sábado, 30 de julio de 2011

EL PUNTERO


EL PUNTERO
Cualquier semejanza con la realidad no es pura coincidencia

La realidad no supera a la ficción. La televisión a través de sus unitarios lo intenta, se aproxima, pero siempre es superada. Esta vez no son los noticieros, sino la ficción. La crítica que recibió  ‘El puntero’ coincide en que al pretender reproducir lo real como un documental solo logra estereotipos demasiados comunes, para los habitantes del Gran Buenos Aires. Las actuaciones de algunos actores son mejores que otras y se nota el desfasaje para muchas de sus escenas. La excelente actuación de Julio Chavez (el ‘Gitano’) desequilibra con actores jóvenes que hacen de marginales de la villa, el asentamiento o el barrio. Otros- muy buenos actores- sobreactúan y el personaje se los come. Es el caso de Rodrigo de la Serna, que con su lenguaje, sus tics se queda limitado. Empañando las acciones de cuestiones reales que pasan en los lugares que se mueve. Estos lugares no son solo el barrio, es la Municipalidad: donde se juegan los ‘poderes’, los negociados, las lealtades que fuimos conociendo de los políticos.  

El guionista de ‘El puntero’ es Mario Segade , autor de ‘Verdad consecuencia’, ‘Vulnerables’, ‘Resistiré’, unitarios que le permitieron ganar premios  y tener buenos puntos de audiencia. La productora Pol- Ka de Adrián Suar ha sabido aprovechar este año político con este envio que va los miércoles y domingos por canal 13. Tiene un rating de 17 puntos. Hasta aquí los actores, las actuaciones, la dirección, el encuadre; pero el verdadero meollo es lo que está queriendo decir ‘El puntero’. El ‘Gitano’, Pablo Perotti es el personaje central, se separa y se vuelve arreglar con su mujer (Clarita: interpretada por Gabriela Toscano) que trabaja en la Municipalidad. Ese personaje a la luz de si es bueno o es malo, nos muestra sus ‘lealtades’ para su grupo de amigos, compañeros, a quienes ayuda en la medida que lo apoyan para movilizarse en todo acto político. Mostrar esa interrelación genera- como ficción- cuestiones que también pueden estar estereotipadas. Una de las que últimamente se muestra es la violencia.  Se puede citar- desde lo real local – las peleas entre los que pintan los paredones o pegan carteles, y como este espiral de agresión va subiendo a medida que se acercan las fechas de las elecciones. Pero si esto no se comprende en cómo están reclutados estos jóvenes, de cómo son cooptados y de si realmente lo hacen por ideología, por un sueldo o por droga; no se entiende.

Aparecen en el unitario, toda una serie de situaciones- que son muy conocidas en la cotidianeidad del habitante del cono-urbano, de aquí de nuestra Región. El tema de los ‘negociados’ de las obras públicas: asfaltos, viviendas, iluminación, veredas nos muestran LA CORRUPCIÓN, y todos los mecanismos de ‘peaje’ (o de ‘diego’) que se realizan desde arriba hacia abajo. ‘El Puntero’ muestra eso, pero no todo lo político es eso. Genera así una especie de ‘regocijo’ en los sectores medios, donde se simplifica de que todo político es corrupto y que la política no sirve. Este es el mensaje: el ‘Gitano ‘, no es malo pero es corrupto. No es ni siquiera un ‘Robin Hood’ (el que le robaba a los ricos, para repartir a los pobres) y hasta acentúa otra gruesa confusión: hacer creer que un puntero es lo mismo que un militante.  Es confundir a un barrabrava con un hincha. Parecería que lo marginal lo justifica todo, hasta la pobreza. Los personajes son efectos de causas que no se analizan. Por eso cité las obras que el autor- guionista hizo. Estas estaban situadas en las angustias, terrores y miserias de la clase media; ahora encara con ‘El puntero’ a los sectores pobres que se conforman con lo que tienen, que son manejados, que buscan la forma fácil. Esa es la clasificación a la que llegan. Todo está mezclado, y las historias de corrupción que se cuentan tampoco llegan a su origen. El último programa mostraba  ‘los medicamentos  vencidos’, la cadena de favores que ‘El puntero’ clientelarmente realiza para entregar un medicamento a un niño discapacitado;  Todo queda en ese circuito de la familia, el barrio, el Municipio, no se toca a los laboratorios y sus grandes negociados, como tampoco de que eso puede cortarse. La suerte está echada para esta gente. ¿Es coincidencia que un unitario (del monopolio de los Medios) muestre en este año político, que toda movilización, viene cargada de políticos corruptos en los sectores que producen votos? ¿Por qué no mostrar también todo el idealismo de los jóvenes que se meten en política a militar si se han dado cuenta que no todo está podrido? Esto lo había escrito hace tiempo en una obra de teatro donde los jóvenes descubrían quienes eran los corruptos dentro del partido: los que se metían a ‘políticos’ para salvarse ellos mismos  y quienes se involucraban por los otros para ayudarlos a liberarse  y seguir luchando.
CARLOS LIENDRO
www.pulsacion.org

No hay comentarios: