viernes, 23 de noviembre de 2012

La tregua

En ambos lados de la frontera tratan de volver a la normalidad luego de una semana de violencia

La tregua generó festejos en Gaza y reproches al gobierno en Israel

Se registraron las dos últimas víctimas antes del cese el fuego: una niña palestina de cuatro años y un soldado israelí. En las ciudades se percibía una sensación de alivio, no así en regiones expuestas a los cohetes de Hamás. 

Por:
Tiempo Argentino
A ambos lados de la frontera de Gaza, israelíes y palestinos intentaban ayer una vuelta a la normalidad, aunque la tensión sigue latente y el ministro de Defensa de Israel, Ehud Barack, presagiaba un futuro incierto. El alto el fuego  "puede durar nueve meses o nueve semanas, si la tregua no se mantiene sabremos qué hacer", dijo. Mientras crecían las críticas internas y el gobierno buscaba explicar por qué había pactado una paz que la sociedad no respaldaba, del otro lado todo fueron festejos y hasta se habló de una difícil unidad de las facciones palestinas.
Fue la primera mañana tranquila en ocho días, si bien las escuelas israelíes próximas a la Franja siguieron cerradas y las autoridades pedían cautela. Además, se supo de la muerte de las últimas dos víctimas. Los equipos de rescate encontraron el cuerpo de una niña de cuatro años entre los escombros de una vivienda de la Ciudad de Gaza, mientras un vocero militar informaba en Tel Aviv sobre la muerte de un soldado herido horas antes de acordarse la tregua.
Los reservistas israelíes movilizados para entrar en Gaza comenzaron a regresar a sus casas, cargados de críticas al gobierno más que con la alegría de no haber participado de una invasión terrestre que hubiera sido infernal en los dos campos. En las redes sociales se difundió ampliamente una fotografía que muestra a 16 soldados de uniforme, acostados en el suelo, formando en hebreo la frase "Bibi perdedor", en alusión al primer ministro Benjamín Netanyahu. "No creo que el gobierno haya actuado bien", dijo al canal 10 uno de los reservistas.
Muchos alcaldes y habitantes de la región próxima a Gaza, y por ello más expuesta a los cohetes de Hamas, lamentan que la ofensiva haya concluido sin una derrota militar palestina. Según los corresponsales televisivos en la zona, la mayoría de ciudadanos están en contra del alto el fuego, pero en el resto del país –incluidas las grandes urbes como Tel Aviv, Jerusalem y Haifa–, generalmente exento de los ataques de las milicias de Gaza, había una sensación de alivio por el fin de las hostilidades. Al igual que el miércoles, Netanyahu reconoció el enojo de buena parte de la población por el cese de una operación que apoyaba el 84% del país.
"Sé que hay ciudadanos que esperaban una respuesta más dura. También estamos preparados para ella. Tal y como hicimos durante esta operación, decidiremos cuándo, cómo y contra quién actuar", dijo el primer ministro en la misma línea de Barack. Uno de los críticos del gobierno es el alcalde de Ashdod, Yehiel Lasri, "este no es el fin por el que habíamos rezado”, sintetizó.
A todo esto, Gaza celebraba unida lo que considera una victoria. A mediodía se concentraron en la avenida de Omar al Mujtar miles de personas, dibujando un mar de banderas de distintos colores, una vista poco habitual en Gaza, donde lo común es que sólo se vean los emblemas verdes de Hamas o los negros de la Jihad Islámica. Ayer, por primera vez en años, miles de seguidores de Al Fatah salieron a las calles flameando sus insignias amarillas.
Muchos ven en el acuerdo de tregua la apertura de una posibilidad real para la reconciliación. Los altavoces de las mezquitas repetían frases triunfalistas y desde los instalados en el Parlamento se oían discursos de miembros de las distintas milicias. "Nuestro pueblo ha ganado, ¡vergüenza para Israel!, hoy hemos ganado en Gaza y mañana ganaremos en Jerusalem y en toda nuestra tierra", arengaba un miembro de Hamas que luego sorprendía a todos invitando a repetir una consigna impensada ocho días atrás: "Fatah, Hamas y la Jihad somos solo uno." «
Ansa, dpa y Efe


los niños, el odio y la violencia
La ONU expresó ayer su preocupación sobre “los efectos devastadores y duraderos” de la operación Pilar Defensivo sobre los niños de Gaza, mientras el cura argentino Jorge Hernández, párroco de la única iglesia católica de la Franja se preguntaba “cómo será posible superar, especialmente para los chicos, el odio y el nivel de violencia tan difícil de medir, generado por este último capítulo de la guerra”.
El Comité de la ONU sobre Derechos del Niño se refirió a los traumas profundos u otros efectos psicológicos que afectarán a los niños de ambos lados de la frontera. “Muchos chicos perdieron a sus padres y otros familiares, quedando gravemente traumatizados. En los últimos días se han manifestado en estos menores claros signos de estrés”, señaló el Comité, para agregar que la destrucción de los hogares y los daños en escuelas, calles y otros espacios públicos afecta “gravemente a los niños al menoscabar algunos de sus derechos básicos”.
Desde la Parroquia Sagrada Familia, de Gaza, Hernández volvió a preguntarse: “¿Cómo justificar la masacre de tantas vidas inocentes? Es terrible eso de matar ‘por error’. Pensemos en los niños muertos, en los heridos, en las consecuencias psicológicas… Verdaderamente, no queremos estar en el lugar de quienes tienen la conciencia sucia y la responsabilidad por tantos crímenes”, afirmó. En los bombardeos israelíes sobre Gaza murieron 43 niños. “¿Con qué serenidad podrán regresar esos chicos a la escuela?”, fue el último interrogante del sacerdote.
Efe, Ansa

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