miércoles, 29 de agosto de 2007

"Experiencia extracorporal": investigan la posibilidad de liberar al cuerpo de la conciencia

"Experiencia extracorporal": investigan la posibilidad de liberar al cuerpo de la conciencia


Mediante diversos mecanismos de simulación, que incluyen cámaras y anteojos tridimensionales, los científicos analizan la relación entre el organismo y la razón. Instituciones de Suiza, Suecia y Gran Bretaña participan en la investigación.
Tendencias





¿En qué parte del cerebro se asienta la percepción del yo? ¿Necesita la conciencia del yo un cuerpo? Científicos europeos tratan de dar respuesta a estas preguntas simulando que el yo se libera de su parte física.

Un diez por ciento de la población dice haber tenido alguna vez la sensación de abandonar su propio cuerpo. No es necesario creer que algo así sea posible, pero tampoco imprescindible pensar que la sensación no se pueda producir.

De hecho, en la École Polytechnique Fédérale de Lausana, en Suiza, y antes en la University College de Londres y en el Instituto Karolinska de Estocolmo, científicos europeos consiguieron hacer pensar a quienes se sometieron a la prueba que se veían a sí mismos fuera de su carne y huesos.

El filósofo alemán Thomas Metzinger trabaja en Lausana con Olaf Blanke, un neurólogo. En este estudio, las cuestiones del alma y las del cuerpo se mezclan, por eso científicos de las ramas naturales duras comparten laboratorio con quienes se preguntan por las incógnitas existenciales del ser humano.

El experimento funciona de la siguiente manera, describe Spiegel: la persona se coloca unas gafas especiales que le permiten ver en tres dimensiones. Una cámara, situada en su espalda, graba su cuerpo y las imágenes son proyectadas en los anteojos, de manera que la persona se ve a sí misma por detrás. Entonces, el científico comienza a tocarle la espalda. La persona observa a través de las gafas como una mano recorre su columna vertebral, pero la sensación que tiene es la de haber abandonado su cuerpo y estar contemplándose desde fuera.

Pacientes que sufren enfermedades neurológicas o fueron víctimas de una embolia; personas que durante unos segundos estuvieron clínicamente muertas o sometidas a situaciones de estrés excesivo o cansancio físico desmesurado. Éstos suelen ser los clásicos casos que describen quienes dicen haber vivido una "out of body experience" ("Experiencias extracorporales"), como se conoce a la sensación.

Los científicos esperan descubrir con estos experimentos más sobre los motivos que se esconden tras las visiones del propio cuerpo. Por ejemplo, qué parte del cerebro juega un papel activo en la ilusión. Para los filósofos, la cuestión se adentra en terrenos más pantanosos. Los experimentos demuestran con qué facilidad se puede manipular la sensación del "yo", y cuán ligada aparece esta sensación a la existencia de lo físico.

Fuente: Deustche Welle

lunes, 27 de agosto de 2007

Polémica para volverse loco

Polémica para volverse loco


Un proyecto presentado por la diputada Marta De Brasi abrió un fuerte debate sobre la internación psiquiátrica y sus modelos, sobre la desmanicomialización y sobre los pasos para alcanzarla.

El Movimiento de Desmanicomialización acusa al proyecto de defender a la corporación psiquiátrica.


Por Pedro Lipcovich

El Movimiento de Desmanicomialización señaló “gravísimas falencias” en un proyecto de ley nacional de salud mental que se discute en el Congreso, por “representar los intereses de la corporación psiquiátrica” y “no cuestionar realmente las instituciones asilares”, según denunció un coordinador de aquella entidad. La autora del proyecto, Marta De Brasi, sostiene en cambio que “tratándose de una ley marco, a las que las provincias adherirían voluntariamente, no corresponde reglamentar sobre internaciones psiquiátricas”. Más allá del destino del proyecto en cuestión, el debate hace presentes distintas cuestiones sobre salud mental y derechos humanos, entre ellas, la necesidad de modificar los códigos civil y penal para poner fin a la capacidad discrecional de los jueces para disponer internaciones psiquiátricas; la creciente utilización de los psicofármacos como instrumentos de control social, bajo la presión de las compañías farmacéuticas; la oposición al cierre de los manicomios por parte de empleados de esos institutos, “que los aprovechan como fuente de negocios espurios”, según un integrante del Movimiento.

“El proyecto de la diputada De Brasi está demasiado lejos de lo que sostenemos en materia de salud mental –afirmó Angel Barraco, cocoordinador del Movimiento de Desmanicomialización y Transformación Institucional–: representa los intereses de la corporación psiquiátrica, insiste en la internación para ‘la persona que padece trastornos mentales’ y no plantea pasos concretos hacia la interdisciplina y la supresión de las instituciones asilares.”

El documento dado a conocer por el Movimiento de Desmanicomialización –nacido en el marco de los Congresos de Salud Mental y Derechos Humanos de la Universidad Madres de Plaza de Mayo– acusa a ese proyecto de “gravísimas falencias científicas, inconsistencias técnicas y aspectos regresivos en políticas de salud mental” y, entre los puntos que debería incluir una futura ley de salud mental, destacan: “No a los manicomios e instituciones asilares o custodiales en los subsistemas estatal y privado”, y “creación de dispositivos que, sustituyendo al manicomio, sustituyan las lógicas manicomiales basadas en la exclusión”.

Mario Voronovsky –cocoordinador del Movimiento y miembro del Programa de Rehabilitación y Externación Asistida del Hospital Esteves– denunció que “sectores gremiales defienden el manicomio como fuente de trabajo y también fuente de negocios espurios para las mafias sindicales que prosperan en instituciones con estructuras de sometimiento muy rígidas”. Otro de los coordinadores, Alberto Sava –referente del Frente de Artistas del Borda– agregó que “ha faltado consulta con las organizaciones que encaramos proyectos diferentes en el campo de la salud mental”.

La diputada De Brasi aclaró a este diario que “se trata de hacer una ley marco, para toda la República, y su contenido debe propiciar que las provincias se adhieran voluntariamente. En una ley marco no conviene reglamentar directamente la cuestión de las internaciones porque puede considerarse una injerencia en decisiones de las provincias, que en esos términos van a negar su adhesión”. La legisladora destacó que su proyecto “está en proceso de discusión, abierto a modificaciones”.

El psiquiatra Armando Bauleo –asesor de De Brasi– subrayó que “no se puede disolver el manicomio en forma inmediata: tiene que haber suficientes profesionales formados para trabajar con otros criterios; tienen que trabajarse los prejuicios de la población para que acepten la convivencia con personas que han salido de instituciones; hay que enfrentar la oposición de los enfermeros y empleados de los institutos. Entonces, no se puede hablar de supresión, sino de progresiva desaparición del manicomio”.

En cambio, el diputado Leonardo Gorbacz, autor de otro proyecto de ley sobre salud mental, sostuvo que “la ley debe establecer taxativamente el cierre de los manicomios y su sustitución por dispositivos que respeten los derechos humanos, tal como lo establece la Constitución Nacional. A las provincias puede ofrecérseles la ayuda económica de la Nación, si la necesitan para suprimir las instituciones asilares”.

La diputada Juliana Marino –que, como legisladora porteña, intervino en la preparación de la Ley 448 de Salud Mental de la Ciudad de Buenos Aires– estimó que hace falta más tiempo: “Tanto el proyecto de De Brasi como el de Gorbacz deberían ser más trabajados, y habría que incorporar las provincias a este diálogo: de otro modo, toda ley podría quedar en letra muerta”, sostuvo.

Para Silvia Faraone –que asesoró a Gorbacz en su proyecto–, “la ley debe ir acompañada de cambios en los códigos civil y penal, que autorizan a los jueces a internar por la fuerza en instituciones manicomiales: la internación debe corresponder a un equipo interdisciplinario que incluya por lo menos psicólogos, trabajadores sociales y médicos, y las externaciones también deben estar a cargo de estos equipos, y no, como ahora, en manos de jueces que suelen posponerlas indefinidamente. Además, las internaciones decididas por aquel equipo deberían ser revisadas por una comisión que incluya a organismos de derechos humanos”.

Según destacó también Faraone, “la ley también debe tomar en cuenta la actual tendencia a la medicalización de la salud mental. Hoy por hoy, el control no sólo pasa por la institución de secuestro, sino que se vincula con el psicofármaco: así sucede con la sobremedicación de la inquietud infantil, rotulada como ‘déficit de atención’; hay en este sentido una gran presión proveniente de las empresas farmacéuticas”. En este orden, Gorbacz explicó que “la posibilidad de que la conducción de los servicios pueda ser ejercida por profesionales no médicos no es una discusión corporativa, sino que lucha contra la noción biologista de la salud mental”.

domingo, 26 de agosto de 2007

Universidades, cada vez más cerca del arte

Universidades, cada vez más cerca del arte


Nuevos espacios en casas de estudios privadas y públicas
Domingo 26 de agosto de 2007 |

Para ver la obra de pintores consagrados, conocer el trabajo de artistas emergentes o experimentar cómo el diseño y la fotografía se cruzan con el arte, también se puede ir a la universidad.

Aun sin dictar carreras vinculadas con el arte, cada vez más universidades públicas y privadas abren espacios de exhibición, adquieren obras, organizan concursos, editan catálogos y homenajean a artistas argentinos.

Pionera en estas iniciativas fue la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref), que abrió su museo en abril de 2002. Ubicado en el edificio que la universidad tiene en Caseros, de a poco se fue convirtiendo en un espacio referente que ya tiene 40 obras propias y recibirá el mes que viene la donación de 50 grabados de artistas argentinos para su patrimonio.

El calendario de muestras incluye siempre a artistas argentinos; grandes maestros consagrados y otros reconocidos de su época, y luego menos celebrados, como Demetrio Urruchúa, cuya obra se expone hasta el 1° de septiembre, tras 20 años sin exhibiciones. Carlos Alonso, el Grupo Espartaco, Enio Iommi y Leopoldo Presas, entre otros, fueron protagonistas de muestras en el Muntref, que prepara ahora una exhibición del maestro Carlos Gorriarena.

"Lo pensamos como un instrumento para convertir la universidad en un difusor cultural para el Gran Buenos Aires, que pudiera acercar a la población muestras de alto nivel que sólo se ven en el circuito artístico de la Capital", comentó a LA NACION Aníbal Jozami, rector de la Untref, autor de la idea original del museo y él mismo conocedor y coleccionista.

Por eso, indicó: "Cada muestra es visitada por unos 3000 chicos de escuelas de la zona, que se llevan material para que multipliquen la difusión en sus casas".

En Puerto Madero, la Universidad Católica Argentina (UCA) mantiene su Pabellón de las Artes, abierto en abril de 2003. El espacio alberga muestras temporarias dedicadas a "exhibir el patrimonio del arte argentino, con una mirada amplia y federal", según comentó su curadora, Cecilia Cavanagh.

Sin patrimonio propio, y con la decisión de montar una muestra histórica por año -ahora preparan una sobre las Invasiones Inglesas-, la impronta del espacio está en buscar una mirada particular en cada exhibición.

Así, organizaron exposiciones por géneros (de retratos y autorretratos; de paisajes; de puertos y barcas); también reunieron artistas (como Gramajo Gutiérrez y Gómez Cornet) y presentaron series poco conocidas de artistas consagrados. Es lo que sucede con la muestra de Pérez Celis que finaliza hoy, con los trabajos más recientes del artista, de tamaño mediano y sobre papel.

En el interior

En Santa Fe, la Universidad Nacional del Litoral (UNL) tiene su Museo de Arte Contemporáneo, creado en 2000 y con casa propia desde 2004.

Stella Arber, docente de la UNL, advirtió valiosas obras dispersas en los edificios de la universidad. Las reunió, sumó 90 y propuso abrir el museo, destinado a las expresiones artísticas locales desde los años 60 hasta la actualidad. El museo tiene hoy más de 700 obras, muchas de ellas, donaciones de los propios artistas.

"Generalmente exhibimos artistas de la zona de buena producción y una o dos veces por año hacemos un homenaje a una figura fundacional del arte contemporáneo que haya producido ruptura con su obra", comentó Arber, que ahora dirige el museo.

Así, pasaron por allí muestras de Luis Felipe Noé, Berni, Gorriarena y Arden Quin, entre otros.

En el microcentro porteño, la Universidad del Cema (Ucema) abrió en 2003 un espacio cultural gratuito con un programa que incluye funciones semanales de cine, conciertos mensuales y muestras de artes plásticas, en las que se trata de equilibrar distintas disciplinas, y artistas de trayectoria con creadores que recién comienzan a exhibir su trabajo.

"Por la ubicación del Cema, en Reconquista y Córdoba, recibimos muchos turistas que pasan a ver de qué se trata, y también personas que trabajan en la zona", contó Valeria Maruffo, coordinadora de Comunicaciones. Hasta el 21 de septiembre se puede ver una muestra de grabado de Cristina Santander y en octubre exhibirá sus dibujos Lisandro Aguilera.

Dentro de pocos días, la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) hará visibles los resultados de su reciente apuesta por el arte. Este año, organizó el Segundo Concurso Nacional de Pintura, al que se presentaron 1400 artistas, casi el doble que el año pasado.

Certámenes

El certamen tiene un Gran Premio, un Primer Premio y un Premio Estímulo para Jóvenes Artistas, los cuales son adquiridos por la universidad y expuestos en sus edificios. Simultáneo 02, de Juan Astica, por ejemplo, Gran Premio del año pasado, se exhibe en la Escuela de Dirección de Empresas (EDDE) de la universidad.

Este año, unas 40 obras seleccionadas se podrán ver en el Museo Metropolitano (Castex 3217) entre el 6 y el 23 de septiembre. En ese mismo ámbito, se hará un homenaje al escultor Antonio Pujia con una exhibición de sus obras.

"La UADE está asociada a las ciencias de la empresa, pero creció en diferentes áreas y era interesante auspiciar espacios no tradicionalmente asociados con su imagen", contó Ricardo Méndez, director del Departamento de Diseño y Publicidad de la UADE, desde donde se organizó la actividad.

Este año, además, subieron la apuesta y en el museo mostrarán también trabajos de los alumnos.

Los estudiantes de diseño gráfico llevaron a tres dimensiones cuatro pinturas presentadas en el concurso del año pasado, y los de diseño textil harán desfilar sus prototipos de indumentaria desarrollados junto con el estudio de Jorge Orta. "La intención es que los alumnos puedan relacionar el arte con sus futuras profesiones", aclaró Méndez.

Por Raquel San Martín
De la Redacción de LA NACION

viernes, 24 de agosto de 2007

“La muerte por aborto es una inmoralidad”

“La muerte por aborto es una inmoralidad”

La especialista llegó a Buenos Aires para presentar un informe sobre el impacto de las leyes restrictivas del aborto en las mujeres pobres. En diálogo con Página/12, opinó que éste es “un momento muy oportuno para ampliar el acceso al aborto seguro en la Argentina”.

Carmen Barroso, directora regional de la Federación Internacional de Planificación Familiar.
Subnotas

Condenadas por pobres


Por Mariana Carbajal

“Es medieval, una indecencia y una inmoralidad absolutamente inaceptable que las mujeres sigan muriendo en el siglo XXI por abortos inseguros”, denunció la brasileña Carmen Barroso, reconocida líder latinoamericana en el campo de la salud y directora regional de América y el Caribe de la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF, por su sigla en inglés), la voz más fuerte a nivel mundial en defensa de los derechos sexuales y reproductivos. De paso por Buenos Aires, consideró que “éste es un momento muy oportuno para ampliar el acceso al aborto seguro en la Argentina”. Provocadora, sostuvo que “por su apego al dogma” la Iglesia Católica es “la primera promotora” de la interrupción voluntaria del embarazo. “Se podría pensar que en el fondo no está interesada en disminuir el aborto sino en culpabilizar a la gente que recurre a esa práctica para que se sienta dependiente de la Iglesia para no ir al Infierno: ésa sería su estrategia de control o de poder”, reflexionó en un reportaje con Página/12.

Barroso vino a Buenos Aires para dar a conocer un informe de la IPPF sobre el impacto de las leyes restrictivas de aborto en las mujeres pobres. Muerte y negación: aborto y pobreza es el título de la publicación que se presentó ayer en uno de los salones del Senado (ver aparte). Esta brasileña ha sido profesora de Sociología en la Universidad de San Pablo y pionera en la creación del primer y más importante centro de estudios sobre las mujeres en Brasil. Además, fue miembro fundadora de DAWN, una red de mujeres del Tercer Mundo y de la Red de Donantes sobre Población, Salud Reproductiva y Derechos. Desde 2003 dirige la oficina regional de América y el Caribe de la IPPF, con un presupuesto de 20 millones de dólares –aportados por donantes, principalmente gobiernos europeos y Japón–, con los que financian casi medio centenar de entidades distribuidas en todo el continente, que brindan atención en salud sexual y reproductiva (desde información sobre anticoncepción y testeo de VIH, hasta atención prenatal a embarazadas y consejería posaborto). El último año, a través de esta red de ONG, cubrió un total de 18 millones de consultas. A nivel mundial, la IPPF tiene presencia en 138 países.

Otro de los objetivos del viaje de Barroso al país es analizar un futuro desembarco de la organización en el territorio argentino. Una de las misiones de la oficina que dirige Barroso es “apoyar el derecho de toda mujer a decidir terminar su embarazo de manera segura y legal”.

–¿Con qué argumentos impulsan la despenalización del aborto?

–Primero, por una razón de salud pública: las mujeres no pueden seguir muriendo en el siglo XXI de una forma brutal y fácilmente evitable. Es medieval, una indecencia, una inmoralidad, un escándalo, absolutamente inaceptable. En los países donde el aborto es legal, prácticamente no existe muerte por aborto. En segundo lugar, existe una cuestión de justicia social: las mujeres que pueden pagar, sea legal o no legal, alcanzan un aborto relativamente seguro. Son las mujeres pobres las mayores víctimas de las leyes restrictivas que impiden el acceso al aborto seguro. Estas leyes no tienen como resultado que el aborto no se realice sino que envían a las mujeres pobres a una práctica insegura, y como consecuencia de ello muchas mueren y otras quedan con lesiones graves. Y tercero, es una cuestión de derechos. Hay todo un fundamento internacional de derechos humanos: el derecho a la integridad física, a la privacidad, a la vida de las mujeres, que se traduce en el derecho a controlar su propio cuerpo.

–¿Podría avanzar la despenalización del aborto en la Argentina?

–Este es un momento muy oportuno para ampliar el acceso al aborto seguro en la Argentina. Hay toda una coyuntura de condiciones: una opinión pública favorable, un gobierno que a través de su ministro de Salud se ha manifestado claramente a favor y una necesidad grande, porque la mortalidad materna es incompatible con los niveles de desarrollo del país. En Argentina, la principal causa de mortalidad materna es el aborto inseguro.

–¿Por qué vías se puede lograr?

–Hay distintas maneras. Una es a través de una modificación del Código Penal, que lo flexibilice o amplíe las causas de no punibilidad. Otra es una ampliación de la interpretación de la ley. El Código Penal argentino tiene un supuesto de no punibilidad importantísimo que es el riesgo a la salud de la mujer. En países de Europa como España y Francia las mujeres tienen acceso al aborto seguro porque hay una interpretación del riesgo a la salud que va en sintonía con la definición de la Organización Mundial de la Salud, que dice que la salud no es solamente la ausencia de enfermedad sino también el bienestar físico, mental y social. Si se interpreta la salud de esa forma, la Argentina ya tiene una ley que le permite el acceso al aborto seguro, porque la mayoría de las mujeres no aborta por causas triviales: lo hacen porque se encuentran en situación de desesperación por un embarazo no deseado que les va a costar muchísimo en términos sociales, psíquicos y físicos.

–La mayor oposición a la despenalización del aborto en el país proviene de la Iglesia, que argumenta que el aborto es un homicidio. ¿Cómo responde a ese planteo?

–Respetamos las creencias de la Iglesia, aun cuando ha cambiado mucho su posición a lo largo del tiempo: esta prohibición absoluta del aborto que sostiene en la actualidad es reciente en términos de siglos. Los padres de la Iglesia como San Agustín o Santo Tomás de Aquino han considerado que el ser humano empezaba a los 40 días de embarazo. Pero si la Iglesia Católica dice que se trata de un ser humano que no se puede matar, no tiene que prohibir el aborto, porque la prohibición no disminuye la práctica del aborto. Si quiere evitarlo, tiene que prevenirlo a través de facilitar el acceso a la información y a los anticonceptivos. La Iglesia, por su apego a los dogmas, es la primera promotora del aborto: en primer lugar, porque no está a favor de la educación sexual y, al mantener a los jóvenes en la ignorancia, promueve el embarazo no deseado. El embarazo no deseado termina en aborto. En segundo lugar, promueve al aborto porque se opone a los anticonceptivos, especialmente a los condones, pero a los otros también. Desde IPPF afirmamos la importancia del Estado laico. En el siglo XXI no se puede permitir que la Iglesia Católica quiera imponer a todos los ciudadanos una creencia particular.

–Un país del Cono Sur con un Estado laico fuerte como Uruguay tampoco ha podido avanzar con la despenalización.

–Porque el Estado laico está en los papeles nada más. La Iglesia Católica allí también interfiere donde no debería hacerlo y su influencia es mayor de la que debería tener. Pero se debe tener en cuenta que los católicos tienen una opinión distinta a la de la jerarquía católica: todas las investigaciones de opinión pública en América latina han demostrado que los católicos recurren al aborto tanto como los no católicos. Se podría pensar que en el fondo la jerarquía católica no está interesada en disminuir los abortos sino en culpabilizar a la gente que se los practica para que se sienta dependiente de la Iglesia para no ir al Infierno: ésa sería su estrategia de control o de poder.

–¿Qué estrategias propone en Argentina para que se avance con la despenalización?

–Hay que apelar a múltiples estrategias. Una muy importante que estamos apoyando para replicar en otros países de América es la que se ha llevado adelante en Uruguay, de reducción de daños, que consiste en dar consejería pre y posaborto a las mujeres que tienen un embarazo no deseado. Les dan la información que necesitan para hacerse un aborto seguro. Ahora, con el misoprostol se puede hacer un aborto seguro sin la necesidad de una intervención quirúrgica. Con esta política, fijada por el Ministerio de Salud, han logrado bajar drásticamente la mortalidad materna.

–¿Cuál es la situación mundial en términos de leyes de aborto?

–Hay una tendencia cada vez mayor a la despenalización. El caso más reciente en la región es el de Ciudad de México, donde los legisladores aprobaron el aborto hasta las doce semanas de gestación. Los hospitales públicos están recibiendo una demanda muy grande: desde la sanción de la ley, el 24 de abril hasta fines de julio se habían hecho unos 1500 abortos. El año pasado, la Corte Constitucional de Colombia declaró inconstitucional la ley muy restrictiva que había en ese país. También Portugal ha legalizado.

–¿En qué países latinoamericanos es legal el aborto?

–Cuba ha sido el primero y la práctica del aborto se realiza en los hospitales públicos. También en Barbados, Guyana y Puerto Rico.

–¿Qué impacto tienen las leyes que amplían la despenalización del aborto?

–Depende de cómo son implementadas. Diversos estudios muestran que la legalización no aumenta la cantidad de abortos. Ese es un miedo irracional que tienen algunos sectores. Nadie se va a hacer un aborto por gusto. La extracción de dientes es legal y nadie se lo hace por gusto. En general, con leyes menos restrictivas los médicos que tenían mucho temor de ser penalizados pasan a poder hacerlo. Las leyes ayudan a un cambio de mentalidad. Es importante “desestigmatizar” el aborto.

–¿Cómo se puede trabajar para que deje de ser un estigma?

–Un buen ejemplo es el del vicepresidente uruguayo Rodolfo Nin Novoa, que ha expresado su posición a favor de la despenalización. Es una forma de divulgación entre la gente. El aborto es común en la vida de una mujer sexualmente activa –porque los métodos anticonceptivos no son ciento por ciento seguros, porque la gente tiene sexo sin protección–. Sin embargo, es un secreto. Si tú preguntas en una reunión pública cuántas personas conocen a alguien que se haya hecho un aborto, todas conocen alguna. Pero todos en general actúan como si fuera algo inusual, excepcional.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Pero, ¿dónde están los 70 millones de blogs?

Pero, ¿dónde están los 70 millones de blogs?


Un estudio de la Online Publisher´s Organization (OPA) concluyó la semana última que el consumo de contenidos es ahora el factor dominante en el tiempo que las personas invertimos en Internet. Creció, dice el informe, del 34 al 47 por ciento en los últimos cuatro años.

Me encanta, porque fueron esos los mismos años en que los blogs, los fotoblogs y los videoblogs fueron los protagonistas fundamentales de la Red en general y de la Web 2.0 en particular. En esos años escribimos una enciclopedia de ocho millones de artículos en 253 idiomas, pero la estadística nos sindica (el verbo es adrede) de habernos vuelto a repantigar en el sillón. Esta vez, en lugar de un control remoto, tenemos un mouse y un teclado.

Estoy convencido de que el estudio es serio y honesto. Estoy convencido también de que el contenido es, fue y seguirá siendo el que manda en la Red (más sobre esto enseguida). Pero estoy convencido también de que si seguimos midiendo Internet con la misma vara que hemos usado hasta ahora, vamos a seguir llegando a conclusiones contradictorias. Esa vara que incluye términos como comunicación, información, contenidos, entretenimiento y otros.

Cantidad, calidad, y todo eso

J. R. R. Tolkien dedicó dos horas cada noche durante veinte años a El Señor de los Anillos. Volvía de dar clase en su bicicleta, comía y se sentaba a escribir. Un estudio estadístico jamás habría dado como resultado que ese hombre era un productor de contenidos, observando cuánto tiempo le dedicaba a cada cosa. Más bien, era un profesor de Oxford con un hobby.

Incluso los más prolíficos son, y esto quizás en medida proporcional, grandes consumidores de contenidos. Esto es así desde que los griegos inventaron el teatro, y presumo que desde mucho antes también. Por lo tanto, decir que invertimos la mayor parte del tiempo en ver cosas por la Web no parece ninguna novedad. De hecho, nunca fue una novedad. El mundo sería otro, si en lugar de haber un Picasso por cada cien millones de personas, hubiera cien millones de Picassos por cada ser humano sobre la Tierra.

Simultaneidad

Internet viene a complicar este calmo escenario por varios motivos. Primero, resulta bastante difícil identificar con claridad a una persona en la Red. Se puede identificar una máquina, pero no a una persona. Por suerte.

Segundo, un individuo puede hacer varias cosas simultáneamente, con las computadoras en general y cuando está línea en particular. Puede ver un video mientras sube veinte fotos, baja programas, películas y música, chatea, manda mails y hace transacciones bancarias. Todo a la vez. Y todo son cadenas de bits. Habría que espiar mucho a alguien para establecer en qué invierte su tiempo. Se supone que no queremos eso.

Es exactamente lo que pasaba con Tolkien. Por un lado, no todo es mensurable, digan lo que digan los fundamentalistas de la métrica. Por otro, las cantidades no necesariamente significan algo relevante. Para Tolkien, enseñar filología ocho horas por día era una forma de escribir El Señor de los Anillos. Y viceversa.

El fenómeno que hay detrás de este nuevo mundo plantea desafíos que la simple enumeración no puede resolver. No tengo ni la más remota idea de todos los factores que entran en juego, pero me da la impresión de que los análisis tradicionales, analógicos, newtonianos, no van a sacar nada en limpio.

Quizás el primer paso para entender lo que está pasando es aceptar que muchos conceptos que antes funcionaban han dejado de existir o se han transformado, volviéndose mucho más complejos. “Información”, por ejemplo. Hasta ahora, veníamos separando como con escalpelo la información del entretenimiento. ¿Sigue siendo así? (¿Alguna vez fue así?)

Señala la OPA que antes el público invertía más tiempo buscando información, por ejemplo, sobre el estado del tiempo; ahora mira más videos en YouTube. Lo que no se dice es que en estos cuatro años se multiplicaron los decorativos widgets de Escritorio, que entre otras cosas muestran el estado del tiempo, la cotización de acciones de la Bolsa y los titulares de los diarios (RSS). No sólo no necesitamos invertir ni un instante en ir a buscar esos datos, sino que además los widgets son por sí mismos una forma de entretenimiento. Más todavía, los usuarios pueden diseñar sus propios widgets y compartirlos, combinando así información, creación de contenidos, participación y entretenimiento.

Además, si el título que aparece en un widget (Windows Vista los llama gadgets ) es interesante, iremos a verlo, visitando el sitio del diario, el blog o lo que fuere. Así que también disponemos de más opciones para leer sólo lo que nos gusta; o lo que nos llama la atención, que no es lo mismo. Por añadidura, con millones de máquinas siempre encendidas pero no necesariamente con personas delante, ¿cómo medir el tiempo invertido en esto o lo otro?

La cuestión no termina ahí. Si el artículo del diario es realmente bueno, lo compartiremos con nuestros amigos. ¿Cuál de todas estas actividades es más relevante? ¿La que consume más tiempo? ¿Cuál es el indicador más importante para evaluar un contenido, cuánta gente lo consume o cuánta gente lo comparte con sus amigos y colegas?

La OPA tiene en cuenta estas cosas y, a juzgar por sus conclusiones, los responsables de la agencia se están haciendo las mismas preguntas.

Otra palabrita con dobleces: “comunicación”. El estudio dice que ahora invertimos menos tiempo en comunicarnos (mensajería instantánea y mail) que en consumir contenidos. La agencia reconoce que una de las causas es que en 2002 había muchos menos contenidos en línea que hoy. Pero, ¿quién dijo que la mensajería instantánea es exactamente comunicación? No lo es, al menos, en el sentido tradicional. Es, más bien, una forma de mantenerse virtualmente en contacto, algo nacido de Internet. Eventualmente, sirve para comunicarse, pero todo indica que este verbo ha fructificado en no menos de cinco varietales diferentes, una vez sembrado en Internet.

Los dos millones de PPT que recibo por mes con frases supuestamente inspiradoras y chistes de diversa prosapia, ¿son comunicar, compartir, entretenerse, todo eso junto u otra cosa nueva?

Un vistazo a las categorías que tiene en cuenta el Internet Activity Index (IAI) sobre el que se basa el estudio de la OPA ( www.online-publishers.org/?pg=activity ) deja claro que se sigue considerando el tiempo de las personas como lineal y unidimensional, y que se da por sentado que un fenómeno de la escala de Internet no ha creado nuevas actividades.

No obstante, coincido con algunas de las conclusiones de la agencia. Hay más contenido y, como escribí hace ya bastante tiempo, el mensajero instantáneo es una de las herramientas que podría reemplazar el e-mail. El tiempo invertido en encontrar algo en la Web bajó un poco, lo que coincide con mejores motores de búsqueda, más eficientes y fáciles de usar.

Pero si no instalamos rápidamente en nuestros análisis la simultaneidad y algo así como el principio de incertidumbre, vamos a seguir sacando conclusiones peligrosamente apresuradas. No queremos otra burbuja puntocom, ¿o sí?

Mientras escribo esta columna voy contestando a varias personas en el chat. Algunos son amigos, otros son colegas. Alt-Tab a pleno, en suma. Pero uso también el mensajero para enviar imágenes para un programa de TV. El teléfono no ha parado de sonar y varios llamados hacen referencia a alguno de los 660 mails que tengo en mi casilla de correo en este instante (ahora ya son 661). En segundo plano, estoy bajando software y oigo (no digo que escucho) una radio AM por la Web. En mi Firefox hay unas veinte pestañas con diversos sitios Web, pero uno es el calendario y otro, Gmail. El lector de noticias RSS no se apaga nunca, como tampoco un ticker con las acciones de Nasdaq. Es muy evidente que un segundo de este tiempo no es igual un segundo de hace 20 años. Lo interesante es que la máquina está haciendo la mayoría de estas cosas por sí misma, tal como se le pidió, y que mi atención está puesta un 90% en producir contenidos (esta nota) que terminarán en Internet de la manera tradicional, no en un blog. Como dice mi amigo el periodista colombiano José Carlos García Rico: “No, no tengo blog, ¿y qué?”

El tiempo tiene otra dimensión ahora. ¿Cómo lo analizamos? Me lo pregunto.

En cuanto a la incertidumbre, y dejando de lado el que deberíamos crear nuevas categorías para entender las actividades humanas en la era post-Internet, nos estamos acercando al punto en el que tenemos tantos datos que es imposible procesarlos antes de que el escenario haya cambiado. Dejando de lado la seria cuestión de la privacidad, sí, podemos saber lo que hace una persona a cada instante en Internet, pero no sabemos quién es esa persona. Y aun si supiéramos quién es esa persona, no tendríamos idea de si está prestando atención o si es un programa que oportunamente se configuró para esa actividad.

Veremos qué sigue. El análisis de la OPA es mesurado, no así algunos titulares que vi relacionados con este tema. Hay que tener cuidado con las conclusiones apresuradas en estos tiempos. Hace un año empezó a circular la idea de que las cámaras digitales serían desplazadas por los celulares que sacan fotos. Hoy nos enteramos de que la venta de cámaras sigue creciendo sin parar.

Por Ariel Torres

Videoanálisis LANACION.com

martes, 21 de agosto de 2007

Crónica de una tragedia anunciada

Crónica de una tragedia anunciada

Mientras que uno de los argentinos que eran buscados en Perú ayer fue localizado y repatriado, todavía seguían perdidas las dos chicas que estaban en la zona del desastre. Un informe oficial recomendaba al gobierno estar “preparado” para un terremoto.

La ciudad de Pisco está militarizada debido a los frecuentes robos y saqueos.



Subnotas

El atún de la discordia
Pisco, ciudad militarizada
“Oía tiros por todos lados”


Por Carlos Noriega
desde Lima


La Embajada de Argentina en Lima localizó a uno de los tres ciudadanos argentinos que permanecían perdidos luego del terremoto en el sur del Perú. Se trata de Gabriel Ruff, quien estaba en Ica junto con su esposa y su cuñada colombianas en el momento del sismo. Los tres viajaban por tierra desde Colombia hasta la Argentina. Ninguno sufrió daños. Anoche los tres regresaron al país en un avión Hércules del gobierno argentino (ver nota aparte). Todavía falta localizar a las dos chicas que se presume estaban en la Bahía de Paracas (en plena zona del desastre) en el momento del terremoto. El devastador sismo del último miércoles ha demostrado, de forma dramática, la incapacidad del Estado peruano para responder a una emergencia como esta. A pesar de ser un país con alta actividad sísmica y de haber sufrido en el pasado ya varias tragedias causadas por los terremotos, las autoridades no estaban preparadas para esta eventualidad.

Mientras arrecian las críticas por la desorganización en el reparto de la ayuda a los damnificados y por la lentitud en las labores de rescate, al gobierno se le abrió un nuevo flanco con la divulgación de un informe científico del año 2005 en el cual se alertaba de las altas probabilidades de que ocurriera un gran sismo en la zona de Ica –que fue donde se produjo el terremoto que ha dejado más de 500 muertos– y que recomendaba tomar las medidas necesarias para estar listos ante esa eventualidad, lo que no se hizo. El informe fue elaborado por el director del Instituto Geofísico del Perú, Hernando Tavera, quien lo presentó al Instituto de Defensa Civil, pero no fue escuchado.

Mientras, en el sur sigue el drama de los sobrevivientes. La ayuda que llega se concentra en las zonas céntricas de las ciudades más grandes y su distribución es caótica. Las colas para recibir un poco de agua o de comida son interminables. En los poblados apartados el abandono sigue castigando a sus habitantes, todos ellos de condición muy pobre. En la carretera que une Ica con Lima se puede ver a pobladores que han caminado kilómetros para pararse al lado de la pista con cartelones en los que se lee: “Nos estamos muriendo”, “Necesitamos ayuda, por favor”. Algunos automovilistas les tiran por sus ventanas algo de comida. Los rescatistas ya dejaron de buscar sobrevivientes entre los escombros y ahora están dedicados a sacar los cadáveres que todavía quedan aplastados entre las ruinas de las ciudades de Pisco, Ica y Chincha. El 96 por ciento de las casas del centro de Pisco está inhabitable.

“No es que hayamos predicho que iba haber un terremoto en esta zona en una fecha determinada, eso es imposible, sino que luego de un estudio científico de los ciclos de los terremotos en la costa peruana llegamos a la conclusión de que en esta zona de la costa central, al sur de Lima (donde se produjo el terremoto del miércoles), había altas probabilidades de que ocurriera un gran terremoto. Lo pusimos en el informe y se lo entregamos a las autoridades para que se tomaran las medidas de prevención, pero ellas no pusieron el interés que debían haber puesto”, le señaló a Página/12 Hernando Tavera, el autor del informe. En su estudio científico de 2005, Tavera escribió: “Y ahora que sabemos dónde ocurrirá un terremoto en el futuro, la pregunta es ¿qué hacemos?”. Dos años después la realidad le respondería en forma dramática y dolorosa: no se hizo nada. “Espero que ahora tomen con más seriedad las investigaciones científicas”, se consuela Tavera.

El director del Instituto Geofísico del Perú ahora alerta sobre las probabilidades de un terremoto en el sur del Perú y el norte de Chile. “La costa del Pacífico, desde Chile hasta Colombia, es altamente sísmica. No podemos decir exactamente cuándo va a ocurrir, pero va a ocurrir, y deberíamos estar preparados”, advierte Tavera.

El director del Instituto Geofísico señala que Lima, que tiene casi ocho millones de habitantes, está en una zona altamente sísmica y recuerda que el último terremoto que tuvo como epicentro la capital peruana ocurrió en 1974, y el anterior en 1940. “No se pueden establecer ciclos exactos, pero han pasado 33 años desde el último terremoto en Lima y tenemos que estar preparados para un terremoto en cualquier momento. Mientras más tiempo pasa sin que se produzca uno, más altas son las probabilidades de un terremoto y más fuerte será éste”, advierte el científico.

En una ciudad altamente poblada como Lima, donde la mitad de las viviendas están construidas precariamente de manera informal, un terremoto como el de Ica multiplicaría significativamente la tragedia vivida esta semana en el sur del Perú. “Con un terremoto de esa magnitud, por lo menos el 40 por ciento de las casas de Lima se verían afectadas y un 20 por ciento de ellas sufriría graves daños; asimismo, un 20 por ciento de los hospitales y el 40 por ciento de los colegios de la capital también sufrirían daños muy graves. Esto lo hemos advertido en un informe hace seis años para que se tomen las medidas necesarias, pero no se ha hecho nada hasta ahora”, asegura Javier Piqué, decano del Colegio de Ingenieros de Lima.

Cuando todavía no se superan los problemas en la distribución de la ayuda a los damnificados, que podrían superar las 250 mil personas, aunque el gobierno prefiere hablar de 80 mil, el presidente Alan García anunció el inicio de la reconstrucción de las ciudades arrasadas por el terremoto. Se informó de la creación de un comité para dirigir esta reconstrucción y se emitió un decreto autorizando una primera partida de 30 millones de dólares para esta tarea.

domingo, 19 de agosto de 2007

nuevas imágenes

Para buscar la verdad hace falta servirse del artificio"

Para buscar la verdad hace falta servirse del artificio"

El historiador italiano Carlo Ginzburg es el autor emblemático de la microhistoria, un modo de reconstrucción del pasado a partir de pequeños acontecimientos. En esta entrevista habla de su pasión por Dante y de los recursos literarios de que se vale para sus estudios

Sábado 18 de agosto de 2007

Por Pablo Esteban Rodríguez
Para LA NACION-- Buenos Aires, 2007

Todo lo que es interesante ocurre en las sombras. No sabemos nada de la verdadera historia de los hombres." Con estas palabras de Louis-Ferdinand Céline comienza El queso y los gusanos (1976), quizá la obra más conocida de Carlo Ginzburg. La frase calza a la perfección para caracterizar la vida y la obra de este historiador italiano, que la semana próxima pronunciará dos conferencias en nuestro país: "Releer a Hobbes hoy", organizada por la Secretaría de Cultura de la Nación y el Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la Universidad Nacional de General San Martín, y "Sociología sagrada: la dimensión religiosa del fascismo desde una perspectiva francesa", en el marco de las jornadas conmemorativas de los 50 años de la carrera de Sociología de la Universidad de Buenos Aires.

Su familia fue muy conocida en Italia desde fines de la Segunda Guerra Mundial en adelante, pero durante bastante tiempo debió permanecer en la oscuridad (ver nota aparte). Su obra es una de las muestras más sólidas y complejas de lo que se dio en llamar, desde la década del 70, la microhistoria: el intento de reconstruir la vida social del pasado a partir de pequeños fragmentos, relatos menores que transcurren lejos de la sucesión de gobiernos, revoluciones y guerras, pero que sin embargo son los que mejor revelan la trama de todos ellos. Ginzburg ha sabido echar luz sobre esas sombras con la prudencia de no creer que por ello podía conocer la historia de los hombres, sino apenas hacerla más próxima a nuestras vidas.

En esta entrevista, Ginzburg repasa parte de su vida y de su obra comenzando por lo más reciente: su vuelta, luego de varias décadas de estancia en Los Ángeles, a la institución que lo alumbró como historiador. "Volví a Pisa por razones personales -cuenta-. Extraño Los Ángeles (los amigos, la biblioteca, California), pero en Pisa estoy muy bien. Los estudiantes son en general muy buenos, tengo muchos amigos. Es exactamente un retorno: hace exactamente 50 años entré como estudiante en la Scuola Normale en la que ahora enseño. Cuando estoy en Pisa experimento una curiosa sensación de familiaridad: el caparazón es el mismo, el animal es el que cambió. Me alegro mucho de no ser aquel que era hace 50 años. No sufro de nostalgia.

-En su obra hay además varios retornos a los mismos temas, como el de la brujería en los siglos XIV y XV, que usted trabajó en Los bienaventurados (1966) y mucho más tarde en Historia nocturna (1986). ¿Está volviendo sobre algún tópico en particular, así como volvió a Pisa?

-Bueno, fíjese que hace algunos años que estoy trabajando en un libro sobre Dante Alighieri. Y la primera vez que leí entero a Dante fue cuando preparaba el concurso para entrar en la Scuola Normale. La Divina Comedia es uno de los libros que releo periódicamente a fondo. Cuando, hace tiempo, me di cuenta de que había pasado un buen tiempo de mi vida con Dante, sentí una gran alegría. Dante, además de ser un gran poeta, era una persona extraordinaria. De él me gusta todo: hasta su soberbia (y cuántas razones tenía para ser soberbio), su sectarismo, etcétera. Es la cristalización de lo que escribe Stendhal en Del amor . Pero el libro que estoy escribiendo no hablará -o hablará muy poco- de Dante como persona.

Criado en un hogar en el que se respiró desde siempre la literatura, dos de las constantes de los libros de Ginzburg afloran en cada una de sus respuestas: la referencia a las obras literarias y la facilidad para narrar. Quizás la originalidad de Ginzburg dentro del marco de la microhistoria proceda justamente de esa elasticidad casi infinita para ir y volver de procesos históricos a cuentos, de cuentos a mitos y de mitos a novelas, y para volcar estos paisajes en un todo que en definitiva es, además de un libro de historia, un relato literario. A Ginzburg le gusta decir que en la Antigüedad a los historiadores se les pedía que sus descripciones tuvieran vida, y que el historiador debe ante todo evitar el aburrimiento. El historiador es como un narrador, pero también es como un detective que rastrea huellas, un médico que interpreta síntomas, un juez que evalúa una prueba, un pintor, un antropólogo, un capitán de barco.

-Es cierto. He multiplicado las metáforas para explicar qué es un historiador. Las metáforas me gustan, y es una razón adicional para amar a Dante. Las metáforas me ayudan a entender el trabajo que hago hace tantos años. Tengo la impresión de saber muy poco del oficio de historiador, aunque algún truco aprendí. Hay una pintura muy bella que Goya pintó de viejo, en la que se ve a un viejo con una larga barba blanca que avanza fatigosamente apoyándose en dos bastones. La leyenda dice: "Aún aprendo". En realidad, me viene la duda de haber dicho esto en otra entrevista; será un signo de que me estoy acercando a este decrépito modelo.

-Usted ha dicho alguna vez que la microhistoria estudia los temas que tienen necesidad de justificación, así como la historia analiza los temas cuya justificación es evidente. ¿No es este seguir aprendiendo, esta panoplia de metáforas, una forma de justificar el estudio de lo que necesita justificación?

-Puede ser. Usted se refiere a mis críticas a la historia media, a la "mesohistoria", la historia de aquellos temas y personajes que son de por sí importantes y cuyas vidas merecen ser narradas. Y para mí, los temas y personajes que desconocemos son tan importantes como los conocidos. El tema es entonces la escala de la investigación, algo que no puede darse por descontado. Hay que prevenirse de que exista un modo natural de escribir la historia y de que haya temas naturales, dados, para la historia. En el hecho de escribir, incluso en el de escribir historia, no hay nada natural. Para buscar la verdad hace falta servirse del artificio. Es una idea antigua que continúa siendo verdad.

El queso y los gusanos cuenta la historia de un molinero friuliano, Domenico Scandella, alias "Menocchio", que es condenado a la hoguera de la Inquisición a fines del siglo XVI por sus ideas avanzadas acerca de la religión y de la libertad. En esta narración aparecen varios niveles superpuestos para describir lo que parece imposible: una cosmovisión que no se puede construir a partir de documentos oficiales, sino de testimonios vagos y fuentes inciertas. Eso es quizás lo que obliga al artificio y a la erudición, a llenar las lagunas de una historia que no tiene narrador oficial. Se sabe que Ginzburg es uno de los máximos responsables de que el Vaticano abriera muy lentamente los archivos de la Inquisición para "investigadores calificados", tras una carta enviada en 1979 a Juan Pablo II. Otra forma de sacar a la luz las sombras.

La construcción de esta microhistoria no ha carecido de críticos. La empresa de Ginzburg representa riesgos metodológicos que son compensados por su intensidad literaria. El hilo que une las investigaciones de Ginzburg parece ser la intuición, una intuición que une hilos invisibles y que ha llamado "el paradigma indiciario": muchos indicios, pocas certezas, casi todo olfato. ¿Cómo ha hecho Ginzburg para enseñar esto en las décadas que lleva como profesor?

-Enseñar a descifrar indicios no es fácil. Hace falta partir de un caso, analizarlo y decir: "Yo lo hice así, pero sepan que no me voy a encontrar con un caso exactamente igual a este". Creo que aquí no hay recetas. Sobre todo, no existen recetas sobre el modo de pasar de lo micro a lo macro, de un caso específico a la generalización. Estoy convencido de que el tema fundamental de la microhistoria es la generalización. Parece una paradoja, pero no lo es. Naturalmente, se trata de arribar a una generalización un poco más compleja de las corrientes. Para aprender a hacer esto es necesario desarrollar un talento analógico. Creo que en nuestro modo de estar en el mundo, la analogía tiene una importancia fundamental. Si no tuviéramos capacidad analógica, no sobreviríamos ni siquiera un minuto.

-En Historia nocturna, usted analiza las cazas de brujas en la Edad Media y el Renacimiento, un panorama de conspiraciones que, siguiendo con las analogías, parece retornar en estos tiempos.

-Aquí se hace necesario, entonces, precisar lo que quiero expresar acerca de la analogía. Cuando Arthur Miller puso en escena un episodio de la caza de brujas ( The Crucible ), los espectadores pensaron inmediatamente en la caza de los comunistas, verdaderos o presuntos, desencadenada por el senador McCarthy en los años 50. La analogía era por cierto irrelevante desde el punto de vista analítico, pero tenía un valor polémico: funcionaba como un instrumento de deslegitimación. ¿Sería útil volver a proponer la misma analogía a propósito, por ejemplo, de lo que ocurre en las cárceles de Guantánamo, o lo que ocurre en general con la llamada "guerra contra el terrorismo"? No lo creo. Me parece una comparación cómoda, perezosa. A veces la analogía ayuda a ver un fenómeno bajo una luz inesperada; otras veces, en cambio, impide ver la novedad. La analogía es un instrumento, y como tal no es infalible. Su eficacia depende del modo en que se usa.

-Otra de las analogías que han sido repetidas en estos años es la del fin de la historia, de Hegel, respecto de lo ocurrido desde la caída del Muro de Berlín. ¿Qué opina usted, como historiador, de esta atmósfera en la que algunos incluso hablan de poshistoria?

-Las filosofías de la historia como las de Hegel daban un significado al proceso histórico, y sobre esto es necesario hacer algunas distinciones. La idea de que la historia tiene un significado que la preexiste y la supera es ciertamente insensata. Pero nadie pondrá en duda que determinados eventos puedan asumir un significado retrospectivo, a la luz del proceso acumulativo que hemos desencadenado. Tomemos un ejemplo. El rápido deterioro de la relación entre la especie humana y el ambiente natural, que hoy está a la vista de todos, es el resultado de un proceso que comenzó en el siglo VIII. Por pertenecer a la especie homo sapiens sapiens , podemos leer retrospectivamente el germen del deterioro presente en aquel precedente lejano, y hasta podemos hablar del significado que tiene el proceso entero para nosotros en cuanto especie. Las cucarachas, si estuvieran solas en este mundo, llegarían a un término diferente. Quizás el proceso histórico habría podido tomar otro camino. Pero el hombre, este proceso, ¿podrá aún tomar otro camino que el de la catástrofe ecológica? En este sentido, también creo que parte de esta atmósfera sobre el fin de la historia proviene de ciertos tópicos generalizados a partir del Mayo Francés y reactivados por la caída del Muro de Berlín, y que apuntaban a dar vuelta la página respecto de esta exigencia de significado de la historia. Pero el impulso de este proceso ha sido el de oponer verdad y deseo y criticar la idea de objetividad, sobre todo en la historia. Ahora bien, como historiador, debo decir que todo esto tiene un límite. Que no haya significado predeterminado en la historia no quiere decir que no haya significado alguno en los acontecimientos. En este sentido, los hechos, como decía el líder comunista Palmiro Togliatti, tienen la cabeza dura.

“La salud no es sólo una cuestión de los médicos”

“La salud no es sólo una cuestión de los médicos”


Es el mayor experto mundial en “atención primaria”, el acercamiento de la salud a las comunidades. Aquí, cuenta cómo el FMI hizo fracasar su implementación en los países en desarrollo. Evalúa el sistema de salud argentino y advierte que las mujeres no sólo tienen derecho al aborto sino al aborto seguro.




Por Pedro Lipcovich

Es, quizás, el que más sabe: Halfdan Mahler dirigió durante 15 años consecutivos (entre 1973 y 1988) la Organización Mundial de la Salud. Durante su mandato, en 1978, se concretó la Conferencia Internacional de Alma Ata, que impulsó el criterio de la “atención primaria”: el acercamiento del sistema de salud a las comunidades, que, recuerda, fue entonces recibido con “cinismo” por la mayoría de las instituciones médicas. Es que ese criterio otorga mayor autonomía y poder de decisión a la gente común, y jerarquiza profesiones relegadas como la enfermería. Coherente con esa reasignación del poder es “el derecho al aborto seguro”, que Mahler reclama para todas las mujeres. En los años ’80, el proyecto de Alma Ata “fracasó” porque “el FMI impuso a los países en desarrollo la privatización del sistema de salud”. Mahler narra la paradoja de que la atención primaria, más necesaria en los países pobres, se haya impuesto en los países europeos más ricos, que tenían más libertad para establecer políticas de salud propias. Sin embargo, el acercamiento de la salud a las comunidades se recuperó en América latina, primero en Brasil y “en estos últimos años, en la Argentina”. Mahler –nacido hace 84 años en Dinamarca– es director emérito de la OMS, y visitó la Argentina para presidir, en forma honoraria, la Conferencia Internacional de Salud para el Desarrollo, convocada precisamente bajo el lema de promover estos criterios.

–Empecemos por recordar cuál es la importancia del concepto de atención primaria.

–Es el que fue establecido e impulsado por la Conferencia Internacional de Alma Ata, en 1978. El consenso que allí se alcanzó marcó un divorcio con la idea convencional que hace equivaler la atención de la salud con la función de la medicina. En Alma Ata se determinó que la salud es mucho más que la medicina: es la educación, es la nutrición, es el acceso al agua potable, son los estilos de vida saludables. Este planteo, hace 30 años, fue una verdadera revolución, que apuntaba a llevar a la práctica la definición de la OMS, para la cual la salud no es sólo la ausencia de enfermedad, sino “el completo bienestar físico, mental y social”. Antes de Alma Ata, la salud era cosa de los médicos: “Nosotros, los médicos, sabemos: sabemos qué medicamento cura cada enfermedad; somos, en la Tierra, los representantes del Dios de la salud”.

–Siendo así, ¿la corporación médica apoyó o se opuso a ese proyecto?

–En la mayoría de los casos, el cuerpo médico tuvo una actitud más bien cínica. Decían: “Alma Ata fue sólo una conferencia más: nosotros somos la gente calificada para tratar las enfermedades”. Hubo mucho escepticismo, salvo en algunos médicos, generalmente sanitaristas o epidemiólogos. En cambio, y por ejemplo en los países nórdicos de Europa, las enfermeras se entusiasmaron: para ellas, Alma Ata fue un milagro que les abrió paso al contacto con la comunidad, con las familias. Antes, el lugar de la enfermera se reducía al hospital, bajo el mando y aun bajo la tiranía del médico. El credo instituido en Alma Ata acrecentó la importancia de la enfermería profesional.

–¿Podría dar un ejemplo de esta jerarquización del rol de las enfermeras?

–La enfermera comunitaria puede ayudar a las madres a tomar conciencia de la importancia de la estimulación temprana: los dos primeros años del niño son cruciales, y lo que promueva la salud en ese lapso tendrá consecuencias para toda su vida. Difundir esto entre las familias es una misión trascendente y difícil para las enfermeras. Otra función muy concreta es, por ejemplo, enseñarles a las madres cómo enfrentar las diarreas infantiles, que son causa de mortalidad muy importante en los países llamados en vías de desarrollo. Pero esto nos reenvía a una apertura importantísima que tuvo lugar en Alma Ata: la perspectiva de que la población misma aprenda a dialogar con sus síntomas, a diagnosticar y tratar su situación de salud a nivel individual, familiar y comunitario.

–¿Cómo se ejemplificaría esta aptitud de la población?

–Nuevamente con el caso de las diarreas infantiles: antes de Alma Ata, su atención estaba reservada a los médicos. Pero cualquier madre puede tratar a su hijo con un producto hidrosalino que ella misma puede preparar en su casa. De igual modo, y en los adultos, las enfermedades cardíacas pueden prevenirse mediante cuidados en la alimentación y el ejercicio físico. Esta capacidad autónoma de los individuos, las familias y las comunidades quedó anotada entre las primeras prioridades de la Declaración de Alma Ata.

–A 30 años de esa conferencia, ¿cómo evalúa la puesta en práctica de sus postulados?

–Fracasó.

–¿Fracasó?

–Un criterio central de Alma Ata era ofrecer a los países llamados en vías de desarrollo la posibilidad de llegar, con sus recursos limitados, a un nivel de salud más alto. Pero, paradójicamente, donde mejor se desarrollaron esas propuestas fue en los países ricos de Europa. Porque, aunque la atención primaria resulte en definitiva mucho más barata, para cambiar de un sistema a otro hacen falta recursos: se necesitan cambios organizativos, nuevos lugares de atención, formación de personal. Los sistemas de salud de los países europeos tenían la plata para el cambio y en ellos se verificó el éxito de Alma Ata.

–¿Qué pasó con los países pobres?

–Al principio, Alma Ata generó entusiasmo y buena voluntad en distintos países pero, poco después, se promovieron en todo el mundo los planes de ajuste del Fondo Monetario Internacional (FMI), que resultaron catastróficos para las áreas sociales como salud y educación. El FMI les decía a los gobiernos que el Estado no podía destinar fondos a pagar servicios de salud: que cada persona debía pagarle por su salud al sector privado. Los años ’80 fueron una década perdida, completamente perdida para el desarrollo social. Y fueron un golpe tremendo para la atención primaria. En los ’90, la mayoría de los sistemas de salud se habían olvidado de Alma Ata. Las excepciones se dieron en América latina.

–¿En qué países?

–Por de pronto, Brasil. Ese país ni siquiera había concurrido a Alma Ata, porque esa ciudad está en Kazajstán, país que entonces formaba parte de la Unión Soviética, y la dictadura militar brasileña se negó a ir. Pero, cuando los militares se fueron del poder, los sucesivos gobiernos civiles adoptaron y preservaron la propuesta de un sistema único de salud basado en la atención primaria. También en Chile se aplican estas propuestas, y actualmente en la Argentina.

–¿Cuál es su opinión sobre el sistema de salud en la Argentina?

–Sé que hay 6500 centros de atención primaria, y el año pasado me impresionó muy favorablemente mi visita a algunos de ellos: encontré una integración dinámica de profesionales, médicos, psicólogos, dentistas, promotores de salud, que está en el espíritu de Alma Ata.

–Usted también se ocupó de la salud sexual y reproductiva y los derechos de la mujer...

–Luego de dejar la titularidad de la OMS, en 1988, fui secretario general de la Federación Internacional de Planificación Familiar. El tema ya había sido prioridad en Alma Ata. En estos años, ha habido un progreso extraordinario en la comprensión de la salud sexual y reproductiva en los países asiáticos donde hubo más progreso económico; son cosas que suelen ir de la mano. Pero la planificación familiar sólo puede tener lugar cuando las mujeres obtienen la libertad respecto de sus cuerpos.

–¿Cuál es su posición respecto del aborto?

–Mi posición es muy clara: creo en el derecho de la mujer a decidir. Me parece inaceptable que las leyes no les permitan a las mujeres decidir sobre su salud reproductiva, pero no alcanza con la legislación: en la India, el aborto está garantizado legalmente pero muchas mujeres tienen miedo de la reacción de sus maridos si ellos se enteran de que fueron a abortar a un centro de salud; entonces siguen haciéndolo a escondidas, clandestinamente y con riesgos. En cualquier caso, la legislación debe garantizar el acceso al aborto seguro.

sábado, 18 de agosto de 2007

Convocan a científicos para mejorar la enseñanza

Convocan a científicos para mejorar la enseñanza


Buscan despertar el gusto por la ciencia desde la primaria



Los malos resultados que se reiteran desde hace diez años en las evaluaciones de matemática y de ciencias naturales llevaron al Ministerio de Educación a convocar a un grupo de reconocidos científicos y especialistas en la enseñanza de las ciencias a que hagan sugerencias para mejorar el aprendizaje de estas áreas que hoy son parte indispensable de la alfabetización.

El fortalecimiento de la formación docente aparece en el trabajo que se presentó ayer en la cartera educacional como la clave para generar cambios. También los científicos proponen incrementar la carga horaria en ciencia en los primeros años del primario, que haya más equipamiento y recursos didácticos, y mayor articulación entre escuelas e instituciones científicas y tecnológicas.

"Hace tiempo que las evaluaciones en ciencia y matemática dan mal, sobre todo en el secundario. En el primario casi no hay ciencia, y es una etapa fundamental para enseñarla porque los chicos están curiosos. El problema principal está en la formación de los docentes en estas áreas. Las recomendaciones que hicimos son para empezar ya y puede haber cambios en el corto plazo", dijo a LA NACION Diego Golombek, doctor en ciencias biológicas e investigador del Conicet.

Alberto Kornblihtt, doctor en ciencias químicas e investigador principal del Conicet, indicó que el empeoramiento en estas áreas es una tendencia mundial y que la enseñanza de la ciencia no tiene por objeto que los jóvenes sean científicos, sino que adquieran espíritu crítico. Además, señaló que el cambio en la Argentina va a "depender mucho de que se tomen ciertas medidas en el corto y mediano plazo, y que se asignen fondos".

El ministro de Educación, Daniel Filmus, dijo ayer: "Nos comprometemos a cumplir con las recomendaciones que propone la comisión", y enumeró algunas medidas que ya se tomaron, tales como la creación del Instituto de Formación Docente, la ley de educación técnica y el incremento de la inversión en el área.

El trabajo sugiere también que se haga hincapié en el método experimental para la enseñanza de las ciencias. "Las ciencias naturales son experimentales desde Galileo, y esto es fundamental. Dar una buena educación en ciencia y matemática contribuye a la democratización de la sociedad", comentó a LA NACION Pablo Jacovkis, doctor en ciencias matemáticas y ex decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

¿Se está muy lejos de las recomendaciones que hicieron los científicos? "En algunos puntos, el ministerio ya empezó. El nuevo instituto de formación docente pidió a los institutos que presentaran proyectos de mejora en matemática y ciencia, los cuales se van a financiar. También ofrecemos becas a docentes y formadores para ir al exterior a capacitarse", respondió Juan Carlos Tedesco, secretario de Educación.

Otro punto que destaca el trabajo es la necesidad de promover iniciativas que hagan que los niños y jóvenes adquieran gusto y entusiasmo por estas disciplinas, como campamentos, laboratorios, clubes de ciencias. El desafío es revertir la idea errónea de que estas asignaturas son difíciles y aburridas.

También participaron del trabajo Rebeca Guber, Patricia Sadovsky, Pedro Lamberti, Francisco Garcés, Alejandro Jorge Avía y Julia Salinas.

Como dice el científico argentino Pablo Amster en su libro La matemática como una de las bellas artes, "hablar de matemática no es solamente demostrar el teorema de Pitágoras: es, además, hablar del amor y contar historias de princesas". Una invitación impostergable para adentrarse en esos mundos.

Por Laura Casanovas
De la Redacción de LA NACION

jueves, 16 de agosto de 2007

El mundo de "1984" (libro de George Orwell)

'Actos vandálicos' de la CIA en Wikipedia

Una herramienta de la enciclopedia 'online' descubre que la CIA cambió la biografía de Ahmadineyad y el Vaticano la de Gerry Adams
ELPAIS.com - Madrid - 16/08/2007


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Una nueva herramienta de la Wikipedia ha puesto al descubierto que la CIA, el Vaticano, el partido Demócrata, y entidades comerciales han editado entradas de la enciclopedia popular on line siguiendo intereses particulares y con el ánimo de tergiversar la información. La nueva herramienta consiente revelar la dirección IP del los ordenadores con los que se editan las entradas y con ello llegar a la identidad de las organizaciones, según informa el sitio web de la cadena británica BBC.


Todos hacemos la enciclopedia
CIA
(Agencia Central de Inteligencia)

A FONDO
Sede: Washington (Estados Unidos)
Ver cobertura completa
Estados Unidos
A FONDO
Capital: Washington. Gobierno: República Federal. Población: 290.000.000 (2004)
Ver cobertura completa


La herramienta, desarrollada por investigadores estadounidenses, puede localizar las direcciones IP desde donde se hacen las ediciones de la Wikipedia, que son millones, ya que se trata de una enciclopedia que se enriquece continuamente con las aportaciones voluntarias de los internautas.

Según cuenta la BBC, el Wikipedia Scanner, ha demostrado que alguien, desde ordenadores de la agencia de inteligencia de EE UU, editaron la entrada del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad. En el perfil del mandatario iraní, alguien desde un ordenador de la CIA ha incluido la exclamación "Wahhhhhh!" (una especie de bostezo) en una sección sobre su carrera política. De hecho, actualmente, Wikipedia avisa en la entrada de Ahmadineyad de que "la neutralidad y precisión del artículo están siendo cuestionadas" y de que "el artículo o sección puede contener menciones inapropiadas o malinterpretadas". La CIA ha rechazado confirmar que efectivamente se haya hecho una edición de esa entrada desde uno de sus ordenadores.

El Partido Demócrata también ha hecho de las suyas en la Wikipedia. Según cuenta la BBC, uno de sus ordenadores fue usado para hacer cambios en la entrada del presentador televisivo Rush Limbaugh, conocido por su ideología derechista. Así, se le califica ahora de "idiota", "racista" e "intolerante". En un párrafo sobre la audiencia de su programa se dice actualmente que "la mayoría de ellos [los seguidores] son retrasados". Desde el partido Demócrata se ha informado de que en realidad la dirección IP de quien hizo esos cambios pertenece al Comité de Campaña Congresual Demócrata, la organización demócrata para la campaña a la Cámara Baja del Congreso estadounidense y su sede está en el mismo edificio que la sede oficial del partido. Este organismo no ha negado la autoría de los cambios, aunque ignoran quién ha podido hacerlos, porque sostienen que datan de hace dos años.

También según la nueva herramienta de Wikipedia, desde un ordenador del Vaticano se han borrado datos de la biografía de Gerry Adams, el líder del Sinn Fein, la organización republicana y católica irlandesa. En concreto, se eliminaron enlaces con artículos de periódicos en los que se contaba que las huellas de Adamas habían sido localizadas en un coche usado para cometer un doble asesinato en 1971.

También ha habido cambios en la entrada de Walden O'Dell, presidente de la empresa Diebold. Esta empresa suministra máquinas electrónicas de voto para las elecciones. Desde la propia empresa se eliminaron párrafos de Wikipedia en los que se decía que O'Dell fue uno de los más importantes contribuyentes económicos a la campaña electoral de George W. Bush en 2000.

Entre los más de cinco millones de ediciones que ha localizado la herramienta, la inmensa mayoría se han hecho para corregir erratas o imprecisiones, aunque también ha detectado ediciones destinadas a eliminar datos potencialmente perjudiciales para alguna organización o para perjudicar a un tercero. Se han detectado también algunas pequeñas bromas en los perfiles del ex director de la CIA Porter Goss y la presentadora Ophrah Winfrey.

La herramienta ha sido desarrollada para establecer un control sobre la enciclopedia, de modo que no caiga en manos de intereses particulares.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Ensayos contra el equivoco

Ensayos contra el equivoco

En su última investigación sobre la escuela y sus protagonistas, Silvia Duschatzky revisa el rol de las y los docentes en un espacio al que ella llama como de “intemperie social”. Desvalorizado su trabajo, con poco apoyo institucional y con un alumnado con demandas nuevas, es el desgaste de quienes se paran frente al aula lo que define esa falta de reparo.





Por Veronica Gago

La escuela es percibida en los últimos tiempos como un espacio en crisis del que muchos desertan –en su mayoría alumnos– y otros tantos quisieran hacerlo –especialmente los docentes–. Silvia Duschatzky, licenciada en Ciencias de la Educación y docente de Flacso, desde hace años investiga ese territorio escolar que a la vez que persiste como central en el imaginario público, cada vez parece más devaluado como lugar de aprendizaje y formación masivo. Duschatzky publicó La escuela como frontera en 1999, le siguió Chicos en banda (junto a Cristina Corea) en 2002 y ahora acaba de salir a la luz su último trabajo: Maestros Errantes. Experimentaciones sociales a la intemperie (Paidós). La escuela –en este nuevo libro realizado a partir de investigaciones en La Matanza, Bajo Flores y Córdoba– es leída como un espacio de “intemperie social”, donde no está asegurada por vías institucionales ninguna función clásicamente asociada al régimen educativo. De hecho, en el libro mismo, la proliferación de lugares que toman protagonismo indican hasta qué punto la escuela ha dejado de ser una referencia privilegiada: el barrio, la esquina, las organizaciones de desocupados, la ranchada y la cárcel son lugares tan o más presentes que la escuela misma en la mapa cotidiano de cientos de jóvenes. Ante esa renovada cartografía, los y las docentes se mueven entre el desconcierto y la invención. Son errantes en el doble sentido de la palabra: porque permanentemente ensayan sin garantías contra el equívoco y porque ese ensayo exige un movimiento, un recorrido, casi una deriva a tientas. Emergen así exigencias cuasimilitantes para asumir lo que antaño fue un rol clásicamente pensado como la extensión pública de la “vocación” pedagógica y de crianza de las mujeres. Sin embargo, la investigación realizada por Duschatzky y sus colaboradore/as narra “el tipo peculiar de soledad” que acompaña a estas maestras y maestros que asumen la errancia como modo de estar en una escuela que ya no tiene sus límites tan definidos: la tarea docente actual –con exigencias cotidianas que sobrepasan cualquier idea tradicional de lo que significa enseñar– corre el riesgo de ser concebida como un “activismo aislado” mientras no tenga el reconocimiento social e institucional que valore los nuevos saberes y procedimientos que se ponen en juego. Otra cuestión no menor es el cansancio, incluso el agotamiento, que genera esta nueva función docente extendida y sin guión fijo. En diálogo con Las 12, Duschatzky y Cristina Ibalo –ex secretaria general de Suteba-La Matanza, ex directora de la escuela 105 de González Catán y participante de la investigación– relatan qué significa esta experiencia de docencia a la intemperie.

Foto: Mariano Vega
La sensación de cansancio está muy presente en el libro como malestar docente y, a la vez, parece ineludible la exigencia de que para estar en la escuela hoy se requiere cada vez una disponibilidad mayor y ya no alcanza con cumplir una función determinada. ¿Cómo se conjugan ambas cosas?

S. D.: –El problema es que la función es una ilusión. En todo caso, lo interesante es preguntarse cómo funcionar con los otros alrededor de alguna tarea, pero la función como aquello que da identidad y que no se contamina con la función del otro ya no existe. Si vos hoy te quedás pegado a una función de lo que debería ser el o la docente, lo que sentís es un resentimiento enorme porque además de que esa función no se despliega como se supone que debería, sufre una devaluación tremenda. Algo muy escuchado es: “Si yo tengo la función de enseñar, ¿por qué le tengo que dar de comer a los pibes?”. Ahora, si dar de comer es una de las cosas que aparecen como exigencia básica y te toca asumirla, es mejor que pienses cómo hacer de esa tarea algo más que una nutrición en el sentido fisiológico. Ahí se va creando la posibilidad de una nueva subjetividad capaz de convertir el comedor en algo más que un comedero.

C. I.: –En una época, entre los docentes hablábamos de la fatiga crónica. Creo que eso lo genera la imposibilidad de conectarse cotidianamente con lo que pasa. Se te vuelve crónica la desconexión y eso fatiga, te hace sentir permanentemente impotente. Creo que existe la posibilidad de explorar otras formas de vínculos con los chicos y los padres pero eso exige otro caudal de energía.

En el libro, a pesar de tratarse sobre maestra/os, padres, madres y alumna/os, los lugares que más se nombran no necesariamente tienen que ver con la escuela...

S. D.: –Tal vez exagero, pero diría que de la escuela tal como la conocimos hace unas décadas hoy sólo quedan espectros. Hay restos de escuela: lugares donde van pibes y pibas que se los nombra como alumnos, otras personas que se llaman docentes, y en algunos casos funcionan situaciones de aprendizaje. Es decir, hay ciertas capas, como sedimentos no desaparecidos, pero siempre se cuelan cosas que no pueden considerarse simplemente anecdóticas o excepcionales, sino que muestran el descascaramiento de la ilusión de una escuela organizada por funciones. Hace poco, el director de una escuela de alto nivel adquisitivo nos contaba que en su escuela –aun con todas las diferencias– pasan cosas como las que pasan en otras que son bien diferentes en su población, en sus condiciones, en sus recursos. Creo que hay algo de una perplejidad enorme cuando una maestra se queda petrificada porque un chico de ocho años le tiró una lapicera Parker. Claro, en este caso no son pibes que aspiran Poxi-ran, aunque sí que toman Ritalin, pero la reacción de la maestra es la misma: queda paralizada. Mi intuición es que en ciertas escuelas no existe ese pacto fundacional ciudadano de progreso, sino un pacto de ficción e ilusión: “Vamos a hacer de cuenta –padres, directores y maestros– que esto funciona y que esto es una escuela”. Y se mantiene porque muchas veces no hay recursos para soportar darte cuenta de que eso no es así. En cambio, otras escuelas no funcionan como Truman Show sino que el decorado está directamente derribado.

¿Hay, entonces, una exigencia militante hacia el rol docente actual?

C. I.: –La escuela todavía espera a ciertos alumnos, a ciertos padres pero esos alumnos y padres ideales ya no existen. Es como esperar una ilusión y desilusionarse cada vez. En mi experiencia, lo que pasó es aún más radical: si nosotras nos quedábamos esperando que vinieran los chicos a la escuela, directamente no venían. Tuvimos que ir a buscarlos y mostrarles que les proponíamos un modo de relación diferente, no expulsivo. Eso de ir a buscarlos es impensable para muchos. Pero varios alumnos que habían sido expulsados de nuestra escuela se quedaban en la vereda tirando piedras a las ventanas de las aulas o tomando cerveza en la esquina. Es evidente que nosotros no los invitábamos a nada y ellos nos lo hacían notar. Más bien los alejábamos. Tuvimos que inventar otros modos de estar con pibes y pibas que son muy complejos. Esa es una dimensión que se puede llamar militante si querés.

¿Se invirtió la relación docente y hoy los chicos y chicas enseñan a los adultos?

S. D.: –No diría que se invierte completamente la relación clásica, pero sí que la época actual da espacio a cierta paridad. A mí no me gusta hablar de enseñanza sino de aprendizaje. El maestro tendrá que estar atento a crear las condiciones para ese aprendizaje en el que está absolutamente involucrado porque si él no va aprendiendo y no pasa por esta sensación de invalidez de sus propios saberes ni siquiera puede dar lugar a condiciones de aprendizaje. Por ejemplo, como nos contaban en una escuela: los pibes venden shampoo trucho. ¿Qué hacés? ¿Te escandalizás porque estafan a la gente o reconoces todo el esfuerzo que implica encontrar algo de qué vivir? A mí me parece más interesante ver una disciplina propia, una sagacidad y una inteligencia puesta en ese emprendimiento de venta ambulante. Hay un régimen de sensibilidad y percepción que tienen hoy los chicos y jóvenes que es más liviano porque no están tan apegados a modelos familiares y laborales institucionales, que pasa por muchos matices, y si se tiene determinada porosidad se abre una relación posible.

En el libro, la idea de violencia con la que parte la investigación se va desarmando. ¿Por qué?

S. D.: –Constatar simplemente que hay violencia sólo te deja una opción: decir que no tendría que haberla. De ahí se deriva únicamente una lógica de la prevención: lo que hay que evitar. Nosotros tratamos de pensar, en cambio, la noción de aleatoriedad: la idea de que la existencia hoy se pone en juego todo el tiempo. Este modo de formularlo es más abierto, a modo de interrogación, para salir de la sensación de sentirse amenazado permanentemente. Violencia es un término tan indiscriminado que no se puede hacer nada contra él más que pensar en su eliminación. Además, en la violencia hay pérdida de sujeto, de vínculo posible. También es importante señalar que la violencia no es lo único que irrumpe en las aulas: los pibes no se están matando todo el tiempo, ése es un énfasis mediático. Pero cuando los chicos se pegan o se agreden me da la impresión de que es porque hay una gran adrenalina que no tiene dónde tomar forma. Y la violencia, de última, es una forma. No nos gustará, implica seguramente un padecimiento también para ellos, pero en algún punto si toma esa forma es porque no puede encontrar otra.

¿El concepto de intemperie sólo es pensable para ciertos sectores sociales?

S. D.: –No, es importante pensar los distintos tipos de intemperie. Una cosa es el desamparo de los chicos de sectores sociales medios y medio altos que están absolutamente vigilados y controlados por la medicación, por padres temerosos que los patalogizan, por los psicopedagogos y los psicólogos. Ahí hay un desamparo en el sentido de que hay algo de su deseo que no tiene lugar: están a la intemperie porque tienen pocos recursos para las relaciones sociales, porque afectivamente se sienten desamparados; por ejemplo, ellos explican por qué son sus niñeras las que van a la reunión de padres. Hay otros pibes, con los que nosotros hemos trabajado, que están en una intemperie literal pero paradójicamente pareciera que ahí se logran armar fraternidades más fuertes. En los barrios en los que hemos trabajado, que son de sectores bajos, parecen tener más recursos para armar lazos.

martes, 14 de agosto de 2007

CADA CINCO MINUTOS UNA NIÑA DA A LUZ EN ARGENTINA

CADA CINCO MINUTOS UNA NIÑA DA A LUZ EN ARGENTINA

Tras 25 años, aumentó la fertilidad adolescente

Durante 25 años, la tasa de fertilidad adolescente fue descendente, pero desde 2003 comenzó a subir. Ese índice en la Argentina es de 64 de cada mil, superior al promedio que se da en países desarrollados, que es de 27 de cada mil, e incluso más alto que el de los menos desarrollados, 54 de cada mil.

“Para prevenir el embarazo adolescente, en primer lugar se necesita que chicas y chicos tengan educación formal y que sea de calidad.”
Subnotas

“Me cuelgo y no voy”
El farmacéutico amigo
“La única vía de realización”




Por Mariana Carbajal

Tres de cada diez adolescentes encuestados en la Ciudad de Buenos Aires, el conurbano y Rosario todavía creen que las mujeres no pueden quedar embarazadas en su primera relación. La mayoría tuvo en la escuela alguna charla sobre salud sexual y reproductiva, generalmente a cargo de la profesora de Biología o de algún laboratorio, y en este último caso dirigida particularmente a las mujeres. Mientras tanto, la tasa de fecundidad adolescente sube en el país desde 2003, cuando se quebró la tendencia descendente de los últimos 25 años. En 2005 –la última medición oficial–, 64 chicas de cada mil de entre 15 y 19 años fueron madres. O dicho de otra forma: cada cinco minutos una adolescente dio a luz.

Las estadísticas del Ministerio de Salud muestran que en 2005 nacieron 104.410 bebés de mamás de 15 a 19 años y 2699 de menores de 15 en todo el país. El total de nacimientos fue de 712.220, una cifra que se mantiene más o menos estable desde hace años. Es decir, el 15,2 por ciento correspondió a madres menores de 20 años. Hay grandes diferencias entre provincias: las tasas más altas de fecundidad adolescente corresponden a Chaco, Formosa y Misiones, donde se supera ampliamente el promedio nacional. La más baja, muy por debajo de la media del país, se registra en la ciudad de Buenos Aires.


Números

Para analizar la magnitud del fenómeno a nivel internacional se toma en cuenta la tasa de fecundidad de las chicas de 15 a 19 años, esto es la cantidad que se convierte en madre por cada 1000 de ellas –se presume que los embarazos más precoces, de 14 años para abajo, están asociados a situaciones de abuso sexual–. La investigadora Edith Pantelides, del Centro de Estudios en Población (Cenep), abordó desde hace años el tema y viene siguiendo la evolución de las cifras en el país. “Desde 1980, cuando se registraron 78,3 chicas de 15 a 19 años que tuvieron un hijo, la tasa de fecundidad adolescente venía bajando, pero en 2004 se rompió esa tendencia: de 56,4 en 2003 trepó en un año a 62,8 por cada 1000. Y en 2005 otra vez aumentó, aunque levemente”, señaló a Página/12. El último registro dado a conocer oficialmente indica que por cada 1000 adolescentes de 15 a 19 años, dieron a luz 63,7, más del doble de la tasa promedio del quinquenio 2000 y 2005 de los países desarrollados que fue de 27 por cada 1000; e incluso superior al promedio en ese período de los países menos desarrollados, de 53,4 por cada 1000, de acuerdo con los cálculos que lleva Pantelides. La media en el mundo es de 49,7 adolescentes madres por cada 1000.

De paso por Buenos Aires, el chileno Ramiro Molina Cartes, presidente de la Federación Internacional de Ginecología Pediátrica y de la Adolescencia, aportó a este diario algunos datos más: la tasa de fecundidad adolescente en Suiza es de 7 por 1000, en Francia de 9 por 1000 y en Alemania de 11 por 1000. En Chile, 44 dan a luz por cada 1000 chicas de 15 a 19 años.

De todas formas, todas estas cifras –incluidas las de la Argentina– no captan las gestaciones tempranas que terminan en abortos, una cara oculta del embarazo adolescente. Para tener apenas una idea de esta cifra negra vale recordar que en el país “entre 1995 y 2000 aumentaron un 40 por ciento las internaciones de adolescentes por complicaciones de abortos”, precisó a Página/12 Alicia Gutiérrez, tocoginecóloga de guardia del Hospital Durand y coordinadora del Comité de Desarrollo del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (Celsam). Fue la última medición oficial de los egresos hospitalarios.


Oportunidades

El embarazo adolescente es un problema complejo. No se conocen aún investigaciones que respondan por qué se quebró la tendencia descendente de la tasa de fecundidad que se observaba en el país desde 1980. Se sabe, sí –y esto ha surgido en estudios recientes– que especialmente en los sectores más pobres, la gestación temprana, aunque no sea planificada, puede esconder un deseo oculto de una joven, que puede ver la maternidad como proyecto de vida ante la ausencia de otros horizontes. No siempre está en juego el desconocimiento para evitar el embarazo o la imposibilidad de acceso a los métodos anticonceptivos. “Las condiciones materiales de vida que la sociedad les ofrece a estas chicas y el medio familiar en el que se socializaron forman parte de la construcción de su subjetividad, y eso implica que muchas de ellas no se planteen otra manera de realización personal que las de ser madres”, advirtió Gabriela Perrota, investigadora del Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, al comentar los resultados de un estudio que realizó entre adolescentes de la Villa 20 del barrio porteño de Lugano y presentó en la última semana en las Séptimas Jornadas de Salud y Población Instituto Gino Germani de la UBA. “Es válido que una adolescente quiera embarazarse, pero hay que preguntarse entre qué cosas elige. El Estado debería garantizar igualdad de oportunidades para todas las adolescentes”, acotó Gutiérrez. Para ello, acuerdan los especialistas, es básico garantizar el acceso y la permanencia en la escuela. “Para prevenir el embarazo adolescente, en primer lugar se necesita que chicas y chicos tengan educación formal y que sea de calidad. En la medida en que se tiene mejor educación, se obtiene un retroceso en la edad de iniciación sexual y lo mismo se observa en la medida en que los padres de estos jóvenes también tienen mejor educación. Pero también se necesita que tengan educación sexual y acceso a anticonceptivos”, consideró Molina Cartes, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Chile, a cargo, además, del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral de la Adolescencia, ubicado en el campus universitario en la ciudad de Santiago.

Molina Cartes reveló que hay 29 programas de educación sexual evaluados científicamente en el mundo y esos testeos demuestran que ese tipo de iniciativas retrasa la edad de la primera relación en más de 12 meses. “Con educación sexual no se logra la abstinencia, ni tampoco se promueven la promiscuidad y la actividad sexual temprana. Sí se consigue un impacto en la fecundidad adolescente, se la protege. El efecto más importante es que mejora la calidad de vida del joven al permitirle desarrollar su vida sexual sin riesgos y sin miedos, de manera normal”, destacó el experto chileno.

La Encuesta Nacional de Nutrición y Salud –cuyos resultados se dieron a conocer este año– encontró que el 44 por ciento de las adolescentes entre 15 y 19 años ya había debutado sexualmente. Un 20 por ciento de las chicas sexualmente activas admitió no usar ningún método anticonceptivo.


Avances

En materia legislativa, la Argentina ha dado grandes pasos en los últimos años para abordar el problema. En 2002 se sancionó la ley que creó el programa de Salud Nacional de Sexual y Reproductiva –que está en marcha desde 2003– y estableció el derecho de los adolescentes a acceder a servicios de procreación responsable sin necesidad de la compañía de un mayor: se les debe dar información y también anticonceptivos. Sin embargo, “la oferta de servicios para adolescentes es escasa, salvo algunos hospitales como el Argerich, que tiene un servicio amigable para los jóvenes, donde no tienen que pedir turno”, indicó Gutiérrez del Celsam. Hay otro factor que obstaculiza la llegada de jóvenes a un consultorio de salud reproductiva: “Los chicos se sienten intimidados de ir a consultar a un hospital, y tienen temor de que se les vaya a contar a sus padres que tienen relaciones sexuales. En todo el mundo, para captarlos, se apunta a crear centros de atención primaria para ellos”, agregó Gutiérrez. Y recordó que durante el gobierno de Carlos Menem se anunció el Programa de Atención Integral de Salud Adolescente, una iniciativa que precisamente planteaba la apertura de centros comunitarios y barriales para jóvenes, articulados con las escuelas: “Pero el plan, lamentablemente nunca se implementó”.

Ya que los adolescentes no concurren fluidamente a los hospitales, en el Alvarez, del barrio porteño de Flores, han resuelto salir a buscarlos con una estrategia copiada de una experiencia mexicana: a través de los empleados de farmacias, adonde los y las jóvenes van a comprar preservativos u otros anticonceptivos. El proyecto se pondrá en marcha próximamente y consiste en capacitar a los empleados de las farmacias del área de influencia del Alvarez como “agentes multiplicadores de salud” para que den un primer asesoramiento a los adolescentes en salud sexual y reproductiva, y los deriven a un centro de salud de la zona (ver aparte).


Preservativos, ¿para qué?

El otro gran avance legislativo que se dio en el tema ha sido la aprobación de la Ley Nacional de Educación Sexual. En el Ministerio de Educación están trabajando en la elaboración de los contenidos mínimos. La ciudad de Buenos Aires también sancionó el último año una normativa similar, que se está poniendo en marcha en las aulas. El problema, advierte Gutiérrez, es que “para ver resultados en salud pública una política necesita cinco años”.

Algunos estudiosos del tema ya plantean que la educación sexual en las aulas no es suficiente para ayudar a los adolescentes a protegerse de algunos de los riesgos potenciales de la actividad sexual. “La Organización Mundial de la Salud promueve el modelo de consejería orientada a los jóvenes. Lo ideal es que un profesional la brinde en las escuelas. El concepto es que haya un ámbito donde los alumnos puedan plantear sus dudas cotidianas, lo que les pasó el fin de semana. En una clase de educación sexual los chicos ven la sexualidad como algo ajeno, lejano”, señaló a Página/12 la socióloga Marcela Aszkenazi, especialista en Estudios de Género e integrante del Programa de Adolescencia del Hospital de Clínicas. Con una beca del Ministerio de Salud está haciendo consejería en una escuela técnica del barrio Fuerte Apache, partido de Tres de Febrero, adonde concurre una vez por semana. “Las charlas con los alumnos se orientan con las inquietudes del grupo”, explicó. Aszkenazi llegó a ese proyecto luego de indagar entre medio millar de adolescentes de 12 a 19 años del partido de Tres de Febrero, la ciudad de Buenos Aires y Rosario, sobre los conocimientos, las creencias y sus prácticas respecto de su salud sexual y reproductiva.

Entre los hallazgos más significativos del estudio, financiado por la Comisión Nacional de Programas de Investigación Sanitaria (Conapris), se destacan los siguientes:

- El nivel de conocimiento acerca del aparato reproductor es relativamente bajo en todos los entrevistados, aunque los que menos saben resultaron ser los de Rosario. Del mismo modo, fueron los rosarinos los que demostraron menor información sobre las enfermedades de transmisión sexual.

- Una gran mayoría se cuidó en su primera relación sexual y casi todos con preservativos.

- Pero alrededor del 30 por ciento de todos los jóvenes cree que una mujer no puede quedar embarazada en su primera relación sexual.

- Si bien más del 70 por ciento de los jóvenes cree que debe usar preservativos aunque la pareja sea conocida (compañeros de escuela, amigos) y tome pastillas anticonceptivas, muchos respondieron que depende de cuánto hace que se conocen.

- La mayoría había recibido en la escuela información sobre salud sexual y reproductiva: ETS y métodos anticonceptivos. En general habían sido clases dictadas por el profesor o la profesora de Biología o una charla dada por un laboratorio y, en este último caso, dirigida particularmente a las mujeres.

domingo, 12 de agosto de 2007

Imágenes de radio

Tengo un hermano especial

Tengo un hermano especial

Cuando un hijo con algún tipo de discapacidad llega a la familia, suele quedar en el centro de la atención. Se habla de él, se habla de los padres, pero ¿quién habla de sus hermanos? Historias para desmembrar una relación que plantea desafíos

(aparecido en la revista del diario La nación)

No hacía mucho que Blanca Núñez había recibido su diploma en psicología cuando comenzó a trabajar con niños sordos. Como no conocía el lenguaje gestual, introdujo a la familia en la terapia desde el principio para poder comunicarse con el paciente. Y entonces los conoció. Entonces fue cuando descubrió a los “hermanos”, una palabra que, a partir de ese momento, no se limitaría sólo a describir un vínculo fraterno, sino a un grupo de personas de diferentes edades con algo en común: tener un hermano especial.

“Con el correr de las consultas me di cuenta de que los hermanos de los pacientes tenían muchos problemas psicológicos. ¿Por qué? Porque en el momento del diagnóstico gran parte de la energía familiar se concentra en el chico con discapacidad, y el otro hermano queda muchas veces abandonado”, explica la licenciada Blanca Núñez.

Cuando Matías nació, Marcela tenía 14 años. El diagnóstico de “Mati”, como ella lo llama, era de retraso madurativo. “Mis padres estaban completamente perdidos y yo dije: si este es el baile, ¡a bailar!”, cuenta Marcela, y agrega: “Todos dicen que, cuando hablo de Mati, parezco que hablara de mi hijo, pero no me doy mucha cuenta”, dice, y asegura que no cambiaría por nada ese vínculo.

Frente a un niño con discapacidad, los hermanos pasan a ser los “sanos”: chicos sin problemas que no necesitan ni demandan tanta atención. Estos, a su vez, se hacen eco de las necesidades de sus padres y se convierten en seres independientes con un grado de madurez y de responsabilidad que no es propio de su edad. “Aparecen como sobreadaptados. Sueltos, haciendo lo que pueden. Tratan de no traerles problemas a los padres, que ya bastante abrumados están”, agrega Núñez.

En toda relación fraterna pueden aparecer sentimientos de rivalidad, de celos, de enojo, pero cuando aparecen en relación con un hermano especial, todo se intensifica. Y la culpa por tenerlos, también. Se sienten malos hermanos, demonios o bichos raros y, generalmente, lo viven en soledad. Los padres tienen la oportunidad de encontrarse con otros padres en salas de espera o instituciones de rehabilitación, pero no hay un lugar común para los hermanos. Núñez se dio cuenta de que algo había que hacer por ellos.

Luis Rodríguez es psicólogo, director general de la Asociación AMAR y también hermano. Carmen tiene síndrome de Down y, cuando nació, Luis tenía siete años. “Primero lo viví con muchos celos, porque mi hermana necesitaba más tiempo y yo me las tuve que arreglar solo,” explica Luis, y agrega: “El síndrome de Down no es un tema fácil de entender. Siempre me decían que mi hermana estaba enferma y yo estaba esperando que se curara como si fuera un resfrío. Cuando crecí, me di cuenta de que eso no iba a pasar.”

De adolescente, a los celos se agregaron la vergüenza y una sensación de inadaptación. “Tener un hermano con discapacidad me hacía a mí también diferente. Me sentía distinto por tener una hermana distinta, algo que me acomplejaba un poco.” Luis necesitaba conocer pares, saber si lo que le pasaba a él como hermano le pasaba a otros. Comenzó a ir a reuniones en la Asdra (Asociación Síndrome de Down de la República Argentina) y a contactarse con otros hermanos. Cuando inició la carrera de Psicología, comenzó a coordinar grupos, y fue en una de esas actividades donde se conocieron con la licenciada Núñez y decidieron que tenían que trabajar juntos. Así fue que, en conjunto con la Asociación AMAR, nacieron los talleres de reflexión de hermanos, para que se encontraran entre sí, para que supieran que lo que ellos vivían como exclusivo, así también lo vivían muchos más. “Trasladar el «a mí me pasa» a un «a nosotros nos pasa». Y la forma de hacerlo era instalando la temática de los hermanos y darlos a conocer. Los llamamos los olvidados de todos, y es algo que intentamos cambiar”, explica Núñez.

Responsabilidades futuras

Que los padres les dediquen un tiempo exclusivo a ellos, que les miren la tarea, que los vayan a buscar al colegio. También que no los presionen para que les den lo que el hijo con discapacidad no les puede dar o que no los carguen con tareas o roles no apropiados para su edad. Eso piden los hermanos. Y uno de los grandes temas: planificar el futuro de la familia. Antes, las personas con discapacidad no sobrevivían a los padres. Ahora, viven mucho más allá y son los hermanos los que quedan. Y aunque los padres aún estén vivos, también envejecen y no pueden encargarse como antes.

Mariela y Fernando Chiesa tienen 48 y 47 años, respectivamente. Fernando es empleado administrativo en una empresa de medicina prepaga, estudia el bachillerato avanzado y tiene síndrome de Down. Mariela es arquitecta, está casada hace 22 años, tiene 3 hijos y, al ser tan próximos con su hermano, dice que por eso nunca sintió que hubiera celos o algún tipo de rivalidad. “Pero sí me hubiera gustado tener otro hermano. Sobre todo, para compartir la responsabilidad por Fernando. Es como tener otro padre. Sé que en el momento en el que mis viejos no estén, va a pasar a vivir con nosotros.” Al nacer Fernando, su madre no pudo lidiar con el diagnóstico y se refugió en el trabajo, donde a nadie contó que tenía un hijo con síndrome de down. “Ahora que se jubiló, volvió a casa y a darse cuenta de lo que tiene, y soy yo la que lleva todo adelante. Es la realidad que me tocó, y así tuve que elegir al compañero de vida que puede aceptar eso. El problema ahora es que, con el envejecimiento, la carga es mucho mayor”, dice, y lo mira con mucho amor mientras posan juntos para la foto en la que él se muestra como un verdadero actor.

También es muy común que cuando un hermano especial nace, el otro se haga cargo como si fuera en parte su madre. “Es una reacción típica, y más en las mujeres, que el hermano asuma un rol paterno-materno; los padres tienen que fomentar el vínculo fraterno”, explica Rodríguez. Y algo así es lo que puede verse en el vínculo entre Marcela y Matías Bodio.

Mientras que los padres se encargaron de todo lo que fuera salud y educación, Marcela lo hizo de la parte emocional, de fomentarle inquietudes (como el que aprenda a tocar batería), de compartir juegos, revisarle la carpeta y, si está enfermo, controlar que tome el medicamento. “Con quien menos límites tiene Mati es con mi vieja. Yo lo tengo trotando, no le dejo pasar una. Pero ahora, que entró como en una etapa más adolescente, me está llevando mucho la contra”, dice Marcela, y cuenta que Mati heredó muchísimas manías suyas, cosas como la obsesión por el orden: “Somos un calquito. Quizá todo lo que hace conmigo tendría que hacerlo con mi vieja pero, ¡disfruto tanto de la relación que tenemos!”

El hermano que se hace más cargo

Cuando son más de dos hermanos, suele pasar que uno de ellos se convierte en el más responsable de su hermano especial. Las asociaciones pueden ser por edad o por género. En el caso de Juan Fortunato, quizás haya sido por ambas. Agustín nació cuando Juan tenía tres años. Agustín murió a los nueve y Juan recuerda con emoción la proximidad de su vínculo. Cómo lo ayudó a aprender a caminar, a hablar, a relacionarse con el mundo, y la perseverancia y el esfuerzo de Agustín por lograr todo lo que se proponían. Y para Agustín, Juan era su ídolo. Aunque eran seis hermanos, Juan era con el que siempre quería estar. “Si iba a jugar a la pelota, tenía que llevar a mi hermanito. No porque me lo impusieran, pero no podía irme a jugar y dejarlo”, afirma Juan, y recuerda aquellos partidos en los que no toda su atención estaba puesta en el juego: “Con un ojo miraba la pelota y, con el otro, vigilaba que mi hermanito no se fuera a la calle. Los otros chicos no se bancaban mucho la situación. Era un garrón para ellos tener que estar parando el partido cada dos por tres, pero no lo podía dejar”. ¿Por qué? Juan sentía que si dejaba de lado a Agustín para jugar tranquilo, estaría discriminándolo. “Muchas veces veía cómo la gente lo miraba en el súper o por la calle, como si fuera un bicho raro. Quizás no se le acercaban o les daba miedo. Y él se daba cuenta. Nunca entonces quise que sintiera algo así de mi parte.”

También puede ser el caso de Belén y Laura Vieytes. Laura tiene 20 años, es verborrágica, estudia profesorado de teatro en Andamio 90 y está de novia con el integrante de La Petisa, una banda de rock de la zona oeste. No es raro entonces que, para Belén, de 13 años y con síndrome de Down, Laura sea “lo más”.

“La sigue a todos lados. Quiere estar con ella todo el tiempo”, dice el padre de Laura, con una sonrisa de orgullo por sus dos hijas.

–¿Y a vos, Laura? ¿Cómo te cae?

–Bien, mientras no hable, porque es muy buchona. Les cuenta a mis viejos si fumé o si tomamos cerveza. Ya tenemos un pacto: puede estar conmigo y mis amigos mientras no diga nada. Lo cumplió por un año, hasta que lo quebró. Ahora, tenemos que volver a empezar.

Entre Belén y Laura está Gastón, de 16 años, y con quien Belén abusa de su condición de ser la más chica. “El otro día, estábamos peleándonos en joda y me amenazó con llamarlo a papá. «Llamalo», le dije y, cuando iba hacía el teléfono se reía como loca. Apenas atendió papá, se puso a llorar y empezó a decirle que yo le estaba diciendo china y que ya la tenía podrida e hizo todo un drama. Es recontra viva. Lo que pasa es que no le gusta que le diga china.”

–¿Por qué?

–Y..., yo le digo china porque tiene los ojos rasgados y ella sabe bien que no es china. Ella es argentina, los argentinos no tiene los ojos así y, si ella los tiene, es porque tiene Down.

Según la licenciada Núñez, muchas veces pasa que los padres no les ponen los mismos límites a los hijos con discapacidad que a los hermanos. “Entonces, el chico con discapacidad a veces puede tornarse en un ser despótico.”

“Mis viejos a veces hacen diferencias entre Belén y nosotros. Si ella está arriba mirando una película, cena ahí mirando la tele. Pero, si yo estoy hablando por teléfono, tengo que cortar y sentarme a la mesa con el resto de la familia. Si pasó una mala noche, se queda durmiendo y no va al colegio. Nosotros, ¡ni ahí!”, explica Laura, y Gastón acota: “Pero mis viejos no son los únicos. A donde vaya, Belén se lleva algo. Vamos a una heladería y le regalan un segundo helado. Siempre es así, los seduce a todos.”

Ante todo, hermanos

Tener un hermano especial también los hace especiales a ellos y, como contraparte del conflicto, es algo que viven con orgullo, cariño y a sabiendas de que, sin aquel hermano, ellos quizá fueran diferentes. En sus seres especiales encuentran la contención que no hallan en otros, un amor incondicional y otra mirada más tolerante hacia el otro, cualquier otro.

Para Luis Rodríguez, por ejemplo, es gracias a su hermana que él descubrió su vocación. “Si no hubiera sido por Carmen, quizá no me hubiera dedicado a esto que es, básicamente, lo mío. A ella le debo esta carrera.”

O para María Marta Seghini, para quien su hermano José, con síndrome de Down, “es la luz de sus ojos”. Aunque le llevó un tiempo aceptar el diagnóstico al nacer José, una vez que lo hizo se convirtió en “el alma y la alegría de la casa”. Con él es con quien comparte intimidades y secretos. “Sé que él no me va a juzgar. Es mi maestro de la vida y es como un escudo protector. El es el que cuida de mí. Aunque tiene 30 años, es un nene sin maldad. Me dice que soy la hermana más linda del mundo..., ¡pero soy su única hermana!”

Si no hubiera sido por Silvana, que tiene discapacidad motriz y retraso madurativo, Eduardo Loturco quizá no hubiera sido tan consciente de lo dolorosa que es la discriminación. Eduardo es vendedor de una cadena de electrodomésticos y, en el trabajo, muchas veces llegan clientes con alguna discapacidad. “Aunque no vengan a comprar a mi sección, soy el que los atiende, soy el primero en ir a ayudarlo, ya sea una persona con discapacidad o un mayor de edad. Quizás otro no se da cuenta o se queda estático, sin saber que hacer. O impresionado. Es muy difícil para mí, al tener a Silvana, encontrarme con gente que rechace a una persona con algún tipo de discapacidad. O que, simplemente, discrimine. Es algo que no puedo entender y que me duele.”

La conductora de televisión Nequi Galotti es hermana de Marcelo, de 50 años. El tiene retraso madurativo y, para Nequi, sus padres fueron pioneros en el tema de integración y adaptación de personas con discapacidad. “Vivíamos en el interior del país, papá era dueño de una clínica y era un médico próspero. Cuando Marcelo comenzó a crecer, se dio cuenta de que en Buenos Aires era en el único lugar donde se podía desarrollar y adaptar a la sociedad. Así que dejamos todo y nos vinimos para la capital –cuenta ella–. A mí me hizo muy fuerte y me enseñó mucho de la vida. Creo que toda mi carrera y mi vida tuvieron que ver con él. Es una especie de ángel en la familia.”

Por Constanza Guariglia

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Una asociación que creó talleres para hermanos

La asociación AMAR es una organización civil sin fines de lucro con 33 años de existencia. Cuenta con cuatro programas: Hogar y centro de día; Escuela de tango para personas con discapacidad; Programa de capacitación profesional, y un Programa de Apoyo y Orientación a Familias. Dentro de éste, desde el año 2002 viene desarrollándose el Proyecto de hermanos, con el que recorrieron 16 ciudades argentinas, trabajaron con 900 hermanos y publicaron el libro Los hermanos con discapacidad: Una asignatura pendiente, que se consigue a cambio de un bono contribución en la sede de la institución. El 10 de septiembre, la AMAR realizará en La Rural su evento anual de recaudación de fondos, Una noche para Amar, en el que actuarán artistas con discapacidades y figuras destacadas del folclore.
Más información: www.asociacionamar.com.ar

Consejos para padres

Como producto de los talleres de reflexión de hermanos, los licenciados Luis Rodríguez y Blanca Núñez escribieron el libro Los hermanos de personas con discapacidad: una asignatura pendiente, en el que hay un capítulo con consejos de los hermanos para los padres. A continuación, un pequeño listado de algunos de ellos.



A su hijo especial, fórmenlo con autonomía.



No esperen del hijo sano lo que el discapacitado no les puede dar.



Respeten la edad de su hijo sano y no lo carguen con responsabilidades que no le corresponden. No le asignen funciones de padre.



No lo aparten ni lo mantengan al margen de la problemática de su hermano con discapacidad.



Tampoco le digan: “Arreglate solo porque vos sos sano”. El también necesita ayuda.



Ofrézcanle calidad de tiempo cuando están con él.


Por sus derechos

La Fundación IPNA es una entidad de bien público cuyo principal objetivo es promover los derechos de niñas, niños y jóvenes con discapacidad, en particular de aquellos que pertenecen a familias que viven en condiciones de alto riesgo social y pobreza. Se puede conseguir información sobre estos temas en: www.fundacionipna.org.ar