domingo, 30 de enero de 2011

FUTUROS AMANTES- versión original

CHICO BUARQUE- FUTUROS AMANTES

CHICO BUARQUE- Entrevista

Chico Buarque "Puede que la canción esté llegando al fin"

JESÚS RUÍZ MANTILLA

 
Músico, escritor, símbolo. Chico Buarque es un gran icono. Más de 40 años en la música y ocho novelas avalan su inquietud artística. Ahora retrata el derrumbe del viejo Brasil.
Cuando el Chico Buarque músico entra en casa, sale por la puerta el escritor. Estos días, en Río de Janeiro, ocupa su ático con espectaculares vistas a Ipanema el hacedor de canciones. Mientras, el literato anda de viaje. Y su último libro, Leche derramada (Salamandra), acaba de aparecer en España. Es su octava novela. Y de éxito. Porque Chico Buarque no se conformó solo con ser uno de los músicos más importantes de su país, hijo legítimo y predilecto de la bossa nova, referente político en los tiempos duros de la dictadura y objeto de deseo permanente. Quiso volcar su creatividad de manera seria, nada caprichosa, en la literatura. Demostrar que podía llegar a ser un escritor respetado. No solo lo ha logrado en Brasil, sino en todo el mundo. De su anterior libro, Budapest, obtuvo premios, grandes ventas internacionales, reconocimientos y elogios como los de Le Nouvelle Observateur, que le calificó como uno de los autores contemporáneos más interesantes en lengua portuguesa. Para crear aquella novela de dualidades, fina e irónica, sobre un escritor de encargo fascinado por el idioma húngaro –la lengua que mejor entiende el diablo– no le hizo falta pisar la ciudad del Danubio. Jamás había estado allí. En cambio, para escribir Leche derramada, una especie de réquiem sobre el viejo Brasil, sí da la sensación de conocer absolutamente el terreno. Es un libro muy personal sobre un dinosaurio moribundo plagado de recuerdos y anécdotas familiares.


Chico Buarque, el políglota que domina cinco idiomas, el símbolo del Brasil contemporáneo, el media punta que lleva más de 30 años sin perder un partido con su equipo de fútbol, parece ideal, pero tiene sus zonas oscuras, no se llamen a engaño.
La actriz Fernanda Montenegro proclama que usted es perfecto y no tiene defectos. He venido aquí, hasta su casa, para buscárselos. Alguno esconderá. Una gran dama de nuestro teatro.
Lo que le digo, que he venido a desenmascararle. Si no, me voy a decepcionar: buen músico, escritor ya de prestigio, activista de pasado impecable… Y eso que usted nunca me ha visto jugar al fútbol. Lo hago en un equipo que no ha perdido en 32 años.
Pero, hombre, hay un placer en la derrota, ¿no le gustaría aprender a experimentarlo? Hay derrotas, pero son en partidos no oficiales. Cuando terminamos decidimos si es un encuentro oficial o no, depende del resultado.
Una vergüenza. ¿Y de qué juega? Como Messi, más o menos, pero es fútbol 7.
Ya aparece un defecto. Manipulador. Mentiroso más bien, apúntelo.
46 años de carrera ya. Al principio parecía que querían lanzarle al mercado como un artista pop de la 'bossa nova'. ¿No encajó en eso? No fue así. Tuve una experiencia mala cuando vivía en Italia, hacia el 69. No se comprendía entonces muy bien lo que era la música brasileña, además me veían así, como bonito.
Guapo. Igual que ahora. Eso puede ser hasta un defecto. Quizá por eso, fuera de aquí, querían encajarme en un esquema pop. Yo tampoco comprendía qué pasaba conmigo en Italia. En Brasil no. Tengo la idea de lo que he querido siempre y en mi país no existía ese malentendido. No sé qué pueden pensar de mí fuera de Brasil. Tampoco tengo una carrera internacional. Viví en Italia por razones políticas, pero casi toda mi trayectoria se ha desarrollado aquí. Para la literatura es diferente, las traducciones, todo, es más fácil hacerse comprender. En la música puede interpretarse cualquier cosa. La brasileña más porque lleva un poco de todo, mezclado, no llegas a saber con certeza si es samba, bossa nova… Todo al tiempo.
¿Y eso es bueno o malo? Para nosotros es bueno, pero es difícil de comprender fuera. Para el gran público ante todo. El público ve nuestra música en las mismas secciones de los almacenes. Lo que viaja es la sonoridad. Hay una comprensión más emocional que intelectual.
Pero eso es así en todos los niveles. La música posee un lenguaje propio, irracional, que llega o no. Incluso gusta muchas veces por motivos equivocados.
¿Porque no se entiende la letra o porque no se comprende la música? Las letras son importantes, aunque en mi caso están siempre al servicio de la música.
Como escritor, usted ha hecho experimentos bien curiosos. 'Budapest' la escribió sin conocer la ciudad, sin haber ido nunca. Después, ¿la visitó? Nunca había ido. No quise. Empecé a escribir y a mí me fascinaba la lengua, me enamoré del idioma. No me interesaba conocer más allá, estudiar el húngaro me habría llevado 10 años, pero quedó todo mejor así, una ciudad difusa, una historia con neblina. Fue muy interesante llegar a Budapest después de haber estado en cierta forma allí. Comprobar que había cosas que eran iguales y otras absurdas. Tampoco yo quise dar la impresión de que lo conocía a fondo, los nombres eran inventados, basados en la selección húngara de fútbol. Admitir que nunca había pisado la ciudad creó un poco de desconfianza. Algunos se lo tomaron bien; otros, francamente, no.
Les parecería soberbio, sobrao, chulesco. Otro defecto. Bien, bien, apunte. Sí, les parecía que no tenía derecho a inventar algo que ya existía. Los húngaros son muy orgullosos de sus príncipes, sus linajes, sus castillos, su historia.
¿Cómo pudo imaginar la ciudad sin ir? Con guías, diccionarios, palabras que recuerdo de una novia húngara que tuve. Ella me había enseñado esa fascinación. Y la selección húngara de fútbol de 1954. Ese partido que perdimos con ellos. Coleccionaba los cromos y los tenía todos. La verdad es que cuando se me ocurrió el libro, yo pretendía crear una lengua, pero eso era demasiado.
Otro defecto. Una idea no plasmada. Poca perseverancia. ¿Por qué? Al contrario. Mucha perseverancia porque yo empecé a hacerlo, pero me di cuenta de que no lo conseguiría. El protagonista era un arquitecto, no un negro.
¿Se rindió? Defecto… Bueno, bien, vale, pero tuve que escribirlo para darme cuenta de que no era bueno.
¿Perfeccionismo? Otro defecto… Incapacidad mental para crear una novela… ese es el defecto.
Llevamos 20 minutos hablando y han salido cuatro defectos. No sé cómo acabará esto. Soy además perezoso para las entrevistas, otro más.
Bueno, no estoy tan seguro, a lo mejor eso es una virtud. No lo sé. Viene de que para resultar brillante en una conversación así uno debe inventar cosas.
Si en Budapest no estuvo, en 'Leche derramada' sí que ha andado por el terreno. Porque hablamos de Brasil, en profundidad. No viví esa época.
Cada uno de nosotros hemos habitado de alguna manera el pasado de nuestros lugares. ¿No cree? ¿No construyen los ancestros nuestra identidad? De alguna manera, escribir sobre algo que ha ocurrido hace 100 años es como no conocer el lugar. En el tiempo y en el espacio estás perdido. La idea de Leche derramada partió de eso. Imaginación y conocimiento a base de estudio. Aunque aquí investigué todavía más que en Budapest. Además de lo que leí, lo que escuché, las historias de mi madre, que murió hace apenas un año con 100. Hay muchas cosas, desde el nombre de los transatlánticos hasta las casas, las calles.
Es que apreciamos mucho de usted en ese libro. De sus raíces, de su familia, ¿qué más? Historias políticas de la vieja república, desde 1879 hasta 1930, con Vargas, que cambió todo. En mi familia había muchos antepasados que pertenecieron a esa estructura, son historias que conozco sobre todo de la rama de mi madre. Sus recuerdos están en el libro.
O sea, que ha querido hacerle un homenaje póstumo. Póstumo no, porque ella lo leyó. Le gustó, aunque no verse reflejada en algunas cosas. Estaba ya mayor y se sintió un poco incomodada, como los húngaros con mi intrusión.
Como diciendo: ¿para qué te metes a lavar los trapos sucios delante de todo el mundo? Ay, los escritores… Terribles.
Indiscreción. Otro defecto. Sin duda.
Hasta el momento ha salido esto: sobrao, perfeccionista, incapacidad mental, perezoso e indiscreto. Cinco. Bueno, está bien.
Pero ese viejo Brasil que retrata en 'Leche derramada', ¿ya desapareció? Persiste en la mentalidad de mucha gente… Eh… otro defecto: me faltan las palabras en castellano.
No, no lo admito. Porque entonces tendríamos que contar que yo no hablo portugués. Vale. Entonces persiste esa mentalidad. La del viejo país con sus antiguos dueños, el antiguo poder, los dueños del dinero, la perplejidad ante ese nuevo país que crece. La incapacidad de admitir que será de otras familias, otras clases. Eran clanes que tenían un sentimiento de posesión y observan a quienes prosperan con desconfianza o esos aeropuertos atestados de gente mal vestida donde no soportan mezclarse. Siempre tentados en mantenerse aparte, como una élite. Ayer leí un reportaje que diferenciaba entre los ricos y los muy ricos de Santa Catalina. Los ricos iban normalmente a la playa y los muy ricos se quedan en sus hoteles de lujo, con sus prejuicios ante los solo ricos.
No mezclarse. Bueno, eso es muy europeo también. El pijerío. Así que entonces a Brasil ha llegado la clase media y quiere hacerse notar. Prefiero este Brasil al anterior, sin duda. Más dinámico.
Y en eso, ¿qué mérito le damos a Lula? Mucho.
¿Verdaderamente ha acometido una transformación histórica? Sí, su prioridad era sacar de la miseria al mayor número de gente posible. Eso continúa con Dilma Rousseff. La situación social de Brasil era una vergüenza, plagado de desigualdades con toda su riqueza. Pero los méritos vienen también de las bases de la política económica que emprendió Fernando Enrique Cardoso. Fue la clave sin la cual no se habría podido avanzar. Toda esta transformación se ha llevado a cabo con las reglas del capitalismo para crear una riqueza que debía ser distribuida. Algunos desde la izquierda pueden pensar que no fue lo suficientemente humanitario, pero nadie puede negar que ha sido lo más inteligente.
Es lo que hay y lo que se ha demostrado en todas partes que funciona. Por eso se entienden peor otras experiencias latinoamericanas, como las de Venezuela, Ecuador, Bolivia… Hoy lo sabemos. Pero tampoco hay que culpar a quienes lo intentaron en el pasado en Cuba, en el Chile de Allende o aquí, como la propia Dilma creía, que la única salida era la revolución. Ahora sabemos que no.
En 'Budapest' aborda la dualidad. La paradoja es un motor para la creación. Usted se sentirá muchas cosas a la vez. ¿Cuántos Chicos habitan en usted? Hay dos. Viven en la misma casa, pero en habitaciones separadas. Son el escritor y el músico. Ahora habita el músico, el escritor debe de haberse ido a Budapest.
¿Y no se entremezclan? Porque el músico compone letras potentes y el escritor construye un ritmo musical en los libros. Hay un eco en ambas cosas. Pero mientras trabaja uno en lo suyo, el otro no se entromete. No pueden hacer las dos cosas a la vez. Cuando se marcha el escritor, llega el músico, y viceversa. Por otra parte, las letras de las canciones no tienen que ver para mí con la literatura, pero la literatura sí tiene más que ver con la música. Probablemente se adivine fácilmente que el escritor es músico. Las letras de las canciones no son lo mismo. El letrista para mí no es poeta ni narrador, debe despojarse de esa pretensión. Es otra cosa. No existen jerarquías ni distinción entre las dos artes, valen lo mismo. La literatura y la canción popular tienen el mismo valor.

Eso se acabó. Resulta una diferencia completamente anticuada. Es como el viejo Brasil. Cierto, para el viejo Brasil, lo que yo hago es música barata. Es como lo definiría el protagonista de la novela. El nuevo acepta eso bien. El primero en sufrir aquella ruptura jerárquica fue Vinicius de Moraes, era un poeta culto, canónico, que se puso a hacer letras de canciones populares. No lo entendían. ¡Un poeta y diplomático! ¡Sacrilegio! Eso persiste un poco todavía. La idea de que un poeta no puede escribir música popular y un cantante no puede dedicarse a las novelas. Pero ¿qué estaba diciendo?
Lo del músico y el escritor… Ah, sí. Que hay un periodo de adaptación, no es que sale por una puerta el músico y entra el escritor, como en un vodevil. Los tiempos de cada etapa creativa crecen, pero los de mi vida se acortan. No sé hasta dónde llegaré en las cosas que quiero hacer.
¿Ahora con quién estoy hablando? ¿El compositor o el literato? Hasta este año pasado estuvo el escritor acompañando las traducciones. Vigilo las que conozco, español, inglés, italiano, francés, aunque luego me dicen que las mejores son las de lenguas que no entiendo… Lo que me cuesta es empezar. Cuando salgo de la literatura no sé cómo se escribe una canción, cada vez cuesta más…
¿No salen las cosas de dentro y ya? No sirve eso. Quieres contar algo, bien, pero ¿de qué manera? En la literatura, desde encontrar la voz hasta lo que te seduce. Borras y borras hasta que hallas la voz, el tono, la mano sola no sirve. Si la voz, el lenguaje y la historia no están en sintonía, nada vale.
Y el Chico futbolista, ¿quién es? ¿El niño eterno? Sí, juego tres veces por semana.
Lo que es la vida. Cuando venía en el avión vi a unos cuantos niños brasileños vestidos con 'la roja'. Impensable en los tiempos en que todos los niños del mundo se ponían la 'canarinha'. Normal. Y el Barça… Yo recuerdo el Santos de Pelé, el Botafogo de Garrincha en los años cincuenta y sesenta; es difícil comparar, pero ahora hay una fluidez, un perfeccionismo, una alegría.
¿Qué le queda por indagar en la música? Escucho poca música. Leo más. Trabajo con la memoria musical, que tengo repleta. ¿Ve usted por qué no me gusta dar entrevistas? Porque tengo que explicar ciertas cosas. El otro día compuse un vals ruso. ¿Por qué? No lo sé y no puedo inventar una razón. Porque convenía a la historia que quería contar. La música que llegó era de allí para relatar la historia de una mujer rusa con la que contacto por Internet. Ya está. No hay nada que explicar ni buscar apenas nada para componer. A estas alturas es la música la que me busca a mí. Por supuesto que estoy al día y sé quién es Amy Winehouse o Lady Gaga. Pero eso no importa.

¿Cambia con la edad la actitud para escuchar la música o es que nuestro tiempo nos empuja a atender de una manera más fragmentada? Creo que cambiamos cada uno de nosotros. Y solo esperamos que al público le siga interesando lo que hacemos. Hay veces en que das un concierto y piensas de qué te sirve lo nuevo cuando la gente solo quiere que cantes viejas canciones. A mí me gusta cantar lo nuevo, y a ellos, escuchar lo antiguo, así que hay que negociar un poco.
Algunos artistas de su nivel ya están en posición de exigir al público según qué deseos. Exigir, no. Pedir por favor.
¿Le preocupa que los jóvenes brasileños escuchen menos música de su tierra? No es tanto, en la última gira yo vi pocas cabezas con cabellos blancos y más jóvenes.

Cuénteme cómo era Jobim. Desde el momento en que yo escuché la primera canción de bossa nova, Chega de saudade, cantada por João Gilberto, con música de Jobim y letra de Vinicius de Moraes, me cambió la vida. A mí y a todos nosotros. Los que podíamos haber sido otra cosa nos hicimos músicos cuando escuchamos eso, Caetano Veloso, Gilberto Gil, todos.
Por cierto, ¿entre Caetano y usted hubo algún problema? Le acusaban de blando. Eso fue en los tiempos del tropicalismo. Yo no pertenecí a eso. Había dos bandos. Los pro y los anti. Yo no era pro. Trataban de hacer una ruptura con la bossa nova e incorporar instrumentaciones y comportamientos del pop, a lo que yo me oponía. Tuvo su reflejo también en mi música, pero no traumática.
¿Matar al padre? Exacto. Pasaron algunos años de conflicto y luego volvieron.
Como en cualquier familia. Primero: papá, déjame en paz, y luego: anda, cuídame a los niños. ¿Y usted no tendría que haberse comprado una guitarra eléctrica? Es eso, lo que pasa es que me equivoqué de puerta al entrar en la tienda y me compré un piano.
Pero hoy Jobim es indiscutible. Es que fue una epifanía. Lo conocí, fui amigo de Jobim. Por trabajar con él, por escucharle tocar el piano, yo me hice un músico mucho mejor de lo que era. Escuchándole, viéndole trabajar. Yo era un músico intuitivo, de oído, y él me formó. Trato de no ser una copia de él, pero todavía, cuando compongo, siento la sombra del maestro.
¿Vigilante? Un poquito. Pero es que además me enseñó de la vida, hablando, comiendo, compartiendo. Él me obligó a comprar un piano, a aprender música y escribir para otros cosas que no tienen nada que ver con lo que yo hago. Jobim era cálido, divertido, especial.
Todo un clásico de la contemporaneidad. Como Lennon y McCartney. Autores ejemplares de canciones. Sin duda, ese ha sido el género musical de nuestro tiempo. Pero ¿le queda mucho? Las posibilidades de la canción como fenómeno y forma del siglo XX y XXI puede que estén llegando a un fin. Puede que estemos llegando a eso. El rap es un indicio. La armonía, la manera de construir las letras, la falta de interés por lo nuevo, quizá todo eso sean señales.
¿Decadencia? Puede ser. Pasa en otros géneros. La ópera…
Bueno, la ópera resiste. Más de 400 años y hay vigor en nuevos compositores. ¿Ah sí? Otro defecto: ignorancia sobre ópera contemporánea.
Bueno, lo pasamos por alto. En fin, seis defectos. Pocos.

jueves, 27 de enero de 2011

NOAM CHOMSKY entrevistado

Noam Chomsky: “El secretismo de los gobiernos es la defensa de esos gobiernos contra su propia población”

Ñ Digital comienza con una serie de entrevistas y análisis sobre fenómeno WikiLeaks. Aquí, una charla con uno de los intelectuales más importantes del Siglo XX y también uno de los críticos más virulentos de los Estados Unidos.

POR ANDRES HAX - ahax@clarin.com

La desgrabación completa de este audio se encuentra en el texto de la nota. La desgrabación completa de este audio se encuentra en el texto de ...
Las últimas revelaciones del sitio WikiLeaks han puesto a la comunidad internacional, a la diplomacia, al gobierno de los Estados Unidos y al periodismo mismo en un estado de debate, alerta y consternación. Aun es imposible predecir cuáles serán los efectos de las acciones actuales (pasadas y futuras) de la enigmática organización, liderada por el enigmático ¿periodista? ¿provocador? ¿activista? ¿hacker? australiano Julian Assange. A un lado del espectro de opinión se ubican los esperanzados que marcan estas acciones como un paso hacia la transparencia en las maniobras y acciones de los gobiernos del planeta. En el otro extremo se ubican los que acusan a Assange de ser casi un cómplice del terrorismo internacional; alguien que, lejos de estar cumpliendo un ideal periodístico, esta poniendo en riesgo las vidas de personas.
Entre ambas visiones se abre un debate gigantesco para el que Ñ Digital convoca a intelectuales y pensadores de distintos rubros. Este es el turno de Noam Chomsky, el lingüista más importante del siglo XX y uno de los críticos más prolíficos y feroces del gobierno de su propio país, los Estados Unidos. Desde su despacho en el Massachusetts Institute of Technology, en Cambridge, Massachusetts, contundente Chomsky ofreció algunas de sus impresiones iniciales sobre este tema que ocupa las tapas de todos los diarios del mundo en estos días.
¿Considera que lo que esta haciendo WikiLeaks es una forma legítima y ética del periodismo? ¿Y cuáles serán las consecuencias de estas revelaciones al corto y largo plazo?
Vale la pena recordar que el secretismo de los gobiernos se trata, sustancialmente, de la defensa del gobierno contra su propia población. Y en una sociedad democrática la población tendría que saber qué está haciendo su gobierno para poder monitorearlo y —de hecho— determinar qué hace el gobierno. Ahora, hay excepciones con las cuales todos están de acuerdo, pero en general el caso es así. Yo no he leído todos los cables, por supuesto, pero de lo que he visto me parece que ilustra la significancia de este punto: hay cosas en los cables que los gobiernos no quisieran que su propia población supiera.
Creo que es una forma legítima del periodismo, pero creo que se tomarán medidas severas para bloquearlo.
¿Lo sorprende el trabajo que esta haciendo WikiLeaks
No es completamente nuevo. Ha habido muchas filtraciones antes —los Papeles del Pentágono, por ejemplo, en la cual yo participé, fue muy importante y más sustancial que este último. No me sorprende. Creo que mientras la accesibilidad a la información aumente con las modalidades electrónicas habrá más casos similares a este.
Qué WikiLeaks eligiera a medios tradicionales para editar y emitir las filtraciones en un primer instante, ¿es contradictorio con su postura filosófica de apertura?
Creo que no. Supongo que lo podrían haber subido directamente a Internet. Pero de esa manera circularía solamente dentro de la cultura de Internet y no entre un público general.
¿Cómo están manejando la información los medios estadounidenses?
Antes que nada tenemos que tener en cuenta que desde el principio hay un mecanismo de filtros muy severo. Entonces, los cables diplomáticos mismos proveen al gobierno lo que los diplomáticos quieren que sepan y lo que asumen que el gobierno mismo quiere oír. Entonces ya de entrada están muy editados, desde el principio.
Por ejemplo, uno de los cables más incendiarios salidos hasta ahora: el rey Saudita llamando por el bombardeo de Irán. Bueno. Eso fue seleccionado. No sabemos el contexto. Solo tenemos las frases que eligieron los diplomáticos.
Después hay una forma de censura mucho más severa que son los títulos de los diarios que dicen que los estados árabes están aterrorizados por Irán y que quieren que los Estados Unidos hagan algo al respeto. Bueno, hay un hecho muy significante escondido en esta cuestión: hay encuestas de opinión del occidente árabe. La más reciente fue publicado por el Brookings Institute el mes pasado —una encuesta muy cuidadosa— que mostró que en el mundo árabe el 10 por ciento de la población ve a Irán como una amenaza, mientras que un 80 por ciento ve a los Estados Unidos e Israel como una amenaza. Esto no se revela acá [en estas noticias]. Antes que nada, a los diplomáticos no les importa, no les importa la gente, solo les importan los dictadores. Al Departamento de Estado tampoco le importa, por las mismas razones, y aparentemente a los medios tampoco les importa: porque esto es información pública… Y todo esto refleja un profundo desprecio por la democracia. Y no solo en el gobierno, también en la cultura intelectual y de los medios. Esto es otro tipo de selección; selección severa. Y si miras a los otros documentos publicados ves muchos casos similares.
¿Estos cables demuestran que la administración de Obama es, en muchas formas, una continuación de la de Bush?
Sí, pero eso ya lo sabíamos.
¿Tiene algún mensaje esperanzador de cara al futuro?
Bueno, mi último libro publicado se llamó Esperanzas y perspectivas que salió primero en castellano, porque su origen fue en charlas que di en Sudamérica… La parte de esperanza es mayormente sobre Sudamérica. Creo que han estado pasando cosas de gran esperanza allí en la última década. No podemos predecir la historia humana. Pero si miras hacía atrás puedes encontrar un momento cuando parecía imposible que se abandonará la esclavitud, o que se permitiría derechos a las mujeres… Las cosas cambian. Pero cambian si la gente las cambia. No cambian solas y no cambian gracias a los líderes políticos.

Algo sobre el italiano y sus parecidos con políticos vernáculos

 Berlusconi demuestra el modelo de político que actualmente existe en algunos personajes Latinoamericanos, especialmente de Argentima. Políticos millonarios, dueños de multimedios o de equipos de futbol. La dirigencia y determinados sectores los eligen para que pongan orden


¿Se está muriendo la Naturaleza?

Página 12


Es misterioso y todavía no hay explicación científica: desde los últimos días del año pasado se registran muertes casi simultáneas de peces, aves y otras especies en cuatro continentes. El primero de estos fenómenos que se hizo público aconteció en Maryland, a fines de diciembre: dos millones de peces aparecieron muertos en las playas de la bahía de Chesapeake. Días después en Arkansas amanecieron 5.000 mirlos muertos en las calles y 200.000 peces muertos en el río Arkansas. Noticias parecidas comenzaron a venir de diferentes rincones del mundo.
En la playa inglesa de Thantet, condado de Kent, se encontraron estrellas de mar, cangrejos, esponjas, langostas, caracoles y anémonas sin vida; en Nueva Zelanda, centenares de peces y decenas de pingüinos; en el sur de Vietnam, 150 toneladas de peces; pulpos en el puerto de Vila Nova, Portugal, centenares cada mañana desde el 3 de enero; 400 tórtolas caídas de los árboles, muertas, en Faenza, al norte de Italia, el 6 de enero; pérdidas similares en Argentina (100 toneladas de peces en el río Paraná), Brasil (15 toneladas de sardinas, corvinas y peces gato), en Chile (más de un millón y medio de langostinos en la playa de Quenchi, Chiloé), en Canadá, Alemania y otros países. Son hechos que se han registrado antes. Lo que hoy llama la atención es su coincidencia en el tiempo.
Abundan las explicaciones más diversas de esta supuesta anomalía, aunque lo cierto es que las investigaciones no han arrojado resultados firmes. Más bien al revés: despiertan nuevas preguntas. ¿Una suerte de envenenamiento general? No se han hallado hasta ahora elementos que confirmen esta hipótesis. ¿El uso de pesticidas? Esto se podría aplicar a las aves, difícilmente a los peces. Hay inferencias místicas: se acerca el año 2012, portador del Apocalipsis. Otras son francamente disparatadas. Un veterinario sueco explicó así las muerte de unos cien grajos en Suecia: “Nuestra teoría principal es que los fuegos artificiales asustaron a las aves y éstas se posaron en la ruta, pero el cansancio les impidió levantar vuelo y las atropelló un coche” (www.rawstory.com, 5-1-11). Debió ser un automóvil formidable.
Algunos expertos proponen que la causa radica en la brecha abierta en el polo norte del campo magnético de la Tierra, que la envuelve y protege de los vientos solares y de la caída de asteroides y otros objetos que vagan en el espacio (//earthfrenzyradio.com, 6-1-11). Para las aves, va. ¿Y los peces? El vocero de la Comisión de Pesca de Arkansas, Keith Stephens, opina que los peces tambor que terminaron en Chesapeake podrían haber sido víctimas de una enfermedad, dado que todos pertenecían a la misma especie. No deja de ser una especulación. También se menciona el calentamiento global y es bien probable que todos esos factores influyan. Pero el problema de base radica en otro lugar.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) acaba de dar a conocer una lista de las diez especies que corren el mayor peligro de extinción: el tigre, el oso polar, el gorila de la montaña, el pingüino magallánico, el rinoceronte de Java, entre otras (www.tlegraph.co.uk, 25-1-11). Son víctimas desde hace años, siglos, de la depredación humana. La tortuga laúd, la más grande de todas, que ha logrado sobrevivir 100 millones de años sobre este planeta, está diezmada por la caza y su hábitat corre peligro por el aumento del nivel de los mares. Hay peces cuyo destino es convertirse en sushi: “Un único ejemplar de atún rojo se subastó en Tokio al precio record de 32,49 millones de yenes, aproximadamente 400.000 dólares por un solo pescado” (www.treehugger.com, 15-1-10). ¿Cuánto tiempo le quedará al atún rojo antes de desaparecer?
Unas 900 especies vegetales y animales se han extinguido en los últimos 500 años, según una infografía del sitio Mother Nature Network, y más de otras 10.000 corren el peligro de seguir su suerte (www.mnn.com, 5-3-10). Pero es de un siglo a esta parte que este lance se acelera: la acción del hombre es más rápida que el ritmo de reproducción natural de la flora y la fauna. La ballena gris no está precisamente a salvo y tampoco ecosistemas como el mayor arrecife de coral del mundo, la Gran Barrera de Coral, a veces calificada como el ser animal vivo más grande del planeta. Ubicado frente a la costa australiana de Queensland, se extiende a lo largo de 2.600 kilómetros y es visible desde el aire. La Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 1981, pero no faltan los que prefieren el patrimonio propio.
La súbita muerte de aves y de peces era en la antigüedad un presagio seguro de catástrofe que no siempre se cumplía. En el siglo XXI es una realidad tangible. ¿La naturaleza se muere o la están matando?
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-161241-2011-01-27.html

miércoles, 26 de enero de 2011

Reclaman que los asesinos de Cabezas vuelvan a la cárce

Familiares, colegas y amigos del reportero gráfico renovaron el pedido de justicia y reclaman que todos los condenados cumplan con las sentencias a prisión perpetua dictadas en 2000.
  Cabezas, presente!”. La consigna se repitió, una vez más, ayer en la cava de General Madariaga donde hace 14 años asesinaron al reportero gráfico José Luis Cabezas. Las actividades comenzaron el lunes, pasadas las 21, en la Plaza de los Dos Congresos, continuaron con una caravana rumbo a Pinamar –donde realizaron un acto frente al municipio–, acompañados por familiares de víctimas de otros casos impunes, y concluyeron en el lugar donde el 25 de enero de 1997 apareció el cuerpo calcinado del fotógrafo de Editorial Perfil. “Voy a pelear para que los asesinos de José Luis estén presos. Casación bajó la pena y por eso los asesinos fueron beneficiados con el dos por uno. Con el nuevo fallo de la Corte, deberán volver a prisión”, aseguró Gladys, la hermana de Cabezas.
El periodista Gabriel Michi –quien fue a Pinamar con el fotógrafo el año del crimen– recordó que “a pesar de las condenas ejemplares que recibieron los asesinos, estas no se cumplen”.
El 2 de febrero de 2000, la justicia sentenció a prisión perpetua a Horacio Braga, José Auge, Gustavo González y Héctor Retana –todos integrantes de la banda “Los Horneros”–; al ex jefe de Seguridad del empresario postal Alfredo Yabrán, Gregorio Ríos, y a los policías Sergio Camaratta, Aníbal Luna y Gustavo Prellezo. Sin embargo, todos los condenados están en libertad, excepto Retana, quien murió en prisión en 2001. En septiembre del año pasado salió de la cárcel Prellezo.
Esta vez, el recuerdo fue doble: el padre del fotoperiodista, José, falleció en diciembre a causa de una afección cardíaca. El lunes por la noche, Gladys Cabezas afirmó en el acto frente al Congreso que su papá “murió de tristeza”. Además recordó que Camaratta trabaja en una agencia de seguridad privada en Pinamar. “Cuando me enteré de esto, no dormí. Entré en pánico. Este es el tipo que mató a mi hermano y destruyó a mi familia”, afirmó. La ex esposa del fotógrafo le confesó desde España que también siente “miedo” porque los asesinos están en libertad.
El auto que manejaba José Luis Cabezas la noche del 24 de enero de 1997 fue interceptado por Retana, Auge, González y Braga a la salida de una fiesta organizada en la casa de veraneo del empresario postal Oscar Andreani en Pinamar. El fotógrafo fue asesinado de dos balazos calibre 32 y el Ford Fiesta fue incendiado. El cuerpo apareció maniatado y totalmente quemado. El reloj Tag Heuer que llevaba Cabezas en su muñeca se había detenido a las 5:43.
Un año antes, el reportero gráfico había conseguido fotografiar al empresario postal Alfredo Yabrán caminando con la esposa por las playas de Pinamar. El dueño del correo privado OCA había afirmado que sacarle una foto “era como pegarle un tiro en la cabeza”. El 15 de mayo de 1998, la justicia ordenó la detención del empresario sindicado por el ex ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo como “mafioso”. Sin embargo, Yabrán nunca enfretó los tribunales. Cinco días después, en medio de una persecución cinematográfica, “Don Alfredo” se suicidó de un escopetazo.
En octubre de 2008, el jefe de la custodia de Yabrán recuperó la libertad gracias a un fallo de la Cámara de Apelaciones de Dolores. Gregorio Ríos había sido condenado a prisión perpetua por haber organizado el crimen de José Luis Cabezas. <

El trabajo esclavo sigue cosechando

La justicia federal mendocina investiga denuncias sobre trato inhumano en deplorables condiciones laborales y la posible comisión del delito de "trata de personas", tras distintas inspecciones realizadas por la Subsecretaría de Trabajo provincial. En tres departamentos de la provincia se encontraron once menores de edad junto con personas mayores del norte argentino y de países limítrofes trabajando para empresas agrícolas que alquilaron terrenos del Ejército. Las denuncias involucran a los productores ajeros que ya habían sido denunciados, en 2009, por la organización La Alameda como publicó Página/12.
Los operativos de control hechos por inspectores del Ministerio de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos se realizaron la semana pasada en empresas de Guaymallén, Tunuyán y San Carlos, donde se detectaron once menores entre 7 y 14 años realizando trabajo de adultos y también a obreros rurales de países limítrofes y del norte argentino trabajando "en negro" y en deplorables condiciones de trabajo y paga.
Las denuncias que se presentaron ante la justicia federal por el presunto delito de trata de personas estuvieron dirigidas sobre empresas agrícolas que alquilaron terrenos del Ejército en la periferia de las ciudades de Tunuyán y San Carlos, unos 100 kilómetros al sur de la capital provincial.
Las denuncias involucran al contratista Jorge Biscontín que vende las hortalizas cosechadas por los obreros rurales a la empresa "Bachiocchi Hnos.SRL" y a la firma "Gispe", propiedad de José Spitalieri también presidente de la Asociación de Empresarios de Ajo en Mendoza, según constató el fiscal de la justicia provincial en la zona, Fernando Álvarez.
Al pasar las denuncias del área provincial al de la justicia federal, el abogado Pablo Salinas, que integra el grupo de querellantes por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura en Mendoza, dijo que "la justicia en Mendoza está investigando también las denuncias presentadas por el Ministerio de Gobierno local y de allí podrían comprobarse delitos penales por trata de personas".
"Esas denuncias no están paralizadas porque el juez federal Walter Bento con los fiscales Dante Vega y Alejandra Obregón avanzan en las investigaciones", aseguró el abogado del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos.
También reseñó que "la primera denuncia sobre este tema en Mendoza lo hizo la Fundación Alameda" con su patrocinio y del abogado Rodolfo Yanzón, "con filmaciones en fincas locales sobre trabajo infantil y posible trata de personas, a las que siguieron las denuncias e inspecciones del gobierno local y del dirigente defensor de Derechos Humanos en Tunuyán, Ricardo Nasiff".

lunes, 24 de enero de 2011

Arizona: ¿quién es el loco?

 
Por Atilio A. Boron

En junio del año pasado la legislación del Estado de Arizona en materia de control de armas fue considerablemente relajada. La gobernadora republicana, Jan Brewer, impulsora de la cacería a todos aquellos sospechosos de haber incurrido en el delito de “portación de cara” (léase: personas con rasgos fisonómicos que se alejan del modelo “WASP”: blanco, anglosajón y protestante, es decir, lo que en Estados Unidos se conoce como “latinos”), promulgó una iniciativa de la Legislatura de ese estado, apoyada fuertemente por el poderosísimo lobby de la Asociación Nacional del Rifle, derogando una vieja ley estatal que obligaba a los poseedores de armas a obtener un permiso para llevar un arma oculta. Gracias a este “avance libertario y democrático” ahora cualquier persona mayor de 21 años puede portar un arma oculta entre sus ropas, o en su automóvil, o donde sea, sin necesidad de obtener una licencia previa.
La legislación vigente, de todos modos, era ya sumamente permisiva porque permitía a cualquier ciudadano mayor de 18 años, sin antecedentes penales, comprar o poseer un rifle o una escopeta. Para adquirir una pistola la ley se “endurecía” y el eventual comprador debía demostrar ser mayor de 21 años. La anterior gobernadora de Arizona, Janet Napolitano, actual secretaria de Seguridad Nacional de la Administración Obama, había vetado numerosos intentos de eliminar la licencia para portar armas ocultas. Derrotada por la derecha troglodita republicana, su sucesora corrigió de inmediato tamaño error.
La actual legislación, una obra maestra del terror, autoriza a quienes así lo deseen a circular armados en la vía pública con tal de que su arma no sea exhibida: pueden entrar a cualquier sitio, salvo un consultorio médico o una oficina empresarial. Se puede ingresar armado al recinto de la Legislatura estadual y a cualquier oficina pública del estado de Arizona. También a restaurantes y bares, a condición de que el individuo armado no consuma alcohol, algo que dependerá exclusivamente de su propia voluntad pues ni el cantinero ni el mesero están autorizados a preguntarle a quien ordena una bebida alcohólica si es que lleva un arma oculta entre sus ropas.
Las escuelas públicas no son excepción a esta regla: sólo que quienes porten armas deberán llevarlas descargadas y dejarlas en su automóvil mientras se lleva o recoge a un niño. Lo paradójico del caso es que algunas de las víctimas de la reciente masacre de Houston, como la congresista Gabrielle Giffords, aprobaron estas medidas, amparadas en una sesgada interpretación de la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos y en el respeto a los valores tradicionales de Arizona y, en general, del Lejano Oeste. Quien sí lo pagó con su vida, aparte de otros inocentes, entre ellos una niña de nueve años, fue el juez federal John M. Roll, quien había sentenciado la inconstitucionalidad de cualquier decisión del gobierno federal que obligara a los estados a llevar a cabo revisiones de antecedentes penales antes de vender un arma de fuego.
Una perlita indicativa de la gravedad de la crisis política que existe en la ejemplar democracia del Norte la ofrece el hecho de que no haya sido otro que el sheriff del condado de Pima, Clarence W. Dupnik, quien haya aportado un grano de cordura al criticar las leyes vigentes en Arizona y las iniciativas de algunos legisladores del estado que, como respuesta a la masacre perpetrada en Virginia Tech (Abril 2007, ocasionando 32 muertos) habían propuesto nada menos que permitir a estudiantes y maestros portar armas en colegios y universidades. Contrariamente a las enseñanzas de la filosofía política, que supone que jueces y legisladores deben ser personas sensatas, iluminadas por la sabiduría y bendecidas por la templanza, estos personajes públicos de Arizona –y, me arriesgaría a decir, en la mayoría de los estados de la Unión– son energúmenos merecedores de un profundo tratamiento de rehabilitación psiquiátrica antes de ser luego condenados al ostracismo vitalicio. Cabe preguntarse: en la tragedia de Tucson, ¿quién es el loco? El que vació su cargador matando a tantos inocentes o quienes estampan el sello de legalidad a tanta locura?
Pese a todo esto, los publicistas de la derecha insisten en que nada hay de malo en la sociedad norteamericana, que sus leyes son justas y sabias, y que no hay causalidad social que actúe como desencadenante de la tragedia de Tucson. El sistema es maravilloso, lo que fallan son algunos individuos. Si un afroamericano como Obama llegó a ser presidente –una fenomenal tentativa de reanimar al ya difunto Sueño Americano–, el que se quedó en el ghetto y vive del narcotráfico o la mendicidad es por sus vicios, su holgazanería y su irresponsabilidad. Las víctimas del sistema se convierten, en ese discurso, en victimarios. En línea con esta interpretación uno de esos publicistas, Howard Fineman, escribió días atrás en el The Huffington Post que “Las muertes no fueron provocadas por la política, por ideologías o por partidismo. Por lo que sabemos hasta ahora, los actos fueron cometidos por un loco que evidentemente estaba divorciado de la realidad, así como del debate público”. Un debate público que, para hacerlo más ameno, tiene como protagonistas a una gran cantidad de sujetos armados hasta los dientes. Pero con sus armas ocultas, eso sí.
* Director del PLED, Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales.

jueves, 20 de enero de 2011

LES LUTHIERS- a propósito del cura en Mendoza

CAMBIOS SUBJETIVOS EN MUJERES QUE INTEGRAN ORGANIZACIONES SOCIALES

CAMBIOS SUBJETIVOS EN MUJERES QUE INTEGRAN ORGANIZACIONES SOCIALES

“Yo era más escondida”

Al presentar los resultados de un extenso estudio de campo, la autora muestra cómo la intervención en organizaciones de desocupadas/os modificó las posiciones subjetivas de las mujeres participantes; el trabajo incluye testimonios conmovedores.
  Por María Laura Raía *

El Movimiento de Trabajadores y Trabajadoras Desocupados/as de Mendoza tuvo un protagonismo fundamental durante la crisis del 2001. Luego de 2003 desapareció como tal, pero las organizaciones de desocupados que formaron parte del mismo continuaron reconfigurándose, buscando nuevos caminos de acción. Participó gran cantidad de mujeres que fueron ganando protagonismo y se apropiaron de las organizaciones como un espacio que trascendió la lucha por la subsistencia. Las prácticas y experiencias de participación, protagonismo y conformación de espacios grupales posibilitaron la transformación de ciertos rasgos de la subjetividad de sus participantes mujeres. Nos proponemos presentar cómo se produjeron estos procesos de cambio en dos organizaciones de desocupados de la provincia de Mendoza: Asociación de Trabajadores Desocupados de Godoy Cruz (Atdgc) y Casita Combativa (CC).
Las organizaciones se convirtieron para los sujetos no sólo en una herramienta para satisfacer sus necesidades básicas, sino también en un lugar de encuentro, de pertenencia, que robusteció su identidad. En el proceso de construcción de una identidad auténtica –es decir, una identidad con conocimiento de sí, de la historia, del otro, configurada al calor de las prácticas– las organizaciones de desocupados se convirtieron en facilitadoras-posibilitadoras de cambios en las participantes; una forma de funcionamiento que posibilitó la toma de decisiones en forma directa, la realización de actividades y vínculos con otras organizaciones y la experiencia de lucha: construyeron espacios grupales de trabajo y encuentro que se convirtieron en herramientas posibilitadoras de procesos de cambio subjetivos y también colectivos.
De acuerdo con Edelman y Kordon (“Subjetividad en el fin de siglo”, en revista La Marea Nº 11, Buenos Aires, 1998), “una posición activa, implementada colectivamente en la transformación de la realidad que vivimos, juega un papel fundamental en la resolución de la crisis personal, produciendo un verdadero reapuntalamiento en la subjetividad. Esta posición activa puede ayudar a construir nuevos apoyos, ya que el grupo y la tarea que éste se propone en el plano de la práctica social sirven de sostén al psiquismo en riesgo de desestructuración. Hay un cuerpo grupal que lo sostiene, lo reconoce como parte de sí, funciona como marco de apoyatura de una identidad, otorga y asegura pertenencia frente a la indefensión permitiéndole participar simultáneamente en un espacio creativo y transformador en relación al mundo externo. Se desarrollan nuevas capacidades del yo, que incluyen, entre otras, la capacidad de comprender más abarcativamente la inscripción personal en el contexto social, de aumentar la tolerancia a la frustración, de transformar la impotencia en potencia”.

“Por ejemplo, pelear”

Las participantes de estas organizaciones compartieron tareas de diversa naturaleza que les posibilitaron romper con una cotidianidad frustrante. La trama vincular, personal, afectiva y política que mutuamente construyeron, en tanto “compañeras”, generó un fuerte sentido de pertenencia y vigorizó su identidad. La génesis de la organización se enlazó con el reconocimiento del problema común de la falta de trabajo y el conjunto de acciones directas que comenzaron a agregar a sus miembros a partir del reclamo unificado por empleo y comida. La experiencia de lucha en los piquetes, las ollas populares, las demandas en el espacio público por el acceso a planes sociales, fueron los hitos que rompieron un modo de vivir cercado y recluido en el espacio doméstico para tornarlo “cosa pública”. Al calor del proceso comenzó el reconocimiento de aquello en común que tenían sus trayectorias personales.
“Me gusta porque uno puede conseguir muchas cosas, nosotros nos propusimos una meta y lo logramos. Aprendí también que por ejemplo pelear..., peleábamos porque creíamos en una cosa.” (Entrevistada Lorena, Atdgc, 2007.)
“Aprendí que podés seguir, no hace falta de que vengan y te den nada, ni estés pretendiendo. No, yo lo que tengo, lo tengo porque me costó, porque tuve que salir a pelear, porque fue difícil. Y las personas que teníamos al lado... las personas que teníamos alrededor, realmente te van enseñando, vas mirando a otro costado y te das cuenta de que podés salir.” (Entrevistada Ana, Atdgc, 2007.)
Al mismo tiempo que se rompió una cotidianidad centrada en la sobrevivencia familiar, se conformó una cotidianidad sedimentada en la disputa comunitaria por la subsistencia. La vida social comenzó a tener un nuevo eje, la organización, en el cual las tareas habitualmente realizadas por las mujeres cobraron visibilidad, valor social y político.
En el interior de las organizaciones se verificó una división de tareas en las que las mujeres se enrolaban por sus capacidades y habilidades personales, autogestionadas en relación con objetivos discutidos democráticamente. A estos grupos, que se organizaron en torno de una tarea específica en las organizaciones, los denominamos “subgrupos de sostén en lo laboral”: se conformaron en función de las capacidades personales que cada uno de sus miembros puso al servicio del conjunto y de las necesidades de la comunidad próxima y la organización de pertenencia. La revalorización de las tareas impuestas social y culturalmente a las mujeres –el sostenimiento de la reproducción familiar: alimento, vestido, resguardo–, ahora ejercidas para la consecución de otros objetivos, permitieron una profunda valorización de sí mismas y de sus compañeras y la puesta en común de sus saberes en un proceso de autorreconocimiento.
En la Casita Combativa, las tejedoras realizaron un trabajo de “ropero”, en el que la actividad de dar abrigo fue a la vez la de reunión y discusión de las acciones. Un segundo grupo de mujeres encaró la vinculación con otros, organizaciones, instituciones y vecinos, poniendo sus potencialidades de comunicación y relacionamiento a fin de hilvanar una red de solidaridades hacia afuera. El tercero de los grupos se ocupó de garantizar el alimento; aquí se desarrollaron estrategias para conseguir materias primas, producirlas y venderlas, y los ingresos que generaron fueron el motor que potenció la realización de otras acciones conjuntas.
“Claro, antes una no tenía con quién hablar o a dónde ir o cómo va a hablar o cómo preguntar. Y ahora no, eso sí me ha servido a mí porque yo ya he aprendido mucho. Porque antes iba a la Casa de Gobierno, yo no sabía ni cómo entrar ni qué decir, porque a uno le da un poquito de miedo. Así que ya aprendí, ahora no tengo miedo, ahora voy y entro, y si tengo que preguntar tengo que preguntar.” (Entrevistada Guillermina, CC, 2007).

“Cielo y tierra”

Las actividades realizadas por las mujeres del centro de Godoy Cruz tendieron hacia la resolución de sus necesidades por la exigencia activa de fuentes de trabajo y el fortalecimiento del comedor comunitario, espacio donde constituyeron la trama de solidaridades y reconocimiento entre sus miembros. La olla popular y el comedor se instalaron como eje de articulación entre sus participantes y pautaron como estrategia principal la de su aprovisionamiento; por tanto, sus acciones se concentraron en la búsqueda activa de “solidaridad” hacia fuera. A diferencia del caso anterior, el contexto de pauperismo y marginalización estructuró las prácticas de este grupo, como una estrategia de salida, que colocó en un lugar de privilegio la búsqueda activa de empleo y sustento en otros ámbitos, no comunitarios.
“Sí, nos juntamos a charlar, nos juntamos a ver las cosas que hemos podido hacer, a conocer, nos proponemos ‘Mirá, vamos a ver si conseguimos...’, y revolvimos cielo y tierra hasta que conseguimos esta posibilidad de servirles la media tarde a los chicos. Nos juntamos y vemos cómo buscar.” (Entrevistada Ana, Atdgc, 2007).
“Y con todos lo estamos haciendo, siendo que nos pueden ayudar con un puesto en la municipalidad, y bueno, metemos obvio mujeres, porque ahí en el comedor, somos todas mujeres.” (Entrevistada A, Atdgc, 2007.)
Estas mujeres lograron proyectarse al mundo externo al modificar la percepción que tenían sobre sí mismas: de amas de casa silenciadas a “luchadoras”, “piqueteras”, “delegadas”, “responsables”, “militantes”, modificando sus prácticas y performando sus acciones. Se tornaron agentes del proceso interaccional, mediado por tareas que adquirieron nuevos sentidos y que dieron luz a nuevas capacidades y potencialidades. A esto dio lugar la constitución de los grupos como espacios de pertenencia donde las mujeres pudieron hablar sin coacciones sobre sus problemas y experiencias vitales, al compartir el mismo lenguaje y acervo experiencial de su situación de género. Así lo personal se tornó político, lo privado se trocó en público, la resistencia individual se tornó acción colectiva.
“El martes nos juntábamos, en la mañana, a charlar, a conversar, a contar nuestros problemas, de los chicos, de lo que pasábamos, con los maridos..., porque se tocaban muchos temas y, como decíamos nosotras, ‘Estamos entre nosotras, estamos en confianza’.” (Entrevistada Silvina, Atdgc, 2007.)
A partir de este encuentro e integración en un nuevo ámbito de pertenencia comenzaron a manifestarse la desigualdad de clase y las diferencias de género, lo cual dio lugar a la revisión crítica de la propia historia personal. El grupo actuó así como sostén de aprendizaje y comunicación identitario.
“En la casa, hasta defenderse uno no sabe, pero cuando uno ya sale afuera y aprende a comunicarse con la gente, ya uno tiene una charla, ya hablás con otra, y con otra, ya aprendés a desenvolverte un poco mejor, a defenderte, bah, eso es lo que he aprendido.” (Entrevistada Luciana, CC, 2007.)
“Aprendí a valorarme yo misma porque hasta ese momento yo no sabía.” (Entrevistada Erica, CC, 2007.)
“He aprendido mucho acá, a valorizar mis amistades, a hacer de amistades, he aprendido a dialogar mejor con la gente, a acercarme más a la gente, porque era como que yo era más escondida, como que no dialogaba mucho con la gente, no me juntaba, eso ha sido hasta ahora, todas mis amistades están acá en el comedor.” (Entrevistada Silvina, Atdgc, 2007.)

“Muchos pesares”

Los recorridos vitales de las mujeres de ambos grupos estuvieron permeados, desde su infancia, por carencias materiales estructurales, el abandono socioinstitucional y la violencia en su sentido más amplio y profundo, macro y micro social, material y simbólico. Las huellas que estos padecimientos dejaron sobre ellas definieron los testimonios más desgarradores del lugar social y de género asignado, y de las frustraciones que emanan de la vida cotidiana. La pérdida y el abandono se conformaron en los sentimientos predominantes de una subjetividad instada constantemente a sobreponerse o perecer, al mismo tiempo que mostraban la hondura del proceso de exclusión social.
“Sí, nos divertimos. He pasado muchos pesares cuando mataron a mi hijo, me han clavado una estaca en el corazón, mucho pesar, mucho pesar, a mi marido también fallecido... Muchas penas, ahora se está mejor. Acá charlamos, discutimos, nos reímos.” (Entrevistada Luciana, CC, 2007.)
“Había sido hace poquito que habían matado a mi hijo. Yo estaba con un estado depresivo muy mal y acá me pudieron contener porque... el Federico tanto como el Diego me han ayudado muchísimo.” (Entrevistada Erica, CC, 2007.)
“Tengo doce hijos, seis fallecidos, dos mataron en el barrio... Yo estoy con pesar por eso, treinta y un años tenía mi hijo... Por eso vengo acá, uno charla, se ríe, no nos aburrimos.” (Entrevistada Luciana, CC, 2007.)
Los grupos conformados en cada organización actuaron como sostén de pérdidas y pesares, a partir de la necesidad de contención, apoyatura y fortalecimiento de cada una de sus participantes.
“Hay personas que vienen como distracción, se distraen, el ratito que ellas vienen acá se distraen porque tienen problemas en la casa, vienen acá, vienen a distraerse un rato. Alguna gente lo toma así, que acá venís y hablamos cosas de nosotras.” (Entrevistada Erica, CC, 2007.)
“Y yo cualquier problema que tengo, a veces vengo y les digo ‘Mirá, me pasa esto’, te digo que la semana pasada andaba remal, viste, cuando andás mal...” (Entrevistada Silvina, Atdgc, 2007.)
La mayoría de ellas se encontraron en soledad para enfrentar el desarraigo, la falta de trabajo, los problemas de salud, la deserción y el fracaso escolar de sus hijos, la pérdida de sus seres queridos por hechos de gatillo fácil, por peleas en el barrio y condiciones precarias de trabajo e inseguridad laboral.
“... El padre lo mandaba todo el día a trabajar con el carro, lo esperaba afuera de la escuela con el carrito y ‘Andá a juntar cartón y botellas’, se dan cuenta. Y yo siempre le decía: ‘No lo mandes a la calle y si no andá a vigilarlo, fijate que los chicos en la calle empiezan a juntarse, con uno, con otro’, no, y bueno, así llegó como está ahora, perdido en la droga, en las malas amistades, no sé en realidad si roba o no roba, ya hace un año que no vive conmigo, ya está por cumplir los 19, pero con ese chico pasé de todo, de todo, lloré hasta lágrimas de sangre.” (Entrevistada Silvina, Atdgc, 2007.)

“Otras personas igual que yo”

Las organizaciones, como grupos de sostén múltiples, también permitieron una perspectiva crítico-política del padecimiento individual.
“Ah, charlando, sí. Entre compañeras charlamos una cosita, otra cosita... Yo una cosa sé, ella también otra cosa y se va contando...” (Entrevistada María, CC, 2007.)
“Dale a la cabecita pensando..., por lo menos yo me encerraba. Pero nos juntamos, entre las compañeras. Trabajar en grupo también me hizo bien porque antes yo siempre trabajé sola, los trabajos míos siempre fueron solos y después ya me dediqué a trabajar en grupo y eso es lo mejor.” (Entrevistada Erica, CC, 2007.)
“Así que es mucho lo que se necesita realmente acá en la casa. Mucha tolerancia, saber manejar a la gente, porque hay gente que viene y no sabe para dónde disparar, hay mujeres que son muy hurañas, que les parece todo negativo, los otros días me decía una viejita que viajó con nosotras al Encuentro, que había sido el Día de la Madre, nos dice: ‘No sé para qué vine a este mundo..., por qué estoy viva’, o sea, les va tan mal en la vida, y bueno, ahí empezamos a charlar, le dijimos que el destino también uno lo tiene que buscar, y la charlamos, porque hay veces que no sabemos qué hacer, que se va a matar, que se va a pegar un tiro, no sabemos qué hacer con esta mujer. Se siente tan sola realmente y cuando viene acá, bueno, se le pasa. Porque yo le empiezo a charlar y le hablo, le hablo y le hablo, como que le hago ver otra forma de vida.” (Entrevistada Mariana, CC, 2007.)
“Lo que pasa, mirá a mí me sirvió mucho. Ocho años que me quedé sola con mis hijos, quedé con un plan, quedé muy mal y realmente con los cinco me fue muy difícil salir adelante... para mí se me había terminado el mundo, quedarme sola con cinco chicos fue tan feo y verme en esa situación, y bueno, de ahí conseguí el plan, de ahí salí a ver que habían otras personas igual que yo y sabía que se podía salir adelante, pero también lo aprendí acá.” (Entrevistada Ana, Atdgc, 2007.)
Las experiencias de las mujeres en sus organizaciones, los vínculos que se gestaron entre ellas, las relaciones de solidaridad, la posibilidad de aprendizaje, la elaboración de estrategias que les permitieron pensar, reflexionar y desnaturalizar diferentes situaciones, consolidaron la valoración de sí mismas, sus prácticas y experiencias desde un lugar protagónico. En concordancia con el planteo de Ana Quiroga (Crisis, procesos sociales, sujeto y grupo, Ediciones Cinco, Buenos Aires.1998), los grupos generados en la crisis plantearon una alternativa a la frustración, al dolor, a la soledad por la que atravesaron las participantes en su vida cotidiana. En estos espacios elaboraron sus pérdidas y lograron preservar su yo, fortaleciendo una identidad ligada a sus necesidades; desarrollaron potencialidades y capacidades (anteriores y nuevas) a través de un “hacer” creativo y valorizante, superando la fragmentación e individualización que hegemoniza la vida social. Las organizaciones, en algunos casos, posibilitaron la construcción de una “conciencia crítica”, definida por Enrique Pichon-Rivière como el reconocimiento de necesidades propias y de la comunidad a la que se pertenece, conocimiento que va acompañado de una estructuración de vínculos que permitan resolver esas necesidades.
* Texto extractado del trabajo “Mujeres, organizaciones e identidad. Entre el fortalecimiento y las contradicciones”, publicado en la revista Temas de Psicología Social, Nº 28, diciembre de 2010.

Repudio al cura censor de Mendoza


Censuró al grupo coral Lutherieces y después dijo que “la violación de la fe es 10 mil veces peor que la violación de una hija”. El INADI evalúa actuar de oficio y se sumaron condenas, incluso desde la propia Iglesia, aunque no de forma orgánica.
  Las últimas declaraciones del cura de Malargüe, Jorge Gómez, conocido como el “padre Pato” concitaron el repudio generalizado de amplios sectores de la sociedad, incluso desde parte de la comunidad eclesiástica. Y el Obispado de San Rafael, que hasta ahora había defendido la postura de Gómez, reconoció que “la comparación fue un error”. Para justificar su censura contra el grupo Coral Lutherieces, en una presentación en la Fiesta Nacional del Chivo que se realizaba la semana pasada en esa localidad mendocina y a la que consideró “anticatólica”, el párroco de la iglesia Nuestra Señora del Rosario dijo que “la violación de la fe es 10 mil veces peor que la violación de una hija”.
Dos sacerdotes mendocinos lo rechazaron ayer enérgicamente. Rubén Laporte afirmó que cuando escuchó a Gómez le dieron “ganas de llorar”. Vicente Reale, quien apoyó el matrimonio homosexual, sostuvo que es “una locura absoluta comparar la censura con la pederastia. Lamentablemente hay este tipo de pensamiento en la Iglesia”, expresó. En términos similares se pronunció el presidente del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), Claudio Morgado, quien además adelantó a Tiempo Argentino que el organismo evalúa “actuar de oficio”. A su vez, la organización Mendocinos x la igualdad, promotora de la paridad de derechos, la identidad de género y contra la violencia hacia las mujeres, manifestó que “es inadmisible que un sacerdote se arrogue el derecho de censurar espectáculos públicos, y es aberrante y peligroso que, en el intento de justificar sus acciones, relativice un delito tan grave como la violación de niños”.
Coral Lutherieces, que tributa a los reconocidos Les Luthiers, representaba el jueves pasado uno de varios números en la Fiesta del Chivo, cuando en medio del acto el padre Gómez tomó el micrófono de manos de uno de los intérpretes e impuso su finalización para “no permitir que ensucien mi castidad”, ya que el acto satirizaba a los sacerdotes y el celibato. Los días siguientes, el cura justificó su censura en los medios y en una entrevista radial consideró peor la supuesta violación de la fe que el abuso de menores.
“Me parece un horror lo que dijo, ¿a vos te parece que una obra de humor musical es equivalente a violar a una niña o un niño?”, planteó indignado Marcelo Hernández, director de Coral Lutherieces, ante la consulta de este diario.
El cura rechazó los comentarios en su contra que se formularon desde diversos medios, en cambio, a los periodistas de la radio AM1050, que le hicieron una nota amigable hablando del “respeto” con que irrumpió en el escenario, los felicitó y les aseguró que “van a ser premiados por Dios el día de la muerte, de una manera especial”. <

lunes, 17 de enero de 2011

A 22 años de su fallecimiento

El maestro Zitarrosa fue cantor, compositor y de yapa, periodista


Poeta y narrador, el autor de “Doña Soledad”, “El violín de Becho” y “Zamba por vos” se desempeñó como cronista en el semanario uruguayo Marcha, entre mayo de 1965 y junio de 1966, donde publicó una treintena de reportajes.
  Los años 1965 y 1966 habían sido catastróficos para el Uruguay. Por ese entonces, una intensa sequía había devastado los cultivos, el sistema bancario había entrado en crisis, las exportaciones habían mermado por culpa de la Unión Europea. Para fines de ese bienio, la inflación había trepado hasta alcanzar un 88%.
En ese momento, en que el Partido Blanco llevaba adelante su segundo gobierno, un locutor radial, que despuntaba el oficio de cantor de a ratos, fue convocado por el semanario Marcha de Montevideo. Antes, ya había hecho algunas colaboraciones en Perú. Pero su paso por esta revista convertiría definitivamente a Alfredo Zitarrosa en un cronista.
El joven Alfredo había incursionado en la locución a los 19 años, período en que supo combinar su voz de barítono con sus “caprichos de libre pensador congénito”, como a él le gustaba justificar su destino y sus dificultades. Es que en Zitarrosa, además del cantor y el militante, están el locutor y el cronista de Marcha, y de otros medios que le dieron cobijo en su exilio emprendido en 1973, una vez confirmada la prohibición de su canto. Porque Zitarrosa, claro, era el cantor del pueblo. Sus profundas letras, empapadas de un crudo realismo, como “Stefanie”, “Guitarra Negra”, “Adagio de mi país”, “Doña Soledad” y “El violín de Becho”, entre muchísimas más, tienen su antecedente: en 1958 había sido galardonado con el Premio Municipal de Poesía. El jurado estuvo integrado, entre otros, por Juan Carlos Onetti  y el poeta anarquista Vicente Basso Maglio, con quien trabajaría luego en Radio El Espectador.
Entre este joven premiado de 22 años y el cronista de 29 existió una carta. En 1961, Zitarrosa, indignado tras la iniquidad e indiferencia por la muerte de su amigo y compañero Basso Maglio, escribió al semanario montevideano denunciando el clima hostil de la radioemisora con el fallecido. Enseguida, desde la redacción, el periodista Hugo Alfaro reparó en esa misiva.
Más tarde, despedido de la emisora, Zitarrosa –quien siempre supo que su arte era un trabajo– decidió emprender un viaje a la Cuba posterior a Batista, sin más recursos que la magra indemnización, y sin otro móvil que su propia voluntad. Ante la imposibilidad económica de seguir viaje, en 1963, su amigo César Durán logra que debute profesionalmente en Perú. 50 dólares le permitieron llegar a México, país que, junto con la Argentina, lo cobijaría, una vez más, triste y solitario, tras el golpe del 27 de junio de 1973.

“NAVEGAR ES NECESARIO”. Lo cierto es que, apenas regresado de ese viaje iniciático en la década de 1960, y con algunos registros musicales ya grabados, Zitarrosa comenzó a tallar la palabra en canción. Y para ese entonces apareció el ofrecimiento de Marcha. El semanario había surgido con el intempestivo clima de la Segunda Guerra Mundial y fue tan longevo como la argentina Sur, de Victoria Ocampo, que había sido fundada ocho años antes. Sin embargo, las diferencias entre una y otra publicación son abismales; y por cierto, Marcha sale favorecida en la comparación. Con una mirada proyectiva hacia la “Patria Grande de Artigas” y bajo el lema “vivir no es necesario, navegar es necesario”, la revista, dirigida por Carlos Quijano, contribuyó a la formación de lo que por ese entonces se entendía como la “conciencia latinoamericana”, llevada adelante por intelectuales y periodistas que pensaban el Uruguay como parte de una Latinoamérica unificada, lejana e independiente del imperialismo yanqui.
Durante ese año, entre mayo de 1965 y junio de 1966, Zitarrosa comprendió una vez más que la observación del mundo se ceñía a la mirada sobre lo cotidiano. Si en sus canciones las pequeñas historias se tejen con los hilos de las sombras y tristezas sobre el pueblo –esas milongas con olor a ciudad y a campo, ese que había sabido transitar desde su infancia–, en sus crónicas para Marcha descubre la responsabilidad de su labor creativa. Según él, esa treintena de textos debía servir “para demostrar que hay verdaderos hombres entre nosotros. Hombres capaces de convertir por su sola fe, a otro hombre sin oficio ni confianza, en alguien útil a sí mismo y a los demás”. Ese hombre sin oficio ni confianza era, según sus palabras, el propio cantor.
Nadie que haya leído estas crónicas puede pensar de ese modo, aunque sí comprender a Zitarrosa en su ética de trabajo, siempre teñida con un humor algo melancólico y taciturno. Podía entrevistar a los personajes más frívolos de la cultura americana y europea, como Frank Sinatra Jr. o Sylvie Vartan, con una pátina de ironía que siempre sabía entrelazar con alguna incómoda consulta política. Así se lee en la crónica del actor estadounidense George Maharis: “Le pregunté entonces si pensaba salir a conocer Montevideo y cuando la señorita me tradujo la respuesta, al principio me quedé en la luna: ‘Para eso me gustaría tener su cara’. Anoté la frase completa mientras trataba de pensar con rapidez, pero como conozco bien mi cara no tardé en comprender y contraataqué rápidamente: ‘¿Ah, sí? ¿Y qué le parece lo de República Dominicana?’ Ahí empezó una gran confusión. Mientras Maharis me aclaraba que querría poder divertirse sin la cómoda compañía de la fama, el señor pelado –una suerte de representante– levantó los brazos y se puso a gritar que no quería saber nada de política.”
Pero a la par, Zitarrosa pudo plasmar en sus crónicas a esos hombres que, curtidos, lograron convertirse en personas al estilo de su tío Pepe Carbajal. Ese tipo de sujetos que “cuando entraba se convertía en un paisaje”. Allí están Juan Carlos Onetti con sus pequeñas trampas; y Atahualpa Yupanqui, que como él, en ese entonces también era colaborador de periódicos. Allí, un formidable texto sobre el triste misticismo por la figura de San Jorge en un pueblo en que los niños morían a causa de tomar leche contaminada, la única disponible. Allí está Gabito, un lustrabotas que aun con un brazo inmóvil no podía dejar de ejercer su oficio sobre el zapato del entrevistador. Allí el arpista Aníbal Sampayo, que nómade y sin recursos, había conseguido trabajo en un circo, haciendo bailar con su música a un gallo que en realidad saltaba enloquecido sobre una chapa de cinc caliente. Hasta que un día, el gitano encargado de preparar el piso, lo calentó de más. Achicharradas las patas, no hubo más solución que el sacrificio. Zitarrosa se detuvo en el detalle y transcribió las palabras del hombre: “… lo que significa para un artista tener que comerse al compañero saltado con arroz”.
Allí estaba Zitarrosa, quien solía decir “el pueblo es luz”. Humanista y bolivariano, hasta sus entrevistados le dedicaron palabras en ocasión de su muerte, el 17 de enero de 1989, apenas cinco años después de ese retorno que tanto le dolió esperar en el exilio. El mismo día de su muerte, hoy hace 22 años, apareció en Montevideo un graffiti. Una imagen de Gardel y una frase junto a él: “Cantate una, Zitarrosa.” Su amigo, el músico Washington Benavides así lo sintió ese día: “La gente muere para probar que vivió.” <

sábado, 15 de enero de 2011

La policía de Río fusila en las favelas

Las entidades Justicia Global y Tortura Nunca Más, y cuatro organismos de derechos humanos locales condenaron lo que definen como ejecuciones sumarias y describieron “un clima de terror por cuenta de la ocupación policial”.
 Por Gustavo Veiga

Desde que irrumpieron los tanques en las favelas de Río de Janeiro, con el propósito de expulsar al narcotráfico, asoman dos comprobaciones de hierro: se extiende la certeza de que hubo graves violaciones a los derechos humanos en el Complejo de Alemao y la Vila Cruzeiro, y las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) van consolidando de a poquito su presencia en los morros que rodean la ciudad. Las entidades Justicia Global y Tortura Nunca Más, y cuatro organismos de derechos humanos locales, condenaron lo que definen como ejecuciones sumarias y describieron “un clima de terror por cuenta de la ocupación policial”. En junio de 2007 se produjeron 19 muertes en un operativo sobre el mismo escenario, según reconoció la Secretaría Especial de Derechos Humanos, que admitió varios fusilamientos. En noviembre pasado se relevaron 34 casos en una ofensiva de nuevo tipo: las fuerzas combinadas permanecen en las posiciones que ocuparon. Abandonaron las incursiones relámpago en aquellas barriadas pobres. “Hasta hoy no se sabe de forma precisa cuántas personas fueron muertas en operaciones policiales desde el día 22 de noviembre”, informa el documento firmado el 21 de diciembre, que ha tenido –según los denunciantes– casi nula divulgación en la prensa brasileña.
El “manifiesto público”, como lo llaman las organizaciones, detalla que desde el 28 de noviembre realizaron visitas a Alemao y Vila Cruzeiro, donde comprobaron una realidad bien distinta a la retratada por los medios. “Casos de tortura, amenazas de muerte, invasión de domicilio, lesiones, corrupción, robo, extorsión y humillaciones”, menciona la denuncia, además de “ejecuciones no registradas, ocultación de cadáveres y desapariciones”. Más adelante precisa que “para que se tenga una idea, en una favela del Complejo de Alemao, representantes de las organizaciones estuvieron en una casa completamente abandonada. El domingo 28 hubo una ejecución sumaria de un joven. Dos semanas después, la escena del homicidio permanecía de la misma manera, con la casa todavía revuelta y, al lado de la cama, intacto, un charco de sangre del niño muerto”.
El documento cuestiona al comandante de la Policía Militar de Río de Janeiro, el coronel Mario Sergio Duarte, quien declaró públicamente que tenía la orden de “barrer casa por casa” y recuerda que los diferentes gobiernos cariocas mantienen “calcada una misma visión que tiene por objeto tipificar como delito a la pobreza”. El gobernador estadual, Sergio Cabral, calificó como “un día histórico” el de la ocupación de las favelas. En cambio, el sociólogo Ignacio Cano, del Laboratorio de Análisis de Violencia de la Universidad Estadual de Río de Janeiro, es una de las voces críticas del operativo que movilizó a 3 mil efectivos: “Los militares tienen una función de defensa nacional y la confusión de su papel es peligrosa”, advirtió. Luego ironizó sobre qué hubiera pasado “si la policía entra casa por casa en Ipanema y Copacabana, barrios de clase media y alta de la zona sur de Río de Janeiro”.
El diputado Marcelo Freixo, del PSOL, una escisión por izquierda del gobernante PT, afirma que “tener sensación de seguridad es muy diferente a tener seguridad”. Según Amnistía Internacional, las denuncias del legislador contra el sicariato del narcotráfico pusieron en riesgo su vida. La organización denunció que hay pistoleros dispuestos a asesinarlo. Jair Krischke, del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos con sede en Porto Alegre, en declaraciones a Página/12 definió como “pura ironía que llamen al operativo Pacificación, cuando está compuesto por paracaidistas del ejército y policías militares. Y ahora, documentos confidenciales del Centro de Inteligencia del Ejército nos señalan que volvió el tráfico de drogas a la región. Cambió el modo de actuación de los traficantes. El informe apunta a que hombres armados mantienen una forma móvil de tráfico y utilizan moto-taxis, que trabajan como observadores de los movimientos de las tropas. También se utilizan señas y contraseñas para la venta de drogas. Con esto queda en evidencia el error de utilizar a los militares en una acción netamente policial”. El organismo de Krischke es uno de los que firmó el texto sobre los hechos violentos de Alemao y Vila Cruzeiro.
“Es un escándalo: equipos policiales de diferentes corporaciones, de diferentes batallones, se turnan en busca de dinero, joyas, drogas y armas que los delincuentes habrían dejado tras la fuga”, acusa el duro comunicado que, además, menciona la sospecha de una fuga protagonizada por varios jefes narcos facilitada por las fuerzas militares y policiales. Durante la ocupación de las favelas, los blindados M113 equipados con armamento de guerra eran conducidos por el ejército, mientras que las operaciones dentro del territorio tomado (ubicado al norte de Río) quedaron en manos de la Policía Militar. “Esta vez estamos entrando para ganar la guerra”, gritaban desde las garitas de los tanques los soldados que ingresaban a Alemao y Vila Cruzeiro.
Brasil, además de sus fuerzas armadas, cuenta con varias policías a nivel nacional y estadual. En 1978 también se creó el Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), que apareció en Río de Janeiro como una fuerza de elite. Su razón de ser: el incremento del narcotráfico. Ya en junio de 2007, el Complejo Alemao, un conjunto de trece favelas entre las casi mil que existen en la ciudad, había sido el escenario de un megaoperativo con 1400 policías armados para una guerra. Los 19 muertos de entonces quedaron cargados en la cuenta del gobierno de Lula, se precipitaron varias denuncias por violaciones a los derechos humanos y hubo un informe final de la Secretaría Especial de Derechos Humanos nacional que habló de asesinatos de personas desarmadas. La diferencia sustancial con los episodios de noviembre de 2010 es que las UPP todavía no habían sido creadas. Recién serían concebidas en 2008, después de un viaje del gobernador de Río de Janeiro a Colombia, donde visitó Bogotá y Medellín. Cabral regresó a su ciudad estimulado por el modelo que combinaba una fuerte presencia policial y obras de infraestructura necesarias para combatir al delito.
Ese cuerpo especial entró a las favelas para quedarse y combina represión con actividades sociales en el territorio. Tres millones de habitantes de los catorce que tiene Río viven allí. Las UPP intentan familiarizarse con sus habitantes, aunque las víctimas tienen una opinión bien distinta de la policía en general. Para Thereza Cristina Barbosa, madre de Rosangela Barbosa Alves, la niña de 14 años muerta de un disparo en pleno operativo mientras estudiaba, “el tiro que se coló en mi casa vino de abajo. Ahora mi hija está muerta y yo ni siquiera puedo velar su cadáver”, denunció en el periódico O Dia. Si el tiro vino de abajo, no vino de los morros, donde se refugiaban los criminales rodeados.
La política de seguridad para las favelas dejó de consistir en incursiones esporádicas a las alturas de Río dominadas por los narcos. El Estado ha empezado a establecerse allí donde antes imponían su ley el Comando Vermelho o sus circunstanciales y actuales aliados de la organización delictiva Amigos de los Amigos. Dio el primer paso para quedarse en esas barriadas tan pobres que olvidó durante décadas.

martes, 11 de enero de 2011

EN 2010, CADA SEMANA, CINCO MUJERES FUERON ASESINADAS POR HECHOS DE VIOLENCIA MACHISTA

El año en que crecieron los femicidios

Según el relevamiento de una ONG, hubo 260 crímenes de mujeres. En la mayoría están involucradas sus parejas. Es el 12,5 por ciento más que en 2009. Once mujeres murieron quemadas.
 Por Mariana Carbajal

Casi cinco mujeres por semana fueron asesinadas a lo largo de 2010 por el solo hecho de ser mujeres. La escalofriante seguidilla de femicidios ascendió el último año a 260, un 12,5 por ciento más que en 2009, de acuerdo con el relevamiento que lleva adelante el Area de Investigación de la Asociación Civil La Casa del Encuentro, en base a los casos publicados por agencias de noticias y 120 diarios de distribución nacional y provincial. En el 64 por ciento de los homicidios, el autor, acusado o sospechoso resultó ser el marido, novio o una ex pareja de la víctima. En 27 casos, la mujer había realizado denuncias contra el agresor por violencia machista y en otros seis casos, el victimario tenía una orden judicial que le prohibía acercarse a quien luego asesinaría. En lo que va de enero, ya se registraron otros cinco femicidios.
“El término femicidio es político: es la denuncia a la naturalización de la sociedad hacia la violencia sexista. El femicidio es una de las formas más extremas de la violencia hacia las mujeres, es el asesinato cometido por un hombre hacia una mujer a quien considera de su propiedad”, destacó Ada Beatriz Rico, directora general del Observatorio de Femicidios de la Sociedad Civil, desde donde vienen realizando hace ya varios años el dramático conteo de las muertes de mujeres que son asesinadas por ser mujeres, es decir, son casos que no tienen que ver con robos, secuestros u otras situaciones de “inseguridad” urbana.
El último hecho que cierra el extenso listado de femicidios de 2010 tuvo como víctima a Yanina Rojas, de 23 años. La joven vivía en la localidad bonaerense de Moreno. La asesinaron apuñalándola. Se investiga a su ex novio, Lucas Ariel Pa-ttul, de 21 años, de acuerdo con el informe del Observatorio. Pattul fue detenido. Yanina tenía una hija de 4 años, fruto de una relación anterior. El expediente judicial lo instruye la UFI Nº1 del Departamento Judicial de Mercedes con asiento en Moreno. Al parecer Pattul habría tenido intenciones de reanudar la relación y ante la negativa de ella, la habría atacado con un arma blanca, apuñalándola. Este caso no se publicó en ningún diario, pero en el Observatorio de Femicidios recibieron la información desde un portal de noticias de Moreno y luego la corroboraron.
En 2009 los femicidios llegaron a 231, recordó a este diario Fabiana Tuñez, de La Casa del Encuentro. Hoy, desde la ONG pedirán una audiencia a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para entregarle el informe completo de 2010, con los 260 hechos detallados, y acercarle algunas propuestas sobre políticas públicas que consideran necesarias para avanzar en la erradicación de la violencia de género.
Entre los femicidas o acusados de cometer alguno de los homicidios hay 17 integrantes de fuerzas de seguridad. Un tercio de los asesinatos ocurrieron en territorio bonaerense. Si se analiza el vínculo entre la víctima y el autor o acusado del hecho, se observa que en 95 hechos fue señalado el esposo, la pareja o novio, y en otros 72, un ex novio o ex marido. “Nos llamó la atención que en 26 hechos el imputado era el novio, y la víctima, en varios de esos casos, eran adolescentes de 14 a 19 años”, advirtió Rico. En 32 casos, el acusado fue un vecino o conocido, y en 10, el padre o padrastro.
Uno de los casos con más repercusión mediática del año fue el de la joven Wanda Taddei, de 29 años, esposa del baterista del grupo Callejeros, Eduardo Vázquez. La joven sufrió quemaduras en el 60 por ciento de su cuerpo. De acuerdo con los dichos de Vázquez, se trató de un accidente en medio de una discusión. Wanda estuvo internada 11 días: la mantuvieron en coma farmacológico para que soportara el dolor. Falleció el 21 de febrero. Vázquez, de 33 años, fue detenido como presunto responsable del hecho y posteriormente liberado. Finalmente, el 4 de noviembre, el baterista fue procesado con prisión preventiva como presunto autor del delito de homicidio agravado por el vínculo. La Cámara de Casación Penal tiene que resolver sobre su detención. Pero el caso, al parecer, “inspiró” a otros maridos violentos. Desde la muerte de Wanda, diez mujeres más murieron como consecuencia de graves quemaduras producidas en la mayoría de los casos por sus parejas o ex parejas y otras diez quedaron con graves heridas, de acuerdo con el informe del Observatorio. Muchísimas más, en tanto, fueron amenazadas por sus compañeros con ser quemadas, según refirieron diversas ONG que brindan ayuda a víctimas de violencia de género y que recibieron sus testimonios. En 2009, los femicidios por incineración habían sido siete, según el relevamiento del Observatorio.
 SIN EMBARGO ESTOY AQUI, RESUCITANDO > A LOS 80 AñOS, MURIO AYER LA ESCRITORA Y COMPOSITORA MARIA ELENA WALSH

El día en que el mundo volvió a quedar patas para arriba

Creadora de personajes entrañables, como Manuelita la tortuga, y de canciones inolvidables, fue una de las grandes figuras de la cultura popular del siglo XX. Escribió más de 40 libros y no esquivó nunca –ni siquiera en dictadura– el debate político.
 Por Silvina Friera

Verano imperdonable, con la tristeza embotellada en los ojos, en el cuerpo. El país está de riguroso luto. Las niñas y los niños de ayer, las mujeres y los hombres de hoy que siguen cantando a coro a Manuelita que vivía en Pehuajó tienen una pena infinita. Esas voces ahora se quiebran –la congoja siempre desafina– cuando intentan completar lo que hizo la tortuga: un día se marchó. “¡Qué de campanas en la sangre siento/ cada vez que me olvido de la muerte!/ Pero sucede que ella no me olvida”. Estos versos, pletóricos de exquisito dolor adolescente, pertenecen al primer libro que publicó María Elena Walsh, Otoño imperdonable, en 1947. Prologaban, con la energía desmesurada de los primeros pasos, la obra de una artista genial, tan fuera de serie que todo lo que tocaba –poesía, narrativa, música, dramaturgia– devenía inmediatamente en oro. Tan fuera de serie es –en presente, porque su inmenso legado no admite el pretérito– que considerarla un “icono nacional, “prócer cultural”, “blasón de casi todas las infancias”, “un mito o patrimonio de la Argentina”, es recitar –de memoria– una seguidilla de lugares comunes de la lengua contra los que ella luchó hasta pulverizarlos. La muerte no se olvidó de ella. Aunque se deseó que la noticia se hiciera humo, como un mal presagio, ayer murió María Elena o la Walsh –como prefiera cada lector–, a los 80 años, “luego de una prolongada internación y como epílogo de padecimientos crónicos que la aquejaban”, según indicó el parte emitido por el Sanatorio de la Trinidad.
La muchacha que alguna vez se definió como “desabrida, limpia y chúcara” nació en “cuna de oro” el 1º de febrero de 1930, en Ramos Mejía. Su padre, Enrique Walsh, era un alto empleado de los ferrocarriles, “un anglo-argentino enamorado de Dickens y fabuloso músico autodidacto” que tocaba muy bien el piano. Su madre, Lucía Elena Monsalvo, descendía de andaluces. En la tranquila población de la línea del Oeste, la niña trovadora crecía con el abono ideal: infancia de clase media ilustrada, rodeada de libros y de cine. Entre sus fantasías más secretas –confesaría muchos años después, cuando ya era María Elena Walsh y se arrimaba a la orilla de lo que se llama un clásico– se imaginaba cantando y bailando en un escenario, como en las “maravillosas” comedias musicales que admiraba, las de Ginger Rogers y Fred Astaire. En el aula de sus recuerdos brillaba la alumna aplicada, amiga atenta de los árboles y las gallinas, y del pastito que brotaba entre los ladrillos de las antiguas veredas, las mismas que evocó en una de sus canciones, “Fideos finos”. En ese ambiente de libertad, el oído se afinó con las canciones tradiciones inglesas para niños que su padre le cantaba. Ahí comenzó a meter manos a la obra gracias a las construcciones verbales del nonsense británico.
Dueña de un pudor victoriano que se confundía tal vez con timidez, María Elena se plantó, incorregible en su rebeldía, cuando a los 12 años decidió ingresar a la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Allí conoció a la fotógrafa Sara Facio, quien con los años se convertiría en su “gran amor, ese amor que no se desgasta sino que se transforma en compañía perfecta”, como se lee en su última novela autobiográfica, Fantasmas en el parque, publicada en 2008. En 1945, con tan sólo 15 años, apareció su primer poema, titulado “Elegía”, en la revista El Hogar, y también escribió para el diario La Nación. Dos años después, en ese 1947 dolorosamente inolvidable, murió su padre al mismo tiempo que publicaba el poemario Otoño imperdonable, que recibió el segundo Premio Municipal de Poesía. Una lluvia de elogios coronó a la “joven promesa”. Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Silvina Ocampo y Juan Ramón Jiménez celebraron ese primer libro.
Cuando se recibió de profesora de Dibujo y Pintura, enfiló con una beca para la Universidad de Maryland (Estados Unidos), invitada por Jiménez, el autor de Platero y yo. Los seis meses que permaneció junto al poeta fueron una experiencia traumática. Inolvidable, en el peor de los sentidos. “Cada día tenía que inventarme coraje para enfrentarlo, repasar mi insignificancia, cubrirme de una desdicha que hoy me rebela –escribió Walsh en un texto publicado en la revista Sur, en 1957–. Me sentía averiguada y condenada. Suelo evocar con rencor a la gente que, mayor en mundo, tuvo mi verde destino entre sus manos y no hizo más que paralizarlo.”
De regreso en Buenos Aires, consiguió la medicina para superar ese mal trago junto a Jiménez. Volvió a escribir ensayos en diversas publicaciones y frecuentó los círculos literarios e intelectuales. “Como a sus vanas hojas/ el tiempo me perdía./ Clavada a la madera de otro sueño/ volaban sobre mí noches y días.” Otra vez llegó un libro, el segundo poemario, Baladas con Angel, editado en un mismo volumen con Argumento del enamorado, de Angel Bonomini, quien entonces era novio de María Elena. No todo iba viento en popa, aunque pocos lo pudieran percibir. No soportaba las presiones familiares ni de la sociedad. Para ella el peronismo era una “dictadura”. Necesitaba un cambio, respirar otros aires. La aventura arrancó con una carta que sería el principio de una asociación artística y amorosa. La tucumana Leda Valladares, que entonces se encontraba en Costa Rica, la tentó con una propuesta: juntarse en Panamá para rumbear juntas hacia Europa. En el barco Reina del Pacífico, María Elena se probó el traje de cantante. Días y noches su voz se fue fogueando con las zambas de Yupanqui y los hermanos Abalos; cantó chacareras, bagualas y vidalitas anónimas, al son de los instrumentos de la compañera tucumana. Instaladas en París en 1952, en el Hôtel du Grand Balcon, una desvencijada pensión de artistas, la dupla fue eclipsando los escenarios parisienses con su exótico repertorio de canciones folklóricas. El dúo llegó nada menos que al famoso cabaret Crazy Horse. Pablo Picasso, Jacques Prévert y Joan Miró estuvieron entre su fascinado público. Las muchachas compartieron camarín con Charles Aznavour, por entonces un simple debutante.
En la “ruta a la libertad”, en la París donde se codeó con la chilena Violeta Parra y grabó sus primeros álbumes –Chants d’Argentine (1954) y Sous le ciel de l’Argentine (1955), con canciones de tradición oral del folklore andino argentino–, empezó a escribir su primer libro para chicos, Tutú Marambá. Leda & María Elena volvieron a la Argentina en 1956 y pronto salieron de gira por el noroeste argentino. Después grabarían los dos primeros álbumes en el país, Entre valles y quebradas vol 1 y Entre valles y quebradas vol 2, ambos de 1957. Canciones de Tutú Marambá (1960) incluye las primeras canciones que harían famosa a María Elena: “La vaca estudiosa”, “Canción del pescador”, “El Reino del Revés” y “Canción de Titina”. El espectáculo musical-dramático para niños concebido por el dúo, Canciones para mirar, se estrenó en el Teatro San Martín en 1962. A partir de doce canciones, Leda y María irrumpían en el escenario vestidas como juglares mientras los actores –Alberto Fernández de Rosa y Laura Saniez– representaban mímicamente, entre otras, “La Pájara Pinta”, “Canción del estornudo” y “La mona Jacinta”. La sociedad parió un nuevo espectáculo más, Doña Disparate y Bambuco, dirigido por María Herminia Avellaneda, donde aparecieron el Mono Liso y la tortuga Manuelita, el personaje insignia del universo infantil amasado por Walsh.
Antes de la separación de María Elena & Leda, hubo un último disco, Navidad para los chicos (1963). Etapa creativa y amorosa cerrada, publicaría un puñado de libros para chicos –El reino del revés (1964), Zoo loco (1964), Dailan Kifki (1966), Cuentopos de Gulubú (1966) y Aire libre (1967), que consolidó el universo infantil que MEW construyó en la década del ’60. Desde entonces, las infancias de millones de argentinos estarán enlazadas por una liturgia inoxidable.
Narradora del disparate, “milagrera” a la hora de expandir el humor y el absurdo, irreverente hasta lo inconcebible, además de irónica y satírica, no habrá otra igual. La genia MEW, como si fuera una hechicera, tenía una pulsión poética extraordinaria. En la matriz de su escritura está la poesía. En el prólogo de Hecho a mano, su poemario para adultos de 1965, está la clave. “No sé, yo solamente versifico/ pura conversación a mi manera”, decía. Las etapas, del folklore a las canciones para chicos, pasaban. La poesía siempre quedaba. En el ’68 arrancó con sus recitales unipersonales para adultos, Juguemos en el mundo, que fue disco también y en 1971 se transformó en una película en la que actuó, dirigida por Avellaneda. Ese espectáculo-disco incluía la emblemática “Serenata para la tierra de uno”: “Porque me duele si me quedo,/ pero me muero si me voy/ con todo y a pesar de todo/ mi amor yo quiero vivir en vos”.
A la Walsh –opción que suena mejor para repasar sus intervenciones públicas– le encantaba levantar polvareda. La bandera que se enarboló como símbolo de libertad y coraje fue el artículo que publicó en 1979 “Desventuras en el País-Jardín de Infantes”, cansada por la censura y las prohibiciones de películas, programas de televisión y libros. Ya estaba retirada de los escenarios; dictadura, terror y espanto trajeron el parate artístico en 1978. Esa pieza contra la figura del censor merece ser revisada y discutida sin menoscabar la importancia capital que tuvo. Un párrafo de los menos recordados legitima sin artilugios lingüísticos el accionar de la represión y convalida la teoría de los “dos demonios”. “Que las autoridades hayan librado una dura guerra contra la subversión y procuren mantener la paz social son hechos unánimemente reconocidos –señaló en ese texto–. No sería justo erigirnos a nuestra vez en censores de una tarea que sabemos intrincada y de la que somos beneficiarios. Pero eso ya no justifica que a los honrados sobrevivientes del caos se nos encierre en una escuela de monjas preconciliares, amenazados de caer en penitencia en cualquier momento y sin saber bien por qué.” Ante la posibilidad de implementar la pena de muerte en el país, en 1991 escribió un poema demoledor: “Cada vez que se alude a este escarmiento, la Humanidad retrocede en cuatro patas”. La Walsh no sintonizaba con el imperativo de la “corrección política”. Una de sus últimas intervenciones más criticadas fue cuando –en 1996– invitó a la Carpa Blanca docente a retirarse de la plaza “por autoritaria e inofensiva”.
Su primera novela para adultos, Novios de antaño, fue publicada en 1990, el mismo año en que recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba, cuando ya era –desde 1985– Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. En 1994 se recopilaron las canciones completas para niños y adultos bajo el título Las canciones; toda su obra literaria ha sido reeditada por Alfaguara y sus libros han sido traducidos al inglés, francés, hebreo, italiano, finés, danés y sueco. En una de sus últimas entrevistas con el suplemento Radar habló de su reconciliación con el peronismo. “Al ver los manejos de la Revolución Libertadora recapacité sobre todo lo que había sido la obra del peronismo, aparte de sus manejos, así, represivos, digamos. Me di cuenta de lo que había representado para el pueblo, que es mucho. Años después viajé por el interior y la única escuela que había y el único puente eran restos de esa época del peronismo.” Se burlaba, en esa entrevista, sobre lo que le generaba la palabra “póstumo”. La pensaba como “una especie de chiste”. Y confesaba que le gustaría ser recordada “como alguien que quería dar alegría a los demás”. La vida sin María Elena tiene un gusto amargo. Entre risas y lágrimas, dos sentimientos que no son incompatibles, los argentinos la despedimos, emocionados: “¡Gracias, maestra, por tanta alegría!”.
Producción: Sergio Sánchez y Emanuel Respighi.
Ilustraciones: Alina Cazes.