Stiglitz da lecciones en Madrid
El Premio Nobel de Economía insistió en considerar que la crisis económica que azota al continente se relaciona con “teorías erróneas” sobre la inflación en las políticas públicas.
Mientras decenas de “indignados” iniciaba ayer una marcha que concluirá en octubre en Bruselas, sede de los organismos de la Unión Europea, otro grupo de jóvenes españoles permanecía anoche en un campamento instalado desde el domingo frente al Congreso de los Diputados, donde hoy pretenden entregar un documento que incluye algunas reivindicaciones recogidas en las siete marchas que confluyeron el fin de semana en Madrid. Tras recibir una sorpresiva visita de Joseph Stiglitz, el crítico análisis sobre el sistema capitalista trazado por el Nobel de Economía 2001 se convirtió en el nuevo eje de los debates abiertos de los indignados.
En inmediaciones del Congreso, en el corazón de Madrid, el reducido grupo juvenil sigue allí pese a que el Movimiento 15-M había decidido levantar los campamentos. El documento que pretenden entregarles hoy a los diputados recoge “las experiencias y vivencias” de los participantes en aquellas siete marchas, como la falta de agua en algunas poblaciones, la utilización de semillas transgénicas o el nefasto accionar de los caciques políticos.
En su marcha hacia Bruselas harán escalas en distintas ciudades españolas y en París, donde esperan integrar una columna única con grupos de indignados que llegarán desde Alemania, Italia, Grecia, Portugal y varias ciudades de Francia, para llegar a la capital belga el 8 de octubre. El lunes, en la víspera de la partida hacia Bruselas, Stiglitz había hablado durante algunos minutos en el Parque del Retiro, ante unos 300 indignados que lo aplaudieron a rabiar.
“Los mercados poco regulados no son justos ni estables, es evidente que la economía de libre mercado no está funcionando como debería”, dijo el Nobel, antes de advertir que “hay que ser conscientes de que hay que remplazar las malas ideas con otras nuevas”. Carmen, una joven que horas después iniciaría la caminata rumbo a Bruselas, se acercó a Stiglitz para comentarle que “la deshumanización de la economía ha llevado a que vivamos a un ritmo frenético que está creando graves problemas de ansiedad en la población”.
En zapatillas y con ropa de sport, el Nobel aseguró que el Banco Central Europeo es “una institución atada a la teoría errónea de que la inflación debe ser la piedra angular que conforme las políticas económicas”, al tiempo que criticó al Fondo Monetario Internacional, que se centra en controlar a los países pequeños, cuya incidencia en la economía global es mínima, y no vigila a países como los Estados Unidos. “Tienen que vigilar a Estados Unidos y no a Guatemala”, dijo. <
Efe, Ansa
Mientras decenas de “indignados” iniciaba ayer una marcha que concluirá en octubre en Bruselas, sede de los organismos de la Unión Europea, otro grupo de jóvenes españoles permanecía anoche en un campamento instalado desde el domingo frente al Congreso de los Diputados, donde hoy pretenden entregar un documento que incluye algunas reivindicaciones recogidas en las siete marchas que confluyeron el fin de semana en Madrid. Tras recibir una sorpresiva visita de Joseph Stiglitz, el crítico análisis sobre el sistema capitalista trazado por el Nobel de Economía 2001 se convirtió en el nuevo eje de los debates abiertos de los indignados.
En inmediaciones del Congreso, en el corazón de Madrid, el reducido grupo juvenil sigue allí pese a que el Movimiento 15-M había decidido levantar los campamentos. El documento que pretenden entregarles hoy a los diputados recoge “las experiencias y vivencias” de los participantes en aquellas siete marchas, como la falta de agua en algunas poblaciones, la utilización de semillas transgénicas o el nefasto accionar de los caciques políticos.
En su marcha hacia Bruselas harán escalas en distintas ciudades españolas y en París, donde esperan integrar una columna única con grupos de indignados que llegarán desde Alemania, Italia, Grecia, Portugal y varias ciudades de Francia, para llegar a la capital belga el 8 de octubre. El lunes, en la víspera de la partida hacia Bruselas, Stiglitz había hablado durante algunos minutos en el Parque del Retiro, ante unos 300 indignados que lo aplaudieron a rabiar.
“Los mercados poco regulados no son justos ni estables, es evidente que la economía de libre mercado no está funcionando como debería”, dijo el Nobel, antes de advertir que “hay que ser conscientes de que hay que remplazar las malas ideas con otras nuevas”. Carmen, una joven que horas después iniciaría la caminata rumbo a Bruselas, se acercó a Stiglitz para comentarle que “la deshumanización de la economía ha llevado a que vivamos a un ritmo frenético que está creando graves problemas de ansiedad en la población”.
En zapatillas y con ropa de sport, el Nobel aseguró que el Banco Central Europeo es “una institución atada a la teoría errónea de que la inflación debe ser la piedra angular que conforme las políticas económicas”, al tiempo que criticó al Fondo Monetario Internacional, que se centra en controlar a los países pequeños, cuya incidencia en la economía global es mínima, y no vigila a países como los Estados Unidos. “Tienen que vigilar a Estados Unidos y no a Guatemala”, dijo. <
Efe, Ansa
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