eran patentes. No es extraño, pues, que el presidente Obama nos aconseje mirar hacia delante y no hacia atrás, doctrina conveniente para los que blanden los garrotes. Los que son golpeados por ellos tienden a ver el mundo en forma diferente, con gran molestia de nuestra parte.

Noam Chomsky es autor de numerosas obras políticas de gran venta. Sus libros más recientes son Failed States, The Abuse of Power and the Assault on Democracy y What We Say Goes, libro de conversaciones con David Barsamian. La editorial New Press acaba de publicar The Essential Chomsky (editado por Anthony Arnove), colección de sus escritos sobre política y lingüística de 1950 a la época actual.

Traducción: Jorge Anaya

http://www.jornada.unam.mx/2009/05/30/index.php?section=mundo&article=032n1mun

sábado, 30 de mayo de 2009

CHEVRON, SHELL Y EL VERDADERO COSTO DEL PETRÓLEO

Se autoriza la publicación. Por favor escríbanos a spanish@democracynow.org para avisarnos donde se publica y también si hay estaciones de radio que quieran emitir el audio que se encuentra disponible todos los viernes en www.democracynow.org/es

Chevron, Shell y el verdadero costo del petróleo

Por Amy Goodman


La economía es un caos, el desempleo aumenta, la industria automotriz está colapsando. Pero las ganancias de las empresas petroleras Chevron y Shell son más altas que nunca. Sin embargo, alrededor del mundo—desde la selva ecuatoriana, hasta el Delta del Níger en Nigeria, pasando por los tribunales y las calles de Nueva York y San Ramón, California—la gente está luchando contra las gigantes petroleras del mundo. Shell y Chevron están en el centro de atención debido a sus asambleas de accionistas y a un juicio histórico, dos hechos que están ocurriendo esta semana.

El 13 de mayo, las Fuerzas Armadas nigerianas lanzaron un ataque contra poblados en el Delta del Níger, una zona del país rica en petróleo. Se teme que cientos de civiles hayan muerto en la ofensiva. Una celebración en el poblado de Oporoza, en el área del delta, fue atacada, según Amnistía Internacional. Un testigo le dijo a la organización: “Escuché el sonido de una aeronave; vi dos helicópteros militares disparando a las casas, al palacio, disparándonos a nosotros. Tuvimos que correr a un lugar seguro dentro de la selva. En los matorrales, escuché a adultos llorando, tantas madres que no podían encontrar a sus hijos; todos corrieron para salvar sus vidas”.

Shell afronta un juicio en un tribunal federal de Estados Unidos, el caso Wiwa contra Shell, en base a la supuesta colaboración de la petrolera en la violenta represión del movimiento de base del pueblo Ogoni, del Delta del Níger, llevada a cabo por la dictadura nigeriana durante la década del 90. Shell explota las riquezas petroleras del Delta del Níger, provocando desplazamientos, contaminación y deforestación. La demanda también afirma que Shell ayudó a eliminar el Movimiento por la Sobrevivencia del Pueblo Ogoni y a su carismático líder, Ken Saro-Wiwa. Saro-Wiwa había sido el guionista de la telenovela más popular de Nigeria, pero decidió unirse a los Ogoni, cuyo territorio cerca del Delta del Níger había sido surcado por oleoductos. Los niños de Ogonilandia, como se denomina su tierra, no sabían lo que era una noche oscura, vivían bajo los destellos de las llamaradas, llamaradas de gas del tamaño de un edificio de apartamentos que estaban encendidas día y noche, y que son ilegales en Estados Unidos.

Entrevisté a Saro-Wiwa en 1994. Me dijo: “A las empresas petroleras les gustan las dictaduras militares porque, básicamente, bajo estas dictaduras pueden estafar. Las dictaduras son brutales con la gente, y puedan negar los derechos humanos de las personas y de las comunidades muy fácilmente, sin escrúpulos", y agregó: “En lo que a mí respecta, soy un hombre marcado”.

Saro-Wiwa regresó a Nigeria y fue arrestado por la Junta Militar. El 10 de noviembre de 1995, luego de un juicio arreglado, fue colgado junto con otros ocho activistas Ogoni.

En 1998, viajé al Delta del Níger con el periodista Jeremy Scahill. Un ejecutivo de Chevron que se encontraba allí nos dijo que la empresa transportó tropas de la mal reputada Fuerza Policíal Móvil nigeriana–conocida por su política de “matar e irse”-, en un helicóptero que le pertenecía a la compañía, hasta una lancha petrolera que había sido ocupada por manifestantes no violentos. Dos manifestantes fueron asesinados, y muchos otros fueron arrestados y torturados.

Oronto Douglas, uno de los abogados de Saro-Wiwa, nos dijo: “Está muy claro que Chevron, al igual que Shell, utiliza a las Fuerzas Armadas para proteger sus actividades petroleras. Perforan y matan”.

Chevron es el segundo mayor accionista (después de la empresa petrolera francesa Total) del proyecto del campo de gas natural y gasoducto de Yadana, en Birmania (que la Junta Militar ha renombrado "Myanmar"). El gasoducto es la mayor fuente primaria de ingresos de la Junta Militar, y sus ganacias le sumaron un total de alrededor de mil millones de dólares en 2007. La Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, que fue elegida popularmente como líder de Birmania en 1990, ha estado bajo arresto domiciliario durante 14 de los últimos 20 años, y tendrá que comparecer ante los tribunales nuevamente esta semana (el martes, el gobierno dijo que había puesto fin al arresto domiciliario de Suu Kyi, pero permanece detenida, en espera del resultado del juicio). El gobierno de Estados Unidos prohibió a las empresas estadounidenses invertir en Birmania desde 1997, pero Chevron tiene una exoneración, que heredó cuando adquirió la empresa petrolera Unocal.

Una larga lista en la que se enumeran abusos similares cometidos por Chevron, desde Filipinas a Kazajistán, Chad, Camerún, Irak, Ecuador y Angola, y en todo Estados Unidos y Canadá, es detallada en un “informe anual alternativo” preparado por un consorcio de organizaciones no gubernamentales, que está siendo distribuido a los accionistas de Chevron en su asamblea anual de esta semana, y al público en TrueCostofChevron.com.

Chevron está siendo investigada por el Fiscal General del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, acerca de si la empresa fue “precisa y exhaustiva” en la descripción de sus potenciales responsabilidades legales. Sin embargo, goza de una larga tradición de contratar a gente con poder político. Condoleezza Rice fue directora de la empresa durante mucho tiempo (incluso había un buque petrolero con su nombre), y el nuevo asesor general recientemente contratado es nada menos que el desprestigiado abogado del Pentágono, William J. Haynes, quien defendió las “técnicas de interrogatorio severas”, incluso el submarino. El General James L. Jones, Asesor de Seguridad Nacional del Presidente Barack Obama, formó parte de la Junta de Directores de Chevron durante la mayor parte de 2008, hasta que recibió la designación de alto nivel en la Casa Blanca.

Saro-Wiwa dijo antes de morir: “Vamos a exigir nuestros derechos en forma pacífica, sin violencia, y venceremos”. Un movimiento popular mundial está creciendo para lograr justamente eso.

———————————

Denis Moynihan colaboró en la investigación de esta columna.

Amy Goodman es presentadora de “Democracy Now!”, un noticiero internacional diario de una hora que se emite en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en 200 emisoras en español. Es co-autora del libro “Standing Up to the Madness: Ordinary Heroes in Extraordinary Times”, recientemente publicado en edición de bolsillo.

© 2009 Amy Goodman

Texto en inglés traducido por Mercedes Camps y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

POBRES CONTRA POBRES

Una batalla en la que todos perdieron

El conflicto arrastra cuatro meses. Unas 250 familias ocupan un predio al lado del Riachuelo. Los vecinos del barrio Villa Giardino dicen que trajeron inseguridad al barrio. Ayer, uno de ellos disparó contra los ocupantes y mató a un chico de 16 años.

Por Emilio Ruchansky

Los ocupantes del predio de Acumar en Lanús venían caminando después de otra ronda de negociaciones por esas tierras del organismo encargado de sanear la cuenca del Riachuelo, cuando se trenzaron con sus vecinos del barrio Villa Giardino. Dicen que ellos comenzaron a tirarles ladrillos desde las terrazas y los insultaron. Los vecinos de ese barrio sostienen lo contrario. Juran que “esos negros de mierda” rompían todo lo que encontraban a su paso y ellos respondieron la agresión. Lo cierto es que en medio de la pelea se asomó un vecino que disparó sobre la procesión de marginados. Un chico de 16 años recibió dos de esos balazos en la espalda y murió en el acto, cinco personas resultaron heridas. Anoche, ambos bandos se amenazaban barrera policial de por medio. Nadie sabe cómo terminará.

Los hechos ocurrieron al mediodía, en la esquina de 1º de Mayo y Florida. El francotirador tiene alrededor de 60 años, fue detenido pocas horas después y quedó alojado en la comisaría quinta de Lanús en calidad de “demorado” hasta que sea interrogado por el fiscal de turno. Según cuenta su vecina, Rosa, “es una excelente persona, un laburante”; las tres señoras que la acompañan hablan de él como un mártir. Francisco, un abuelo que se suma a la ronda, también lo apoya fervientemente. Todos repiten la versión oficial de Villa Giardino. Los marginados rompieron el auto de su hijo y él salió a defender... al vehículo.

“¿Usted que hace si uno de estos negros le rompen el auto? Seguro que hace la denuncia. Bueno, yo le pongo 25 tiros al chorro. Cada uno defiende lo suyo. Es así”, dice Francisco. Las señoras no se inmutan. Lejos se escuchan los gritos de un pibe que está muy sacado: “¡Yo laburé para comprarme el auto, gil! ¡Qué tenemos que hacer para demostrar que somos gente!”. Un amigo lo aparta del cordón policial de la Bonaerense mientras el joven se despide diciéndoles: “¿Por qué no los matan de una vez?, si para eso le pagamos el sueldo”.

Las señoras siguen contando sus penas al cronista. “Vivimos en remis”, confiesa una de ellas; “nos tienen amenazadas”, completa otra. Rosa jura que trataron de meterse en su casa trepando los muros y le viven robando. “Ahora se va la policía y nos dejan en bolas”, dice la vecina del francotirador. Sus amigas deslizan que tal vez al muchacho de 16 los mataron los ocupantes de Acumar; un joven se acerca para confirmar esta nueva teoría. “Con tal de quedarse son capaces de cualquier cosa”, insinúa el joven después. Los vecinos permanecen en la esquina de Itapirú y 1º de Mayo y duplican en número a los marginados que están a solo una cuadra de allí, sobre la entrada del predio ocupan hace cuatro meses.

Pasadas las dos barreras policiales, solo hay un grupo de 30 personas que piden justicia. Dos policías toman declaración a los heridos que fueron hasta el hospital y volvieron; para ello, llevaron dos computadoras, mesas y banquillos. “Fijate cómo nos discriminan que ni siquiera los llevan a la comisaría a declarar”, dice una señora. A pocos metros arde un tronco que calefacciona a los vecinos. Enseguida se arma una ronda y la gente se presta a dar su versión de los hechos. Hay tanta o más bronca que del otro lado y cada tanto responden a los gritos con más gritos.

Gladys Soria, la mujer de Marcelo, el vocero del grupo, comenta que el francotirador es un comisario retirado y que disparó treinta tiros usando tres armas distintas: una Bersa 22, una 9 milímetros y una carabina. “Vació todos los cargadores que tenía”, dice la mujer. “Nosotros veníamos acompañados por el comisario de la (seccional) quinta de Villa Diamante. El loco este le disparó a la policía también. Lo que pasa es que saben que estábamos por llegar a un acuerdo y ellos lo único que quieren es poner un muro de Berlín. Saben que cuando hay quilombo nadie nos cree a nosotros.” El predio que ocupan es de la Asociación de Curtidores de Buenos Aires y sería destinado a una planta de efluentes que deberá construir la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar). Tiene cuarenta hectáreas y era usado por la Policía Bonaerense como depósito de chatarra. Ya hubo un desalojo negociado con la Gendarmería, que vigila a las 250 familias que viven allí con ayuda ocasional del municipio de Lanús, donde hace poco hubo incidentes entre estas familias y la policía (ver aparte).

“Somos negros, sucios, cartoneros, así nos llaman en el barrio”, dice alguien en la ronda. Otro agrega que los policías “los están cuidando a ellos, a nuestros heridos no los querían levantar”; también asegura que cuando sonaron los primeros disparos los uniformados los reprimieron en vez de ayudarlos. Un joven, que se presenta como Fernando, dice que es testigo directo y que tiró las mismas piedras que recibió de los vecinos. “¡Ladrillos!, con ladrillos nos tiraban, están realmente locos.”

Un pibe que cartonea y cursa como puede en la escuela media 12 de Valentín Alsina busca consentimiento en los ojos de su madre antes de contar cómo lo discriminan. “Cuando me vuelvo del colegio, una o dos veces por semana, paso por un lugar donde se reúnen los vecinos y escucho cómo hablan de nosotros. Dicen que somos unos negros de mierda, que sólo nos dedicamos a robar, que van a impedir que nos quedemos porque los ponemos en peligro”, dice el muchacho de 16 años.

Otra voz, la de una mujer, surge de la ronda para denunciar que los vecinos de Villa Giardino se burlaban de la madre del joven asesinado. Que eso fue lo que desató la pelea, los piedrazos posteriores, cuando un grupo se separó de la procesión para ir a buscar palos al asentamiento. Una señora mayor sostiene una radiografía y la pone a contraluz: “Estos dos puntos blancos son los balazos que le pusieron a mi hijo en las piernas”. De vez en cuando, se oye a un policía que pregunta si alguien quiere declarar. “Si ellos fueran pobres ya estaría presos”, comenta alguien.

En la calle que separa a un grupo del otro se ven las piedras que intercambiaron por la tarde. Marcelo, el vocero de los marginados, insiste con saber quién va a pagar el velatorio del chico de 16 años, cartonero y estudiante, como otros tantos que se salvaron de la balacera de ayer. Nadie le responde. Detrás de él la gente pide justicia; del otro lado, la gente pide seguridad.

viernes, 29 de mayo de 2009

La ONU estudia tratar el calentamiento como una amenaza para la paz

La ONU estudia tratar el calentamiento como una amenaza para la paz

Un organismo internacional calcula que en 2050 podría haber 200 millones de "refugiados climáticos"

ELPAÍS.com - Madrid - 29/05/2009

En los próximos días, la Asamblea General de la ONU aprobará previsiblemente una resolución que conectará por primera vez el cambio climático con la paz y la seguridad internacional, según publica el diario estadounidense The New York Times. La resolución, presentada por 12 pequeñas islas del Pacífico, asegura que el cambio climático justifica una mayor atención de la ONU. Se trata, básicamente, de hacer frente al hecho de que calentamiento global irá provocando desplazamientos de poblaciones que habrá que reubicar, con las pérdidas que eso supone y los conflictos que previsiblemente acarreará.


ONU
(Organización de las Naciones Unidas)

A FONDO
Sede: Nueva York (Estados Unidos) Directivo: Ban Ki-moon(Secretario General)
Ver cobertura completa


Si la Organización Internacional de las Migraciones calcula en un reciente trabajo que en 2050 habrá unos 200 millones de "refugiados climáticos", dependiendo del grado de alteraciones climáticas, el hecho es que las islas del Pacífico ya están perdiendo de manera preocupante terreno a favor del mar y que algunos expertos creen que las luchas de los nómadas por los recursos naturales en la región sudanesa de Darfur son el primer gran conflicto conectado con el cambio climático.

Algunos miembros de la ONU han considerado exagerada la resolución, sin embargo, está previsto que ésta se apruebe ya que no especifica medidas concretas, según el diario estadounidense. Fue el Reino Unido el país que en 2007 llevó al Consejo de Seguridad la cuestión del cambio climático, con el apoyo de Europa, pero el rechazo o el recelo de algunos miembros permanentes del consejo, como Estados Unidos, China o Rusia.

Pero ahora regresa el debate tras el cambio de política medioambiental de Estados Unidos con el nuevo presidente Barack Obama, y advertencias como la lanzada este mismo mes por el ministro de Defensa australiano en un informe que hablaba de posibles conflictos violentos en el Pacífico. Si fallan los intentos de mitigar los efectos humanitarios del cambio climático y los conflictos estallan, Australia debe usar el ejército "para luchar contra cualquier amenaza", dice el texto.

miércoles, 27 de mayo de 2009

La CTA realiza un paro nacional

La CTA realiza un paro nacional

En una jornada donde la CTA realizará una movilización, la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) que nuclea a los docentes porteños, realizará una concentración frente a la jefatura de Gobierno de la Ciudad contra "la desinversión en materia educativa y de salud". En tanto, trabajadores del subte pararán para exigir al Gobierno la autorización para crear un nuevo gremio que los represente en pleno conflicto con la UTA.


Por un lado, la concentración de UTE junto a la seccional Capital de ATE será a las 12, en avenida de Mayo y Perú. Reclamarán contra "la desinversión de la Ciudad en materia educativa y de salud" y por el "aumento del presupuesto educativo, devolución de los días descontados, pago en tiempo y forma, convocatoria a la Mesa Salarial y Laboral, y mejoramiento integral de la infraestructura escolar".

Por otro lado, los trabajadores del subterráneo realizarán un nuevo paro de dos horas de duración, entre las 12 y las 14, para exigir al Gobierno Nacional la autorización para crear un nuevo gremio que los represente. La medida se llevará a cabo en sintonía con la protesta nacional que anunció la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).

El servicio, que transporta por día más de un millón de pasajeros, se verá resentido en ese horario, aunque desde Metrovías, concesionaria de la red, se anticipó que buscarán implementar un esquema de emergencia para evitar la paralización total.

Segovia precisó que la protesta se producirá para exigir una recomposición futura del "salario, el reconocimiento de la inscripción gremial y el 82 por ciento móvil".

El dirigente sindical de base reclamó "terminar con la dictadura sindical", por lo que pidió que se "respete lo decidido en forma mayoritaria en un plebiscito" que se realizó semanas atrás, en el que se consultó a los trabajadores del subte si estaban de acuerdo con crear un nuevo gremio.

"La protesta se hará con un cese de actividades junto con la CTA, porque tenemos la mismas reivindicaciones y las hacemos hace muchos años", precisó Segovia.

Los sindicalistas de base de los trabajadores del subte rechazan la elección realizada a principios de año de nuevos delegados que responden a la Unión Tranviarios Automotor (UTA), comicios cuyo resultado y autoridades designadas fueron avalados por el ministerio de Trabajo de la Nación, que encabeza Carlos Tomada, y son reconocidos por Metrovías.

"No se puede creer que en democracia no se reconozca un nuevo sindicato, que no se nos otorgue la personería jurídica. Mientras el gobierno nacional dice que respeta los derechos humanos, no permite un trámite simple, que es la creación de un número de expediente. Eso preocupa bastante", consideró Segovia.

La pulseada que libran los sindicalistas de base, desplazados por la UTA tras las elecciones, con los actuales representantes gremiales, generó en las últimas semanas conflictos sorpresivos que derivaron en la paralización del servicio y la afectación de los pasajeros.

La última huelga se produjo el jueves 14 de mayo, cuando a raíz de la suspensión por una falta disciplinaria de uno de los trabajadores que impulsan el nuevo sindicato, todas las líneas se interrumpieron.

domingo, 24 de mayo de 2009

La prostitución con papeles

La prostitución con papeles

Uno de los ejemplos es Santa Rosa, en La Pampa. Allí la norma hasta exige libreta sanitaria para las “alternadoras”. El actual intendente quiere derogarla. En muchos otros lugares del país se repiten casos similares. La denuncia del fiscal que se ocupa de la trata.


Por Mariana Carbajal

La explotación reglamentada de la prostitución es un hecho en muchos lugares de la Argentina. Al menos dos municipios en La Pampa tienen reglamentado su ejercicio en abierta violación de leyes nacionales y tratados internacionales suscriptos por el país, denunció ante Página/12 el fiscal Marcelo Colombo, coordinador de la Unidad de Asistencia en Secuestro Extorsivo y Trata de Personas (Ufase) de la Procuración General de la Nación. Con distintas ordenanzas, Santa Rosa y General Acha normatizaron la actividad de “alternadoras” en locales de esparcimiento nocturno, una medida que “brinda protección a proxenetas y obstaculiza las investigaciones judiciales en causas abiertas por trata de mujeres”, advirtió Colombo. La misma situación se repite en todo el territorio de la provincia de Río Negro, a través de normas dictadas en cada intendencia, precisó Zulema Cancino, secretaria general de Ammar-Viedma (ver aparte).

Las normas no son nuevas pero han pasado inadvertidas por la naturalización imperante de la explotación sexual de cuerpos femeninos en burdeles. En Santa Rosa, el intendente Francisco Torroba impulsa la prohibición de la habilitación de whisquerías, que suele ser el eufemismo con el que se nombra a los burdeles, y ya suspendió, mientras se discute la reforma en el Concejo Deliberante, el requisito vigente para las “alternadoras” de tramitar una libreta sanitaria. Esa exigencia, sin embargo, se mantiene en General Acha, donde las mujeres que trabajan en esos locales tienen que inscribirse en la “comisaría local” y deben realizarse una vez por mes exámenes de flujo vaginal y otros estudios ginecológicos para determinar si son portadoras de hongos, parásitos o infecciones de transmisión sexual. Cada una tiene un carnet sanitario, cuyas tapas son de color rosado. Un relevamiento realizado sobre los registros de “alternadoras” otorgados por la Dirección de Sanidad y Control de Santa Rosa entre 2007 a 2008 –al que accedió este diario– detectó la “presencia de casos de trata” de mujeres en burdeles de la capital pampeana y “permite inferir que esa ciudad es lugar de destino y posterior pase de víctimas captadas” en otras provincias, mayoritariamente del norte, pero también provenientes de otros países como Paraguay y República Dominicana (ver aparte).

La Ufase tiene desde setiembre competencia para asistir a los fiscales en la investigación de delitos de trata de personas. Colombo abrió una investigación preliminar a partir de una producción periodística publicada en Página/12 el 22 de marzo sobre la problemática de la trata en Santa Rosa, donde se advertía ya de la existencia de los registros de “alternadoras” y del requisito de la libreta sanitaria, y un ex comisario denunciaba que había tenido que enfrentar numerosos obstáculos dentro de la policía provincial para seguir la pista de las redes de tratantes (ver aparte).

Así fue como Colombo se topó con las ordenanzas que reglamentan el ejercicio de la prostitución. “Lamentablemente es así acá como en la mayoría de los municipios del país. Hay que trabajar en forma conjunta en toda la provincia para eliminar las whisquerías, porque si se sacan de una ciudad las van abrir en otra. Está muy metido en la cultura que los prostíbulos son cosas necesarias. Además, muchos me dicen: si sacás de ahí a las mujeres, tenés que ocuparte de darles otro trabajo, contención psicológica, y la verdad es que no tenemos estructura para eso”, comentó a Página/12 Cleotilde Fuentes, subsecretaria de la Mujer de General Acha, muy preocupada por la situación: “Hay chicas muy jóvenes en esos lugares. Pero mucha gente piensa que están porque quieren y no son conscientes de que existen redes de trata que las engañan. Muchos me dicen: ocupate de otra cosa, no te metas con ese tema”, contó Fuentes. La funcionaria está en diálogo con su par de Santa Rosa, Mónica Molina, que viene bregando por visibilizar la problemática de la trata de mujeres para la explotación sexual en la capital pampeana, desde que llegó al cargo con la gestión de Torroba, un hombre del radicalismo que destronó al controvertido dirigente peronista Juan Carlos Tierno, al ganar las últimas elecciones con una coalición entre la UCR, el socialismo y ex frepasistas.

En Santa Rosa hay tres “whisquerías” habilitadas por el municipio. Hasta mediados de abril, las mujeres que allí son explotadas tenían que tramitar religiosamente su libreta sanitaria en la Dirección de Sanidad y Control de la intendencia. Y lo hacían habitualmente acompañadas por el regente del local. En General Acha, los cabarets “con licencia” son cuatro y están ubicados a la vera de la ruta. Según informó el fiscal Colombo, su funcionamiento está reglamentado por la ordenanza 1/93, aprobada por el Concejo Deliberante el 22 de enero de 1993 –casualmente durante el verano– y promulgada ese mismo día por el entonces intendente Omar Pedro Saborots, lo que denota mucho apuro. Sus objetivos son “velar por la salud de la población y de los pobladores de la comunidad de Acha”.

En su artículo 1 dispone que las alternadoras de clubes nocturnos y cabarets deberán realizarse examen de flujo vaginal para prevenir enfermedades tipo gonorrea, parásitos y hongos, una vez por mes y para determinar si son portadoras de patologías venéreas. El artículo 3 obliga a que tengan un “Carnet de Sanidad”, otorgado por la Dirección de Bromatología y Medio Ambiente. Es de color rosado. El artículo 6º dispone que los gastos que demanden los análisis correrán por cuenta de las “alternadoras”, y el 7º, que deben inscribirse como tales en la “Comisaría Local”. Sobre este último requisito, Colombo señaló: “También es un impedimento para que las causas por trata de personas progresen. A la policía local se les encarga la tarea administrativa y burocrática de inscripción. ¿Cómo podrían recibir denuncias investigar casos de trata?”. El titular de la Ufase no sale de su asombro por el alcance de esta ordenanza y las que tiene Santa Rosa. “Están violando abiertamente la ley nacional Nº 12.331 de Profilaxis, que en su artículo 15 establece que: ‘Queda prohibido en toda la República el establecimiento de casas o locales donde se ejerza la prostitución, o se incite a ella’. También infringen el Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena, suscripto en 1949 por la ONU. Por este último, la Argentina se comprometió a castigar la explotación de la prostitución ajena –recordó–. De alguna manera, estas regulaciones plantean un sistema reglamentista de la prostitución, cuando desde el año 1937 la Argentina tiene un sistema abolicionista, es decir, respeta el ejercicio de la prostitución de manera individual, pero no se adscribe a respetar la explotación de la prostitución, sino que reprime y sanciona penalmente al proxenetismo.”

En la capital pampeana la prostitución está reglamentada a través de las ordenanzas municipales Nº 1537/94 de Obligatoriedad de la Libreta Sanitaria y Nº 3218/2004, llamada Código de Espectáculos Públicos y sus locales.

“La Dirección de Sanidad y Control municipal es la dependencia encargada del registro y entrega de las libretas sanitarias a quienes realizan una actividad comercial en la ciudad. En la práctica, se otorgan dos tipos de libretas, es decir, se registran de diferente forma a comerciantes y a quienes trabajan en locales nocturnos, como alternadoras, barman y bailarines de pista”, detalló Molina.

Quienes trabajan en relación de dependencia en un comercio o son comerciantes, solamente abonan un sellado, se les solicita una foto carnet, se les hace entrega de la libreta firmada y luego deben realizar un control médico que consiste en la revisión de las manos y la cara. La renovación de estas libretas se realiza cada seis meses. Según la norma, las personas que trabajan en locales nocturnos deben presentar para el otorgamiento de la libreta sanitaria tres fotos carnet, fotocopia de DNI, certificado de antecedentes otorgado por la policía y en el caso de las personas extranjeras, la solicitud de residencia precaria (por seis meses) o permanente, realizado ante la Dirección Nacional de Migraciones. Una vez reunida esta documentación y el apto físico firmado por los médicos, con la presentación de análisis clínicos –ginecológicos y bacteriológicos–, vuelven a la Dirección de Sanidad, donde se les pone un número de libreta, se forma una ficha, se asienta en el “registro de alternadoras” y se entrega con la firma de la directora de Sanidad y Control. En este caso, las libretas sanitarias deben renovarse cada tres meses.

Hace pocas semanas, el intendente Torroba dispuso suspender el registro de “alternadoras”: ya no tienen que tramitar una libreta sanitaria, informó Molina. La medida se inscribe en el compromiso asumido por el jefe comunal de prohibir las “whisquerías” en el territorio de la capital pampeana, un proyecto que se está discutiendo en el Concejo Deliberante, y que tendría acuerdo de la oposición también para ser aprobado. “El riesgo es que se vayan desplazando estas whisquerías a otras localidades cercanas”, coincidió Colombo. Y advirtió que las ordenanzas en cuestión finalmente son un “obstáculo” para las investigaciones de casos de trata de mujeres: “Se llega al último eslabón de la cadena, el burdel, pero el proxeneta alega que tiene todos los papeles en orden. Te dice: ‘Tengo a mis chicas sanas’. No sólo conspira contra las investigaciones judiciales sino que protege a los proxenetas”.

El coordinador de la Ufase destacó que en la discusión parlamentaria de 1937, cuando el Congreso aprobó la Ley de Profilaxis, uno de los legisladores impulsores de la reforma, el senador Serrey, citó como aval para la prohibición de las “casas de tolerancia” un estudio de la Sociedad de las Naciones, anterior a la creación de la ONU, que ya en esa época decía que esos locales eran terrenos fértiles para la “trata de personas”, en aquel momento llamada “trata de blancas”. Ocurrió 72 años atrás. Y la advertencia se escuchó poco. O lo que es peor, se escuchó pero no importó.

jueves, 21 de mayo de 2009

Cambiando la mentalidad militarista de Obama

Cambiando la mentalidad militarista de Obama


Howard Zinn
Znet

Nosotros somos ciudadanos y Obama es un político. Puede que no os guste la palabra pero la realidad es así, es un político. También, desde luego, es otras cosas: es una persona sensible, inteligente, reflexiva y prometedora. Pero es un político.
Si tú eres un ciudadano, debes conocer la diferencia entre los políticos y tú: la diferencia entre lo que ellos tienen que hacer y lo que debes hacer tú. Y hay cosas que ellos no harán si tú les dejas claro que no tienen que hacerlo.

Desde el principio, me gustó Obama pero, la primera vez que me di cuenta de que era una político fue muy pronto, cuando Joe Liberman se presentó para la designación como candidato demócrata al Senado, en 2006.

Lieberman quien, como sabéis, era un belicista, se presentaba a la elección demócrata y su oponente era Ned Lamont, un candidato pacifista. Pues bien, Obama fue a Connecticut apoyó a Lieberman frente a Lamont.

Eso me desconcertó. Lo digo para ratificar que, sí, Obama era y es un político. Así que no debemos dejarnos arrastrar por la aceptación irreflexiva de lo que Obama hace.

Nuestra tarea es no darle un cheque en blanco o animarle simplemente. Estuvo bien apoyarle mientras hacía campaña para la presidencia pero no ahora. Porque queremos que el país cambie respecto a lo que ha sido en el pasado. Queremos romper rotundamente con lo ocurrido en el pasado.

Tuve un profesor en la universidad de Columbia, Richard Hofstadter, autor de un libro, The American Political Tradition, en el que pasaba revista a presidentes del país desde los Padres Fundadores hasta Franklin Roosevelt. Los había liberales y conservadores, republicanos y demócratas, y existían diferencias entre ellos. Pero él demostraba que los denominados liberales no lo eran tanto como la gente creía, y que la diferencia entre liberales y conservadores, y entre republicanos y demócratas, no era una diferencia sustancial. Existe un hilo común que enlaza toda la historia estadounidense, y todos los presidentes- republicanos, demócratas, liberales y conservadores- han seguido ese hilo conductor.

Este hilo tiene dos elementos: el nacionalismo y el capitalismo. Y Obama no está libre de esa intensa doble herencia. Lo podemos ver en las políticas que ha anunciado hasta la fecha, aunque lleva poco tiempo en el cargo.

Algunos podrían preguntar, “Bueno ¿ y qué esperaba?”

Y la respuesta es que esperamos mucho.

Y hay quien dice, “¿Qué pasa, es usted un soñador?”

La respuesta es sí, somos soñadores y lo queremos todo. Queremos un mundo en paz, un mundo igualitario, no queremos guerras, no queremos capitalismo, queremos una sociedad digna. Y lo mejor es aferrarnos a ese sueño porque si no lo hacemos, cada vez más nos veremos constreñidos por esta realidad que no nos gusta.

Tened cuidado cuando oigáis las alabanzas del sistema de mercado. La economía de mercado es lo que tenemos ahora. Que el mercado decida, dicen. El Gobierno no debe proporcionar asistencia médica gratuita; es el mercado el que decide.

Eso es lo que está haciendo el mercado, y por eso tenemos cuarenta y ocho millones de personas sin asistencia médica, porque el mercado lo ha decidido. Dejar todo en manos del mercado ha ocasionado que haya dos millones de personas sin hogar. Que el mercado decida: millones y millones de gentes no pueden pagar sus alquileres. El mercado ha llevado a pasar hambre a treinta y cinco millones de personas.

No se puede dejar todo eso en manos del mercado. Cuando se está afrontando una crisis económica como la que estamos sufriendo ahora, no se puede hacer lo mismo que en el pasado. No se puede inyectar dinero a las clases altas del país- y a los bancos y corporaciones- y esperar que después, de alguna manera, ese dinero fluya hacia abajo.

¿Qué fue lo primero que ocurrió cuando el Gobierno Bush vio que la economía estaba en problemas? Dedicó 700.000 millones para salvarla, y ¿a dónde fueron a para esos 700.000 millones de dólares? A las instituciones financieras causantes de la crisis.

Eso ocurrió cuando la campaña presidencial todavía estaba en marcha y a mí de dolió ver a Obama apoyándolo, respaldando ese enorme regalo a las corporaciones.

Obama debería haber dicho es: Espere un momento. Los bancos no son pobres de solemnidad. Los altos ejecutivos tampoco. Pero hay gente sin trabajo. Hay personas que no pueden pagar sus hipotecas. Tomemos esos 700.000 millones y démoslos directamente a la gente que los necesita. Démosles 1 billón, 2 billones de dólares. Que ese dinero vaya directamente a las personas que lo necesitan. Nadie sería desalojado. Nadie se quedaría con sus enseres en la calle.

Obama es posible que quiera dar un billón más a los bancos. Como Bush, no se lo va a dar directamente a los propietarios de viviendas. Pero a diferencia de los republicanos, Obama quiere también invertir 800.000 millones en su programa de estímulo a la economía, lo que es una buena idea- la idea en sí es buena. Pero si analizas con detalle el plan, se canaliza demasiado dinero a través del mercado, a través de las grandes empresas.

Ha concedido reducción de impuestos a las empresas con la esperanza de que contraten a gente. Y no, si la gente necesita trabajo, no le des dinero a las corporaciones con la esperanza de que quizás creen empleo: Da trabajo inmediatamente a la gente.

Muchos no conocen la historia del New Deal de los años 1930. El New Deal no llegó lo suficientemente lejos pero tuvo buenas ideas. Y la razón de que llegase a esas buenas ideas se debió a la enorme agitación que hubo en el país hasta el punto de hacer que Roosevelt reaccionase. ¿Qué hizo entonces? Dispuso de miles de millones de dólares y decidió que el Gobierno contratase a la gente. ¿Estás en paro? Pues el Gobierno tiene un trabajo para ti.

El resultado de aquellas medidas fue un montón de trabajos admirables llevados a cabo en el país. Varios millones de jóvenes fueron colocados en el Civilian Conservation Corps(1). Fueron por todo el país y construyeron puentes, carreteras, zonas de recreo e hicieron un trabajo notable.

El Gobierno creó un programa federal para las artes. No esperó a que el mercado lo hiciera. Puso en marcha el programa y contrató a miles de artistas desempleados: guionistas, actores, músicos, pintores, escultores, escritores. ¿Cuál fue el resultado? La producción de 200.000 obras artísticas. Hoy, en todo el país, hay miles de murales pintados por la gente del programa WPA(2). Se representaron obras en todo el país a precios muy bajos, para que la gente que nunca había visto una representación pudiera acceder a ellas.

Y eso es sólo una mínima parte de lo que se podría haber hecho. El Gobierno tiene que atender las necesidades del pueblo. El Gobierno no puede ceder la tarea de satisfacer esas necesidades a las corporaciones y a los bancos porque ellos no se van a preocupar por lo que necesita la gente. Sólo se preocupan de sus beneficios.

Durante su campaña, Obama dijo algo que me pareció muy acertado, y cuando alguien dice algo que está bien hay que recordarlo, porque puede ocurrir que luego no lo mantenga. Y hay que recordárselo.

Obama estaba hablando a la guerra de Iraq, y afirmó: “ No se trata sólo de que tengamos que salir de Iraq”. Él dijo exactamente “salir de Iraq” y no debemos olvidarlo. Debemos seguir recordándoselo: Fuera de Iraq, fuera de Iraq, fuera de Iraq, pero no el próximo año, ni dentro de dos años, sino ya.

Pero escuchad la segunda parte. Su frase completa fue: “ No es suficiente con salir de Iraq; tenemos que cambiar la actitud que nos condujo allí”.

¿Y cuál es la mentalidad que nos llevó a Iraq?

Es la que afirma que la fuerza servirá. Que con la violencia, la guerra y los bombardeos iban a llevar la democracia y la libertad al pueblo.

Es la mentalidad que considera que Estados Unidos tiene algún derecho divino para invadir otros países en su propio provecho. En 1846 llevamos la civilización a los mexicanos, y en 1898 la libertad a los cubanos. En 1900 llevamos la democracia a los filipinos, y vosotros sabéis el éxito que hemos tenido en llevar la democracia a lo largo del planeta.

Obama no ha cambiado su mentalidad de misionero belicista. Habla de enviar miles de soldados más a Afganistán. Es un tipo muy agradable y seguramente sabe algo de historia. Tampoco es necesario saber mucho para conocer la historia de Afganistán, donde durante décadas y décadas y décadas las potencias occidentales han tratado allí de imponer su voluntad por la fuerza: los ingleses, los rusos, y ahora los estadounidenses. ¿Y cuál ha sido el resultado? Un país arruinado.

Esa es la actitud que envía 21.000 soldados más a Afganistán y que dice, como ha hecho Obama, que debemos tener un ejército mayor. Cuando Obama lo dijo, mi corazón se encogió. ¿Para qué necesitamos un ejército más grande? Ya tenemos un enorme presupuesto militar. ¿Ha hablado Obama de reducir el presupuesto militar a la mitad o en una parte? No.

Tenemos bases militares en más de cien países. Sólo en Okinawa tenemos catorce bases militares. ¿Quién nos quiere allí? Los gobiernos, porque sacan beneficios. Pero el pueblo en realidad no quiere que estemos allí. En Italia ha habido multitudinarias manifestaciones contra el establecimiento de una base militar estadounidense. Y lo mismo ha ocurrido en Corea del Sur y en Okinawa.

Una de las primeras medidas del gobierno Obama ha sido enviar misiles Predator para bombardear Pakistán. Ha muerto gente pero ellos afirman: “Nuestras armas son muy precisas porque tenemos lo último en equipamientos. Podemos hacer diana en cualquier lugar y golpear sólo donde queremos”.

Es la mentalidad del obstinación tecnológica. Efectivamente, ellos pueden decidir que van a bombardear una casa determinada. Pero hay un problema: Ellos no saben quienes están en la casa. Pueden atacar un coche con un misil desde una gran distancia pero ¿saben quién está en el coche? No.

Y después, cuando los cadáveres se sacan del coche, o de la casa, dicen: “Bueno, había tres sospechosos de terrorismo en esa casa, había otras siete personas asesinadas, entre ellos dos niños, pero hemos liquidado a tres supuestos terroristas”.

Pero daos cuenta de que la palabra es “sospechosos”, y que la verdad es que ellos no saben quienes son los terroristas.

Así que, tenemos que cambiar la mentalidad que nos ha llevado a Iraq pero tenemos que identificar esa actitud. Y Obama tiene que ser obligado por el pueblo que le ha elegido, por la gente entusiasta con él, a abandonar esa actitud. Somos los únicos que podemos decirle: “No, usted está equivocado con esa idea militarista de usar la fuerza para conseguir objetivos en el mundo. Así no conseguiremos nada, y seguiremos siendo un país odiado en el planeta”.

Obama ha hablado de un horizonte para este país. Tenéis que tener un proyecto, y ahora yo quiero decirle a Obama cómo debería ser ese proyecto.

El proyecto debería ser el de un país que guste al resto del mundo. Ni siquiera digo amado, algo que llevará tiempo conseguir. Un país no temido, que no provoque aversión, no odiado como lo somos ahora, sino una nación considerada pacífica porque hemos retirado nuestras bases militares de todos esos países.

No necesitamos gastar centenares de miles de millones de dólares en presupuesto militar. Tomemos todo ese dinero asignado a las bases militares y al presupuesto de defensa y- esto forma parte de la emancipación- usémoslo para que todo el mundo tenga asistencia médica gratis, para garantizar empleo a quienes no lo tienen, para abonar el pago de los alquileres a todos los que no pueden pagarlo, para construir centros de atención a la infancia.

Usemos ese dinero para ayudar a otros pueblos del mundo y no para lanzar bombas sobre ellos. Cuando ocurran catástrofes, necesitan helicópteros para trasladar a las gentes de las zonas inundadas y de las zonas devastadas. Necesitan los helicópteros para salvar vidas, pero los helicópteros están en Oriente Próximo bombardeando y ametrallando a los pueblos.

Lo que se necesita es un cambio total. Queremos un país que utilice sus recursos, su riqueza y su fuerza para ayudar a las personas y no para hacerles daño. Eso es lo que necesitamos.

Es un proyecto que tenemos que mantener vivo. No deberíamos sentirnos satisfechos fácilmente y decir: “Está bien, démosle un respiro. Obama merece respeto”.

Porque no se respeta a alguien al darle un cheque en blanco. Lo respetas cuando lo tratas como a un igual, y como a alguien a quien puedes dirigirte y alguien que te escucha.

Obama no sólo es un político, lo peor es que está rodeado de políticos. Y a algunos los ha elegido él mismo. Ha elegido a Hillary Clinton, a Lawrence Summers(3); ha elegido a gentes que demuestran que no hay intención de romper con el pasado.

Somos ciudadanos y no podemos colocarnos en la actitud de mirar el mundo a través de sus ojos y decir: “ Bueno, tenemos que aceptar compromisos, tenemos que hacer esto por razones políticas”. No, nosotros debemos hablar claro.

Esa fue la actitud de los abolicionistas antes de la Guerra Civil, cuando la gente decía: “Tienes que verlo desde el punto de vista de Lincoln”. Porque Lincoln no consideraba prioritaria la abolición de la esclavitud. Pero el movimiento anti-esclavitud sí, y los abolicionistas contestaron: “No vamos a aceptar el punto de vista de Lincoln. Vamos a exponer nuestra propia posición, y lo vamos a hacer con tanta fuerza que Lincoln tendrá que escucharnos”.

Y el movimiento contra la esclavitud se extendió tanto y se hizo tan fuerte que Lincoln tuvo que hacerle caso. Así se consiguió la abolición de la esclavitud y las decimotercera, decimocuarta y decimoquinta enmiendas [a la Constitución].

Esa ha sido la historia de este país. Cuando se ha progresado, cuando se ha reparado cualquier clase de injusticia, ha sido porque el pueblo ha actuado como ciudadanos y no como políticos. No se limitaron a quejarse, sino que trabajaron, se movieron, se organizaron, se sublevaron cuando fue necesario para atraer la atención sobre su situación de los que estaban el poder. Y eso lo que tenemos que hacer en la actualidad.



******

* Transcripción de una charla de Zinn el 2 de febrero en el restaurante Busboys and Poets de Washington, adaptada por Alex Read y Matt Korn.
(*)Howard Zinn es autor de “A People’s History of the United States”, “Voices of a People’s History (con Anthony Arnove) y “A Power Governements Cannot Supress”.
Notas
1. N.T.: Programa público de empleo para parados creado por Roosevelt entre 1933 y 1942.
2. N.T.: Work Prjects Administration fue el mayor organismo del New Deal que dio trabajo a millones de personas y se extendió a casi todas las localidades de Estados Unidos, en particular a las zonas rurales y a las poblaciones de las zonas montañesas del oeste.
3. N.T.: Economista, elegido por Obama para dirigir su gabinete económico. Fue presidente de la universidad de Harvard, y se hizo famoso por asegurar que la mujer estaba menos dotada para la ciencia y las matemáticas.

http://www.zmag.org/znet/viewArticle/21486

Traducción tomada de IAR Noticias

domingo, 17 de mayo de 2009

A PROPOSITO DE “GRAN CUÑADO”

A PROPOSITO DE “GRAN CUÑADO”

La campaña de la tele
Tres especialistas en medios de comunicación analizan el fenómeno de la parodia política en el programa de Marcelo Tinelli, los efectos en la disputa electoral y las reacciones de los imitados.


Por Horacio González *

Pantalla testimonial
¿Acaso no tenemos humor? ¿No poseemos –individualmente y también como pueblo– un sentido admirable de la ironía? ¿No hay ternura en el fondo de tantas cachadas bastante crueles? ¿No integra la cargada una parte esencial del carácter nacional? ¿No aprendimos con indulgencia a llamarlas “sobrada”, “gastada” o “meter presión”? ¿Y a decir “lo embocó” cuando da en el blanco alguna broma subida de tono? ¿No nos gusta de tanto en tanto “embocarlo” amistosamente a alguien, un compañero, un vecino, al infatuado superior jerárquico? Abandonémonos entonces al buen entretenimiento que nos propone “Gran Cuñado”. Es un momento de jovialidad; nadie puede ser tan amargo. Reírse de los políticos es el gesto masivo que permite tolerarlos. Si hasta ellos, los propios candidatos satirizados, dicen que les conviene. ¿No piden ser muchos de ellos aspirantes a que Tinelli les ponga un imitador, no importa si malo, si precario, si de torpe comicidad? El humor filosófico es tan viejo como las comedias de Aristófanes. La risa es quizá la viga secreta de la estructura del mundo. La representación teatral es la gran heredera del acto cómico espontáneo, del desdoblamiento de la realidad entre la fantasía y la gravedad. El humor político mantiene en su cuerda interna todo el ardor utópico que la política real demasiadas veces pareciera haber perdido. La historia moderna es de alguna manera la historia del humor político, rasgo libertario que los monarcas desearon expropiar con sus bufones y los artistas plebeyos retomaron para marcar los rumbos de la revuelta. Muchas transformaciones sociales fueron precedidas por humoristas, por el teatro satírico o el periodismo sarcástico. La ironía, instrumento romántico, era odiada por Hegel por su contenido revulsivo, capaz de quitarle fuerza al momento afirmativo de las sociedades. Pero los grandes ironistas, Jonathan Swift, lectura para adultos luego asumida por el lector infantil, y Daniel Defoe, lectura infantil luego asumida por adultos, supieron retratar el ridículo de las sociedades entumecidas.

Pero Tinelli, estación final del humor tomado como mascarón de proa de la televisión de masas, quizá sea el momento más degradado de una larga tradición picaresca, el acabóse de su largo pacto de las poblaciones con el teatro burlesco popular. ¿Cómo llegamos hasta aquí? Momentos de preparación, que tuvieron la temerosa complicidad de la clase política, lo proporcionaron los programas “juveniles” que tomaban exámenes devastadores a funcionarios y aspirantes a serlo. Ingeniosos reporteros entrenados en festejables prácticas de desenfado y simpáticas insolencias, sin embargo desmontaron a diario el lenguaje político articulado. Obligaron a que cada interrogado mostrara que sabía devolver las estocadas de igual a igual, que tenía el chascarrillo en la punta de la lengua y sabía estar atento a los retruécanos. Así, la política se convirtió en un duelo en que el político fiscalizado podía salir malherido o venturoso de la requisa. La televisión humorística condujo el laboratorio en el que se aprobaba a los políticos adiestrados en la réplica feliz y se repartían bochazos a los incompetentes. Aunque a los primeros los inmovilizará como “dobles” televisivos de sí mismos y a los segundos los enviará al suplicio que se les destina a los ridículos. A “los que no saben comprender una diversión” aunque sean hombres de ideas y pasiones complejas.

El “Gran Cuñado” es el remate de todas las tendencias hacia el control biopolítico de las poblaciones, el freno burdo a la expansión libre de la sentimentalidad colectiva. Que consigue hacernos reír, lo sé. Tal o cual caracterización puede ser obra de una reflexión aguda, aunque lo habitual en ese programa es la grosería que busca complicidad humillante y no humor verdadero. Un falso aire de fiesta escolar, en el patio de recreos donde gobierna una traviesa estudiantina, recorre el programa, que es la parodia de lo que de por sí ya es una parodia de los programas de vigilancia que asumen la vigilancia misma como alegoría. Ahora, la vigilante parodia de la vigilancia parece un retorno a la realidad. A la idea real de la política que tiene la televisión, o este tipo de televisión. Se trata de la esencia misma de un estilo televisivo que organiza a diario elecciones testimoniales (todos somos “dobles” de algo) en las que pone en juego a millones de personas para educarnos sobre cuáles son los beneficios de permanecer en comunidades ficticias o ser “nominados” de ellas, concepto con el cual se confunde definitivamente una liberación con un escarnio. ¿Es bueno irse, es bueno quedarse? Nosotros, públicos televisivos, ya no lo sabemos.

De la Rúa tuvo, si se quiere, un único mérito. Fue la primera víctima de un sistema vejatorio, al que quiso encarar con astucias que no tenía y una torpeza que se revelaba en el resto de su actuación pública. Fue derrotado por los Grandes Examinadores, a los que no conseguiría engañar tratando de aprender rápido y de memoria un oficio para el que no estaba dotado. Pero así la “Televisión” –en la era de la emisión testimonial, porque ya tenían todo y lo ponen de nuevo en juego en su repetitivo plebiscito diario– mostraba que hacía tropezar a un hombre torpe que después decía una verdad inútil, increíble y jocosa. ¿Cómo no reírse de alguien que afirmaba que fue volteado por la televisión, tal como en 1890, en la Revolución del Parque, se dijo que la revolución necesitó algunos fusiles y de todas las caricaturas de Don Quijote, una de las grandes revistas satíricas de la época?

Tal vez podemos solazarnos con que “Gran Cuñado” carga las tintas con unos políticos más que con otros, que hay un mordaz salvajismo en la representación de “la Presidenta”, que “Cobos” está captado en la épica del pusilánime, que “Reutemann” exhibe una impavidez bien lograda, que tales o cuales aparecen con cancherismos que no los desfavorecen, que el guión tiene algunas ironías que ocasionalmente van más allá de la mera chabacanería, que uno u otro actor se desempeña adecuadamente, a pesar de que el conductor del programa ejerce una pesada socarronería al servicio de la cual está el programa, llegando al extremo de humillar a los propios profesionales de la actuación. Puede ser. Pero no hace falta extrañar demasiado a Tato Bores –que cultivaba un delicado hilo de dolor colectivo bajo su destreza de comediante bufo– para saber que estamos no sólo ante una grosería artística, un mal teatro de marionetas, sino ante un desfondamiento de las raíces comunitarias de la política.

Nadie tiene por qué reprimir la risa, pero en su modo más genuino, ella nos lleva a la comprensión profunda de las cosas. Tinelli hace reír a millones para obturar esa comprensión. Incauto aquel que se sienta favorecido por esas escenas o que –candidato bon vivant– crea que debe defenderse de ellas diciendo que las ve en familia comiendo pochoclo, como un acto mundano más. Cuando la televisión en su extremo funambulesco muestra todos sus recursos e incluso festeja sus propias ficciones con pobres polichinelas vacíos que abaten los cimientos cívicos de sociabilidad reflexiva, no sólo peligra la política como acontecimiento creador. No sólo se percibe que puede quedar incapacitada para reaccionar políticamente frente a lo que la desmantela –pues ella es también culpable de haber aceptado una lengua que no era la suya, poniendo en peligro las transformaciones y la justicia que de ella misma deben emanar–, sino que el propio humor que revisa los atontamientos colectivos está en riesgo, pues está a punto él mismo de convertirse en el pilar mismo de esa necedad, perdiendo la aptitud que tuvieron los grandes humoristas para denunciarla.

Vamos a votar de aquí a poco. Las escenas políticas más vistas serán sin duda las que representan esta vida de fantoches desdichados, que en “Gran Cuñado” también usurpan la idea del “doble” que dio tantas maravillas teatrales o novelísticas y llevó a tantas generaciones a reflexionar sobre la sobria precariedad de la vida. No sería digno votar dentro de ellas. Si cabe, ríase. Puede haber allí momentos interesantes, que pertenecen a todo lo que en el teatro televisivo hay de involuntario y de instintivamente desgarrador. Pero en el fondo, votar hoy en la Argentina es votar contra esta manera de la televisión testimonial, ensimismada. Que parodia la política y parodia a su vez a la televisión. Pero de la manera en que todo eso está hecho, lo primero es grave, aunque los políticos que crean beneficiarse con sus dobles –ambos vacíos de espíritu– se conformen con la “instalación”. Mientras que lo segundo es la forma habitual de la televisión que despacha ultrajes y desestimación, esos moldes pseudotestimoniales con que nos abastece a diario.

* Sociólogo, profesor de la UBA, director de la Biblioteca Nacional.

Por Roberto Marafioti *

Nadie es mejor que su tiempo
Un poco más que cuarenta y cinco días antes de las elecciones, Tinelli reestrenó “Gran Cuñado”. La semana política se vio sacudida no sólo por el cierre de listas y los actos de presentación de candidatos, sino también por el rating de Showmatch. El desafío suponía mezclarse en el juego político y vislumbrar una actitud frente al oficialismo. Sabido es que en otras épocas la Casa Rosada fue frecuentada por Tinelli e incluso éste no dudaba en mostrarse bromeando con el ex presidente. Los tiempos cambian y la lógica mediática es implacable y sólo reconoce la racionalidad instrumental.

La escenografía del programa es circense y carnavalesca. Fiel a su época: el espectador puede devenir actor. Las cámaras son exhibidas en su función de capturar imágenes. El público asistente eleva pancartas apoyando a su favorito. Todo allí puede parecer que es desorden. Nada es estable y lo que está en un sitio puede aparecer más tarde en otro; sin embargo, siempre subyace un orden estricto. La función estética, como en el circo o el carnaval, puede ser altamente preciosista, y de hecho aquí también lo es. Las chicas de Tinelli no sólo son pulposas y sugestivas, también son buenas bailarinas. Los libretistas no son humoristas advenedizos. La producción no es improvisada, existe una sofisticación definida al servicio de un producto que puede ser compartido o no pero que no es ni inocente ni improvisado. A veces se ha denominado a esta explosión incontenible de imágenes irradiadas por los medios masivos como fenómenos de “estetización de la vida cotidiana”. Puede que así sea.

La risa, el condimento sustancial del programa, es un fenómeno serio. Llamó la atención no sólo de aquellos que trabajan en el espectáculo sino también de quienes estudian la conducta humana. Desde siempre, permitió la elaboración de diferentes teorías acerca de su funcionamiento. La cuestión central de la risa es delimitar de qué nos reímos, cómo se incluye al otro y cómo se participa de eso de lo cual nos reímos. La risa siempre es una relación con el mundo. Habla de él pero de modo diferente. Ya sea la parodia, la ironía o la sátira, allí hay un juego con el otro que es más o menos incluido. En algunos casos, se convoca a ser parte del espectáculo; en otros, la crítica es velada y denuncia un orden. El horizonte de veracidad está en esta ambivalencia.

La fórmula de “Gran Cuñado” sirve ahora para dialogar con el universo de la política en situación de paridad. Los 36 puntos de rating valen una cantidad enorme de eventuales votos y ninguno quiere quedar fuera de la partida. Incluso si no se sale bien parado. Esos puntos son tan importantes que hasta los mismos políticos se sacrifican a ser exonerados en el patíbulo mediático. La parodia de los políticos intenta hurgar en los errores, los gestos, las obstinaciones y los desaciertos de personajes que son puestos afuera pero dentro de una ficción construida según la voluntad del medio. El objetivo es la complicidad de un público descreído y dispuesto a entregarse a los brazos de la banalidad más profunda y vacua. Puede haber alguna diferencia en las caracterizaciones de De Narváez, D’Elía, Nacha Guevara o Kirchner, pero la unidad es la impugnación a una práctica degradada.

Valdría la pena poner en relación a otros programas que emplean el humor para hablar de los políticos en un tiempo en donde la política fue barrida de la televisión abierta. Caiga quien caiga y Un mundo perfecto incursionan en la política pero en una versión no tan canallesca, aun cuando en algunos momentos puedan ser más ácidos que Tinelli.

El ganador de “Gran Cuñado” es quien lo promueve, no habrá una victoria definitiva, el único que gana es el género. Llámese vodevil, circo o show político. Lo que en verdad se transmite es la anomia en que han sucumbido importantes sectores de la sociedad. Y eso marca un decaimiento generalizado. Nadie puede tirar la primera piedra ni impugnar definitivamente una realidad. Mucho menos los presentadores mediáticos, porque nadie es mejor que su tiempo.

* Semiólogo, profesor de la UBA y la UNLZ.

Por Raúl Barreiros *

Mímesis, caricatura y parodia
Toda comprensión de un texto se debe a que remite a otros textos. Todo lo que dicen “los cuñados” cruza al discurso político argentino. Los libretistas de Tinelli transforman esas máscaras metonímicas de sus personajes en repetidores de textos desviados de sus objetivos, aquellos que tenían cuando fueron dichos por sus verdaderos creadores. Las parodias son textos que se ríen de otros textos con efectos cómicos. Este desvío es posible por un dispositivo formador de sentido que es la puesta en escena. El conocimiento de esa escenificación incluye a Tinelli, Canal 13 y Grupo Clarín. Es la construcción de esa escena lo que hace que cuando un “Néstor” exclama “¡¿De qué tenés miedo, Clarín?!” se produzca un cambio que se resignifica en un “¡No te tenemos miedo, Néstor!”.

Nadie debe ni siquiera parpadear ante una lectura en clave política de este show más allá de lo obvio, pues hay una pelea política y estas luchas se dan también en los medios y en cualquier género (noticieros, debates, programas cómicos, etc.). Los personajes son políticos, sus textos también lo son. Y el enunciador, el que da sentido, es la Institución Televisión que ya tomó partido. Las marionetas no representan una pelea política, sino un “Gran Cuñado”. Toda esa puesta en escena de los personajes es una apuesta y una única posición política de cara a los espectadores: la candidatura de Mauricio Macri. Algún diario señala que “el martes las sonrisas abundaron en el Gobierno de la Ciudad (...)”. Ya Macri había dicho que “hay que tener sentido del humor” [¡Y cómo no!] (...) En el PRO consideran a ShowMatch como una fuerte herramienta de campaña electoral. Tinelli contó que le había sumado al ex presidente de Boca “‘4 o 5 puntos’ en una elección anterior”. Extendiendo esto, diría ¡minga de humor sano! El humor es uno solo, lleno de recovecos, fisuras, estallidos, y no puede sino ser así: nos reímos de éste o de aquél de diferente manera según los intertextos interpretantes que circulan entre nosotros y la propuesta escénica. Las reglas del juego son así, y está bien.

No está en nuestro imaginario la flema inglesa que, además, no existe en Inglaterra, es sólo un producto for export. Los personajes son caricaturas de existentes reales, trazos gruesos que permiten identificarlos rápidamente: a “Lilita” con Nostradamus y a “Francisco” (Narváez) con el hombre simple, pero rico, que realmente es, que pretende y simula que ayudarlo a él es ayudarse uno a sí mismo, repicando su cantinela: “quereme, querete; ayudame, ayudate; alica, alicate”, tal vez el mejor chiste nonsense de la noche.

El discurso paródico trae a escena, repetitivamente, el discurso objeto de la parodia, su texto fuente, el discurso político, ya que de no hacerlo perdería su poder crítico. Nik, el de los chistes político-morales de La Nación, es libretista de “Gran Cuñado” y dice –quiero creer que ingenuamente– que tratan a todos por igual; no sabe, ignora o se hace el que. Puede que no sepa (las estrategias enunciativas son del manejo mediático) pero su sesgo político en La Nación, la escena y su trastienda transmiten otra cosa.

¿Cómo digitará no sólo Tinelli sino ShowMatch, esta parte que nunca puede sino favorecer a Mauricio y a Francisco? En este programa las estrellas son los títeres que encarnan “Cristina” y “Néstor”, el resto es la corte. Si ellos se van rápido el programa quiebra su rating. Sin embargo, el éxito del programa depende, contradictoriamente, de su permanencia y de su nominación, sentencia y expulsión. De los laberintos se sale por arriba debe haber escrito Borges alguna vez.

* Semiólogo, investigador en Medios masivos en UNLP, UNLZ, IUNA.

martes, 12 de mayo de 2009

Cómo leer al Pato Donald, con Obama y treinta años después

Cómo leer al Pato Donald, con Obama y treinta años después

El autor de un clásico de los años '70 vino al país para presentar su nueva novela en la Feria del Libro. Por: Silvana Boschi

1 de 1PRESENTACION. DORFMAN VINO A BUENOS AIRES, SU CIUDAD NATAL, A PRESENTAR "LA MAS AMBICIOSA DE SUS NOVELAS.

Aunque es un escritor y guionista reconocido en los Estados Unidos y Europa, el nombre de Ariel Dorfman evoca en nuestro país al autor de "Para leer al Pato Donald", una suerte de Biblia de los años '70, que con preceptos cercanos al marxismo deconstruía la presencia imperialista en la cultura. El libro que escribió junto a Armand Mattelart se convirtió en un clásico. Pero este hombre que nació aquí y se crió en los Estados Unidos y Chile, lleva escritas cinco novelas, varias obras teatrales, y recibió el premio Laurence Olivier por La Muerte y la doncella, llevada al cine por Roman Polanski.

Dorfman está en Buenos Aires para presentar en la Feria del Libro su nueva novela, Americanos, los pasos de Murieta. Ayer dialogó con Clarín sobre esta obra, que toma la figura legendaria de Joaquín Murieta, un personaje de California durante la Fiebre del Oro, en 1850, para recorrer más de cien años de historia en América del Norte y del Sur, lo que incluye las batallas de la independencia, la pérdida de California y los romances y traiciones de sus protagonistas. "En esta novela hay mucha violencia, mucho sexo, pero también recorre una tradición del juego literario, y eso es muy argentino", asegura.

¿Desde que escribió "Para leer al Pato Donald" hasta ahora, cómo cambió su visión de la cultura?

Ese libro fue escrito en un momento de lucha social en Chile y dentro de una revolución que intentó cambiar todo. Se escribió en diez días, en el calor de la lucha por la supervivencia. Y yo diría que si uno mira la obra del Pato Donald, no como problema ideológico sino como forma de escritura, es una apropiación latinoamericana de un mito norteamericano. Y si uno lo piensa, esta novela no es tan diferente: es la apropiación latinoamericana de un mito norteamericano, incluso de un Estado norteamericano entero, California. En un sentido, aquí está el encuentro de América latina con Norteamérica, tratando de ver cuáles son los limites de confrontación pero también de encuentro. En los 70, yo veía a los Estados Unidos como intentando apropiarse de nuestra cultura.

¿Y cómo es su visión ahora?

Ahora es muy distinto. Este es el libro de alguien exiliado, de alguien que intenta renarrar la historia de los Estados Unidos entera, y también narrar de una manera diferente la historia de América latina. No creo que haya muchos libros que narren a California desde la perspectiva latinoamericana. Es la obra más ambiciosa que he intentado. Fue escrita en inglés y luego traducida, pero el inglés en el que escribí la obra ya tenía un fantasma del castellano adentro.

¿Qué pasa con la cultura de Estados Unidos en la era de Obama?

En un sentido, el libro del Pato Donald sigue vigente. La estructura que nosotros vimos en los comics de Disney se ha globalizado. Disney es más global que antes. Pero también se matizan mucho más las cosas, en el sentido que la realidad es mucho más compleja que lo que yo retraté en ese libro. Yo vivo en los Estados Unidos y la visión que tengo de la cultura norteamericana es muy diversa hoy, hay cosas de allí que si las importan acá son más liberadoras. No necesariamente todo lo que viene del norte es negativo, y tampoco las cosas que hacemos acá son todas positivas. Creo que ha habido una evolución.

¿Tiene fe en Obama?

Lo que significa Obama es la posibilidad de un cambio paradigmático en cuanto a lo que se discute. En este momento se está discutiendo en los Estados Unidos qué modelo de sociedad queremos. Antes eso era impensable en los Estados Unidos y el mundo. Se está discutiendo en todas partes, en los medios, en las esquinas, en los bares, en las escuelas. Porque hay una crisis muy grande, y es evidente que esta crisis abre la posibilidad de una discusión a fondo acerca de la justicia social y de un cambio de un modelo económico también. Y creo que eso es muy importante.

El bicentenario de América Latina (El País- España)

El bicentenario de América Latina

Contra un mito de 200 años
La desigualdad en el continente no se remonta a la colonia sino a principios del siglo XX - La región creció al nivel de los países más ricos entre 1860 y 1938
FERNANDO GUALDONI - Madrid - 12/05/2009



El rey Juan Carlos dio ayer el pistoletazo de salida de las conmemoraciones de los 200 años de las independencias latinoamericanas. Entre lo que queda de este año y el próximo, el grueso de los países de la región celebrará el primer grito de libertad de la corona española. Habrá discursos revisionistas críticos, los más, y alguno que otro que intente mirar hacia adelante. En cualquier caso, será difícil soslayar los puntos más negros de la historia latinoamericana: la desigualdad y la exclusión social, y las crisis económicas crónicas.


España propone el modelo de la UE para la integración latinoamericana

Juan Carlos I. Rey de España

A FONDO
Nacimiento: 05-01-1938 Lugar: Roma


La creación de riqueza en la zona está estancada desde hace 50 años
Pero ni la desigualdad se remonta a la colonia -más bien arranca en los albores del siglo XX- ni las crisis que han diezmado la región son añejas, pues Latinoamérica perdió el tren del desarrollo hace apenas 30 años.

"En comparación con el resto del mundo, la desigualdad no era alta en la América precolombina ni lo fue durante la conquista y la colonización. Ni tan siquiera lo fue durante gran parte del siglo XIX. La desigualdad crónica de América Latina es un mito", afirmó Jeffrey Williamson, profesor emérito y ex director del Departamento de Economía de la Universidad de Harvard, en la conferencia sobre desigualdad en la historia económica que organizaron el Instituto Figuerola de la Universidad Carlos III y la Fundación Ramón Areces la semana pasada en Madrid.

Jan Luiten van Zanden, vicepresidente de la Asociación Internacional de Historia Económica, y Peter Lindert, profesor de la Universidad de California-Davis, respaldaron la tesis de Williamson. "Es importante entender que hasta la industrialización, América Latina no era más desigual que el norte de Europa. En una economía agraria, de trabajadores poco cualificados, los desequilibrios son menores. Es en el siglo XX, cien años después de las independencias, cuando surge la desigualdad urbana. Es cuando los mayores salarios por el trabajo cualificado y la educación disparan la brecha", concluyen Lindert y Van Zanden.

"Cuando a mediados del siglo pasado Juan Domingo Perón, por ejemplo, hace su revolución, quienes más se benefician son los trabajadores de los sindicatos que apoyan al Gobierno. Pasa lo mismo en Chile durante el tiempo que Salvador Allende pudo gobernar: los estibadores y mineros fueron los más beneficiados de sus políticas. Así que entre éstos y los demás trabajadores, especialmente los del sector informal, se acentuó la desigualdad", explica Williamson.

Ninguno de los tres historiadores económicos cree que la desigualdad y la exclusión puedan reducirse de un zarpazo. Hoy, a las puertas del bicentenario, la mayoría de los Gobiernos de América Latina se identifica con la izquierda, desde la más moderada a la más radical. ¿Cuál es el mejor modelo para estrechar la brecha de la desigualdad? "Tomemos el ejemplo de Cuba, es la revolución más longeva. Redujo la desigualdad, pero también se empobreció la isla, y entre pobres las diferencias son menores. Es más, puede que ahora aparezcan los desequilibrios entre quienes reciben dinero de sus familiares en Estados Unidos y los que no", cuenta Williamson. "La revolución de Chávez, en Venezuela, no sólo no ha reducido la desigualdad, sino que la ha acentuado", explica Lindert. "Es un régimen que sólo se ha ocupado de crear clientelismo político", añade.

En la historia económica de América Latina siempre ha habido dos jinetes del apocalipsis: la oligarquía y el imperialismo. Ningún historiador cuestiona las maniobras de los terratenientes primero, y las de los industriales después, para mantener sus privilegios en todos los países y con todos los regímenes. Tampoco que Estados Unidos ha intervenido en la región en defensa de sus intereses por encima de todo.

Pero, a pesar de todo esto, el historiador británico Victor Bulmer-Thomas, ex director del Instituto de Estudios Latinoamericanos de Londres -hoy Instituto de las Américas-, concluye en su libro La historia económica de América Latina desde la independencia que "las limitaciones externas, aunque formidables, nunca fueron abrumadoras (...) Las principales razones del relativo atraso de América Latina se encuentran dentro de la propia región (...) Nunca ha tenido el don de la oportunidad. El modelo de crecimiento guiado por las exportaciones cobró impulso casi en proporción inversa a las ventajas comerciales de que disfrutaron las materias primas. Luego la región se cerró en pleno auge del comercio internacional y, por último, llegó la crisis de la deuda de los ochenta...".

En la conferencia en Madrid se sostuvo que América Latina quedó rezagada en los últimos decenios del siglo pasado. Refuta, entre otras ideas, la teoría de la dependencia, es decir, que sostiene que el fracaso de las economías latinoamericanas se debe fundamentalmente a la herencia colonial -La herencia colonial de América Latina, de Stanley J. y Barbara H. Stein es capital en esta tesis-. Si se compara el desarrollo económico latinoamericano desde la independencia con el club de los países ricos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se observa que la región mantuvo el paso de los países más avanzados desde 1860 hasta 1938, y que en la segunda mitad del siglo XX cambia esta tendencia hasta que el declive se acentúa entre 1980 y 2000.

"La región se cierra al mundo con su política de sustitución de las importaciones en los ochenta, y cuando se abre en los noventa el proceso es nefasto. La liberalización se hace a medias, porque en muchas ocasiones lo que se denominó privatizaciones sólo supuso un traspado de los monopolios públicos a los privados", explica Leandro Prados de la Escosura, catedrático de Historia Económica de la Universidad Carlos III de Madrid. "La mayoría de los países de América Latina alcanzaron su techo de riqueza entre finales de la II Guerra Mundial y 1960", sostiene Branko Milanovic, un economista del Banco Mundial experto en desigualdad global. "A partir de entonces, hubo picos y descensos pero, básicamente, la creación de riqueza está estancada desde entonces. La única excepción es Brasil, que desde hace unos años mantiene una línea ascendente", añade.

Las muertes evitables del mal de Chagas

Las muertes evitables del mal de Chagas

Se trata de la principal enfermedad endémica de la Argentina, donde se estima que hay dos millones de infectados. “Hay pocas acciones para detectarla en chicos”, advirtió el director del Programa Nacional de Chagas.

Por Mariana Carbajal

Cada semana mueren alrededor de diez personas en promedio en el país como consecuencia de la enfermedad de Chagas. Hay cerca de dos millones de infectados, según estimó el director del Programa Nacional de Chagas, Héctor Freilij. Pero el mal no afecta a turistas que viajan al exterior de vacaciones. Y entonces, poco se habla de su impacto. No es una enfermedad explosiva: es silenciosa y permanente, es la principal enfermedad endémica de la Argentina. Los que se mueren son los más pobres. Algunos ni siquiera se enteran de que estaban infectados por el parásito que transmite la vinchuca antes de sufrir muerte súbita. Pero de la mano de la migración interna y de la ausencia de planes sistemáticos para combatir la presencia del insecto en las casas, el Chagas llegó a las ciudades y dejó de ser un problema exclusivo de las áreas rurales: en la capital sanjuanina hay vinchucas en edificios deshabitados de una zona residencial, reveló Freilij.

El Programa Nacional del Chagas tiene apenas un presupuesto de 16 millones, al que se suma un financiamiento del Banco Mundial que elevaría el monto a unos 50 millones de pesos para todo el 2009. El presupuesto no supera lo que gastará el Ministerio de Salud de la Nación para comprar unos 110 mil tratamientos del antiviral recomendado para los pacientes con gripe porcina y reforzar el stock que ya tenía de 500 mil dosis, unos 70 millones de pesos.

“Hay pocas acciones de pesquisas para detectar la enfermedad en chicos, cuando se calcula que el 80 al 90 por ciento se cura con un tratamiento de dos meses”, advirtió Freilij, jefe de Parasitología y Chagas del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de la ciudad de Buenos Aires. Una ley nacional que se aprobó hace un año y medio y obliga a realizar test a todos los recién nacidos de madres seropositivas y a todas las embarazadas, nunca fue reglamentada y no se aplica. “Estamos frente a un homicidio por omisión, por no hacer nada”, se lamentó el especialista.

Freilij está al frente del Programa Nacional desde 2008. Se dedica al problema del Chagas desde que era médico residente. Conoce el interior del país y también otros territorios latinoamericanos afectados por la vinchuca. Brasil, Uruguay, Chile y recientemente Guatemala han cortado la transmisión por el vector. “Si se hicieran las cosas bien, en tres, cuatro o cinco años Argentina podría llegar a esa situación”, se esperanza.

La estrategia básica para eliminar la vinchuca de las viviendas es fumigarlas, repetir la operación a los seis meses y controlar y estar atentos cuando vuelven los bichitos para volver a fumigarlos, explicó. Pero las tareas de fumigación, que alguna vez estuvieron centralizadas a nivel nacional y luego fueron delegadas a las provincias, han ido disminuyendo con el correr de los años. “De los 3000 fumigadores que había en la década del ’80, quedaron alrededor de 300. En el último año se nombraron 400. El ministerio les ofreció a las provincias que nombraran rociadores nuevos, la cantidad que necesitaran, y que por dos años se encargaba de pagar los sueldos. Pero al término de ese plazo cada jurisdicción debía absorberlos, y no quisieron asumir ese costo salarial. Para hacer una acción como corresponde se requieren entre 1000 y 1500 rociadores”, precisó Freilij.

Santiago del Estero, Chaco, San Juan y La Rioja son cuatro de las provincias con mayor índice de infestación. Jujuy, Entre Ríos, La Pampa, Neuquén y Río Negro han sido certificadas por la OMS como libres de transmisión domiciliaria por vector. Pero Freilij tiene sus dudas de que actualmente esa situación se mantenga. “Tengo información de que ha vuelto a detectarse vinchuca infectada domiciliaria”, observó. Las migraciones internas han llevado la vinchuca y el Chagas a centros urbanos: en la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, casi el 3,2 por ciento de los donantes de sangre tienen Chagas; en Santiago del Estero, donde se registra la prevalencia más alta, el 14 por ciento de los donantes es seropositivo.

No sólo se trata de rociar y controlar las viviendas. También hay que vigilar la presencia de la vinchuca en los gallineros y alrededores de las casas, en las zonas rurales, las más afectadas. “La vinchuca no se puede erradicar, pero sí controlar”, aclaró el especialista. En parajes de la localidad santiagueña de Añatuya, la Fundación Mundo Sano logró en tres años bajar de un 45 por ciento de viviendas infestadas a apenas un uno por ciento (ver aparte). Según información del Programa Nacional de Chagas, la provincia de Santiago del Estero tenía programada la fumigación en 2969 localidades en 2008: apenas cubrió al 34,4 por ciento. En La Rioja, de las 690 localidades agendadas para realizar tareas de rociado domiciliario, sólo se llegó al 20,6 por ciento. Después de años de olvido, en El Impenetrable se empezó a fumigar para combatir la vinchuca a partir de una presentación judicial de la ONG Nelson Madela que llegó a la Corte Suprema. En 2008, en el Chaco se trataron más de 300 niños infectados con la enfermedad.

“Todas las embarazadas deberían ser testeadas. Es muy importante la rápida detección del niño que nace con Chagas. Un tratamiento farmacológico de 60 días permite la cura en un 80 a 90 por ciento de los casos”, destacó Freilij, médico pediatra e infectólogo. Sin embargo, el experto estima que actualmente de las 700 mil mujeres que dan a luz cada año en el país, sólo son sometidas a un testeo entre 400 mil y 500 mil. La ley sancionada por el Congreso en septiembre de 2007 obliga a diagnosticar a cada embarazada y a cada recién nacido de madre seropositiva. A un año y medio de su aprobación, todavía no fue reglamentada.

No hay estadísticas oficiales. Pero Freilij señala que las estimaciones indican que hay alrededor de dos millones de afectados en el país. Muchos de ellos desconocen que fueron picados por la vinchuca. La picadura no duele y generalmente se produce de noche. Hay pobladores que no saben que el bicho, que habita fundamentalmente en sus ranchos de adobe y techo de paja, transmite una enfermedad. Las condiciones de la vivienda son otro factor importante para combatir el Chagas. “En estados como Texas y Arizona hay vinchuca, pero como no pueden instalarse dentro de las viviendas porque son de buena calidad, no hay Chagas en humanos”, explicó Freilij. En la mayoría de los casos, el contagio se da por intermedio de la vinchuca. Otras fuentes de transmisión son a través de la placenta, durante el embarazo, de madre a hijo, y menos frecuente, por transfusión de sangre contaminada y trasplantes de órganos infectados. Un 30 por ciento de las personas infectadas desarrollará cardiopatía por Chagas. De ese total, el 10 por ciento muere entre los 45 y 50 años por problemas cardíacos. Es una enfermedad calladita. No viaja en avión. Produce un millar de muertes por año en la Argentina, muertes evitables.

sábado, 9 de mayo de 2009

De gorilas y cabecitas

De gorilas y cabecitas

Por Osvaldo Bayer

En estos días tomé como costumbre, al atardecer, enfilar hacia la Feria del Libro. Al templo, como cuando, en los años treinta, las viejas del barrio, a las seis de la tarde, se encaminaban a la parroquia a escuchar la bendición. Claro, en medio está la palabra racionalismo, por lo menos para los lectores de Descartes. Pero a la Feria del Libro le cabe la palabra templo, no de lo sagrado, sino del saber, o por lo menos de la búsqueda para buscar luz en las tinieblas. Pero en la plaza Italia me paran unos conocidos y me explican, emocionados, lo que ha ocurrido en la fábrica Pilkington, de capital japonés, en Vicente López, que fabrica cristales para la industria automotriz. Como dejaron a treinta obreros en la calle, los trabajadores, por solidaridad, declararon el paro. Y fueron atacados por sesenta matones que dejaron a obreros heridos, magullados, humillados. Me señalan que la empresa de seguridad que actúa allí está integrada por gente relacionada con la última dictadura militar. Eso es violencia. La pregunta es: ¿por qué no se inicia juicio contra las personas responsables de ese hecho, “aunque” sean empresarios?

Miro el rostro de los obreros, tienen ira y moretones. Los abrazo. Después, no puedo menos que detenerme ante la puerta de la Feria del Libro. Cara y contracara. Los dos aspectos del ser humano que todavía no ha encontrado la paz y la dignidad. Cesantías, patadas y trompadas en la sociedad, pero también libros. ¿Esto tal vez sólo como consuelo? La tristeza de una humanidad que al parecer no aprende. Los poderosos no aprenden ni siquiera de un conservador como Bismarck, que recomendaba tratar bien a los trabajadores “porque si no se vuelven socialistas”.

No, contra el derecho al trabajo –lo primero y básico que hay que asegurar en una sociedad democrática–, el palo, la trompada. Los matones pagos. El hombre sin trabajo... Nos falta un Dostoievsky para que nos describa toda la inmensa tristeza del desocupado. Y de su familia.

Entro a la Feria del Libro. Todo es exultante: los jóvenes, los adultos, los niños y los libros por todos lados. Risas, silencios, diálogos. Gente leyendo.

Aprender, el único camino, me digo. Pero, ¿hasta cuándo? Y busco el lugar que ocupa el “stand” de Tucumán. La provincia tan querida, a la cual llegué cuando sólo tenía cuarenta días de vida y tuve que dejar a los cuatro años. Pero me quedan imágenes. La calle Lamadrid, donde vivíamos; Doña Josefa, la criolla vecina que nos cuidaba a los tres hermanitos y nos hablaba en tucumano. Y los carros con las cañas de azúcar cortada que pasaban todo el día.

Allí estoy ahora, pero en pleno Palermo, en la Feria del Libro, que por esas ironías del destino argentino tiene su sede en la Sociedad Rural, en el pabellón Martínez de Hoz. La imaginación argentina no tiene límites.

Voy a presentar el libro del tucumano Eduardo Rosenzweig con el provocador título de Victoria Ocampo elige sombreros en París. Sí, ya el título lo dice todo. Es una sátira increíble sobre los dos últimos días de Perón en la Casa Rosada, en ese septiembre de 1955. El autor ha logrado una joya de la ironía y lo patético del alma argentina. Los personajes peronistas hablan en idioma “cabecita” y los antiperonistas, como gorilas. El idioma es de época, tal cual. Así se hablaba. Por supuesto, aparecen las “pochonetas” y todo el clima golpista. El afán del chisme, en esas horas. Todo lo describe Victoria Ocampo mientras lo piensa y se prueba sombreros en París. Leo dos párrafos apenas del libro para poner en clima a los que me escuchan: “Victoria Ocampo está en París, en la 9 Avenue Matignon, en una sala grande de parquet encerado día a día desde hace un siglo. Hay loros y sombreros, loros reales y sombreros fantásticos. La modelo, que se pasea entre Victoria y los espejos, lleva un traje sastre y la tira atada a la cabeza. Sus ojos de estuco, sin disimular cierto hastío que le sube hasta la boca, están fijos sobre los de la escritora. Ella es una buena cliente de la casa pero sudamericana auténtica y bueno, el desgano de la modelo tiene razones de ser. De aquí a cinco años las mujeres ya no usarán sombreros, asegura la dueña de casa. Los visones y las perlas, sí, descender de los automóviles, también, ronronea ante el oído de Victoria con ese estilo extravagante a gato siamés, sirviente, sí, pero del emperador. La escritora, con algo de alarma, contesta que en el Real Hipódromo de Londres, donde compiten los padrillos de la reina, los sombreros estarán de moda siempre. Hay algo aleccionador, conspicuo en el brillo enfurecido de los pisos”.

Y ahora vamos al otro paisaje, al paisaje “cabecita”: “Victoria no sabe con cuál sombrero quedarse porque está pensando justamente en la columna vertebral de la novela, su novela. El general se llama Pocho, le dicen Pocho y regala motonetas a sus chicas de la Unión Estudiantes Secundarios con sede en la quinta presidencial de Olivos, que ríen, juegan, escuchan música, toman chocolate Godet y se bañan. Por eso, el público que es siempre maldiciente, las llama “pochonetas”. Para ese público insidioso tienen algo a motonetas montadas. Ni bien ni mal. Montadas, sin adjetivos. Ahora bien, de todas las chicas que se bañan bajo las duchas, el General eligió a dos. Son mis pendejas, dice él entre amigos pochonistas. Son mis compañeras, lo dice entre la jerarquía sindical pochonista. Son mis fieles partidarias, lo dice entre senadores partidarios. Son mis disturbios, lo dice a un cura que osó esos últimos días pasar por allí. Son mis hembras, lo dice a su otro Pocho, él.

Pero pese a toda la ironía y el lenguaje estricto aunque finalmente superficial de los actores, se siente la enorme tristeza del autor. Tal vez su principal pregunta es: ¿por qué huye el presidente si ya no era posible un triunfo militar después de la derrota del golpe de junio del ’55?

Un golpe que se iba a repetir como algo común de la historia del presente argentino. Sí, después de un Moreno, de un Belgrano, de un Castelli. Yrigoyen se la hizo fácil a Uriburu y sus generales entregando su renuncia como presidente al jefe del Regimiento de Infantería de La Plata. ¿Y por qué Perón renuncia, no ante el Congreso nacional, sino que le entrega ésa, su renuncia, al jefe del Ejército, general Lucero? ¿Y por qué los otros presidentes igual... y ya los contemporáneos, se han modernizado? Ahora nuestros presidentes huyen en helicópteros.

Es que después del sarcasmo literario siempre queda la búsqueda de la ética. Y este libro avanza buscando la ironía ya mordaz para explicarnos todo o por lo menos algo. La conclusión queda en el aire. Pero no puede ser ni gorila ni cabecita.

Lo miro al autor y le digo: después de este libro tenés la obligación de describirnos en el mismo estilo cada una de las huidas de presidentes que hemos tenido en nuestro pasado cercano. Que servirán para interpretar lo que somos y responder a esa pregunta típica de revista de peluquería: “¿Qué nos pasa a los argentinos?”.

Pregunta hasta ahora sin respuesta. Al salir de la feria me encuentro con dos editores que tendrían que estar en bronce en la Feria del Libro: Daniel Divinsky, de ediciones de la Flor, y Manuel Pampín, de Corregidor. Editores de aquel tiempo que recordamos con nostalgia. Esos años sesenta y los primeros de los setenta. Con Jorge Alvarez y Willy Schavelzon, el de Galerna. Falta hacerles justicia. El Estado tendría que haberles editado todos sus libros que les fueron quemados por la dictadura. Y haberles repuesto esos libros en bibliotecas y librerías. No, ni a los editores ni a los autores de esos libros quemados se los rehabilitó ni se los reconoció como víctimas de la bestialidad irracional de la represión.

Tiempos en que esos editores descubrían a los autores y arriesgaban el todo por el todo. Y nos encontrábamos con ellos en la Librería Hernández, en la calle Corrientes. Cuántas ganas, cuánta ilusión justa, cuánto optimismo de ver ya todo muy cerca.

Pero en la Feria del Libro están siempre presentes los que ya no están. Los vemos en las tapas de sus libros, que siguen editándose. Y seguirám editándose. Porque hay lectores que continuarán sus búsquedas de auroras que a veces parecen tan alejadas.