Cáncer de colon: el 65% consulta tarde
Si se detecta precozmente, es curable
Martes 30 de octubre de 2007 |
Que un 65% de las personas con cáncer en el intestino grueso llegue al consultorio de un gastroenterólogo con un tumor del tamaño de una mandarina, o incluso hasta de un pomelo, confirma la falta de prevención. Más aún si se tiene en cuenta que en dos de cada diez de esos pacientes la enfermedad ya se diseminó a otros órganos o que cada día mueren 17 personas por un mal curable si es detectado precozmente.
“En general, la población no está lo suficientemente informada como para prevenir el cáncer de colon. La gente se alarma al ver sangre en la materia fecal, que es el síntoma más visible, pero la mayoría no consulta porque lo asocia con hemorroides. En esos casos, y ante cualquier duda, lo mejor es preguntarle al médico”, señaló el doctor Juan Manuel Gregorio, que con 87 años recién cumplidos sigue ejerciendo su especialidad, la gastroenterología.
Las recomendaciones para prevenir e identificar a tiempo esta enfermedad, lo que garantiza un 90% de curación, indican que a partir de los 50 años hombres y mujeres deben hacerse anualmente un control de rutina. “Así como las personas saben que tienen que cuidar el colesterol, la presión arterial o el peso, la población debe entender que ningún control médico es completo si no incluye un examen colorrectal después de esa edad. Esto, claro, si no hay antecedentes familiares; si no, a partir de los 40", explicó el doctor Ubaldo Gualdrini, coordinador de la Campaña de Prevención del Cáncer Colorrectal del hospital, la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec) y el Hospital de Clínicas.
Según precisó Gregorio, siete de cada 10 tumores que se alojan en el lado izquierdo del intestino grueso, o tumores bajos, se pueden palpar durante el tacto rectal. Pero advirtió también que se debe tener en cuenta que, en algunos casos, la enfermedad puede provocar hemorroides "centinela", indicador de que algo sucede más arriba, en la parte derecha del colon. Esta porción, la más próxima a la conexión con el intestino delgado, es la más ancha del intestino grueso, cuya función es segregar moco para lubricar la materia fecal y absorber los líquidos.
"El cáncer más común es el del lado izquierdo, que en la mayoría de los casos provoca un sangrado evidente en la materia fecal", indicó Gregorio, que fue ayudante de la cátedra de fisiología del profesor Bernardo Houssay en la Universidad de Buenos Aires.
Sin síntomas
Tanto Gregorio como Gualdrini coincidieron en la necesidad de detectar la enfermedad, especialmente en los pacientes que no tienen síntomas. Para Gregorio, los 5 a 7 centímetros de diámetro que tiene la parte derecha del intestino grueso explicaría el gran tamaño que pueden alcanzar los tumores que se alojan allí y que no logran diagnosticarse tempranamente.
"Aunque esos tumores suelen ser voluminosos, difícilmente provocan obstrucción intestinal y, de ahí, su silencio sintomático -comentó-. Pero dado que los tumores tienen ulceraciones que sangran, un síntoma importante para tener en cuenta es la anemia por pérdida de hierro, que causa palidez, palpitaciones y fatiga; y cuando aparece malestar o dolor, que suele ser moderado, llega hasta el ombligo o hacia la zona del hígado."
De allí, indicó, que esos dolores se confundan también con síntomas de mala digestión y que se atribuyan a algún problema hepático o con la vesícula. En estos casos, el sangrado tumoral queda oculto en la materia fecal. "Esto hay que tenerlo muy en cuenta para solicitar el análisis de sangre oculta en la materia fecal", indicó.
Prueba gratuita
En el hospital Udaondo, Lalcec o el Hospital de Clínicas comenzó a realizarse este mes un test gratuito a mayores de 50 años que simplifica la detección rutinaria de sangre en la materia fecal.
Un estudio piloto de prevención y detección de cáncer colorrectal sobre 1500 pacientes de 50 a 75 años demostró que el test inmunológico tiene "una capacidad predictiva y una validez científica superior a otros ya realizados", dijo Gualdrini, de la Unidad de Proctología del Udaondo, donde comenzó a utilizarse la prueba como método de tamizaje (ver infografía).
"La sangre que no se ve es uno de los indicadores que pueden despertar sospecha", agregó. Si el resultado da positivo, a la persona se le indicará una colonoscopia, empleando un instrumento llamado colonoscopio, en el que un tubo flexible con una pequeña cámara en el extremo permite examinar todo el intestino grueso. El paciente debe prepararse un día antes y el procedimiento se realiza bajo sedación.
"La colonoscopia se está empezando a reservar sólo para los pacientes que están en alguno de los grupos de riesgo, como son aquellos con herencia familiar, poliposis o enfermedad intestinal inflamatoria", indicó Gualdrini.
La prueba inmunológica, para el especialista, es un adelanto, ya que los pacientes no necesitan preparación ni dieta especiales, además de tener ventajas operativas, como no tener que recolectar la materia fecal y llevarla al laboratorio. "Es un test que se puede hacer masivamente en la Argentina y sin necesidad de ningún estudio endoscópico", dijo.
En el Udaondo, dos de cada tres pacientes llegan con un cáncer avanzado y muchas menos posibilidades de curación que cuando la enfermedad se detecta cuando aún no da síntomas. Pero esto aún no es posible, dado que, como asegura el responsable de la campaña, "en la Argentina no hay programas de prevención y detección precoz" del cáncer colorrectal.
Para hacerse la prueba, que cuenta con el consenso de la Sociedad Argentina de Gastroenterología, la Asociación Argentina de Oncología Clínica y la Sociedad Argentina de Coloproctología, hay que pedir turno al (011) 4306-4641/49 internos 177 y 178, o vía e-mail a prevencolon@yahoo.com.ar o dejar un mensaje en el 15-5475-1836.
Por Fabiola Czubaj
De la Redacción de LA NACION
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