miércoles, 29 de diciembre de 2010

Por primera vez, el Estado nacional estudiará fenómenos celestes

La Fuerza Aérea Argentina creará una comisión para investigar OVNIs


Estará integrada por personal del Servicio Meteorológico, controladores aéreos, pilotos y expertos en radares. En Uruguay, los militares los investigan desde 1979. Y aseguran que persiguieron a una nave con dos aviones Pucará.
  La Fuerza Aérea Argentina se sumará al trabajo que desde hace décadas realizan algunos de los países de la región para investigar denuncias de avistamientos de OVNIs. El más importante es el que lleva adelante Uruguay, que dice haber perseguido uno con dos aviones Pucará. El equipo que trabajará en el organismo será un equipo interdisciplinario.
Hace algunas semanas, expertos de Uruguay, Brasil, Chile y la Argentina se reunieron en Montevideo para el Primer Congreso Internacional de Investigación de Fenómenos Aeroespaciales y Terrestres. Si bien participaron referentes de toda la región, se manifestó la preocupación porque en la Argentina y en Brasil no se trabaja en forma oficial, y eso impide profundizar el trabajo en conjunto.
El jefe del departamento de Comunicación Institucional de la Fuerza Aérea, el comodoro Guillermo Tealdi, confirmó a Tiempo Argentino la creación de una comisión investigadora que estará integrada por “gente invitada que tiene conocimiento”. Así, en el equipo habría pilotos, personal del Servicio Meteorológico Nacional, de la Administración Nacional de Aviación Civil (controladores del tráfico aéreo) y de Guerra Electrónica. Sin embargo, también podrían sumarse médicos y gente del INTA, estos últimos en caso de que haya que investigar marcas en los suelos.
Tealdi reconoció que el organismo nace por “mensajes que mandó la gente a la página institucional de la fuerza y por inquietudes del Ministerio de Defensa que llegaron por la misma fuente: la gente”. Asimismo, advirtió que se investigarán “fenómenos celestes” para darle mayor seriedad al asunto y no alertar a la población sobre la posible presencia de extraterrestres. Y si de “celestes” se trata, es imposible no remitirse al ejemplo uruguayo. Este diario habló con el coronel Ariel Sánchez Ríos, presidente de la Comisión Receptora e Investigadora de Denuncias de Objetos Voladores No Identificados (CRIDOVNI), dependiente de la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU), el principal organismo oficial del continente y que funciona desde 1979.
El área cuenta con siete miembros permanentes, seis eventuales y  colaboradores en todo el país. Pero, a su vez, mantiene relación con grupos extranjeros de investigación –oficiales e independientes– a través del Centro Regional Investigador de Fenómenos Aeroespaciales y Terrestres (CRIFAT). No obstante, CRIDOVNI continúa alimentándose del mismo caudal de información que motivó su creación: la curiosidad del pueblo. Los resultados de las investigaciones establecen un porcentaje para determinar si el objeto es convencional o no. “Tenemos un prontuario con más de 1200 casos investigados y estamos arriba de las 2000 denuncias sólo en Uruguay –revela Sánchez Ríos–, pero esto es relativo a la densidad demográfica, por lo que Argentina debe tener diez veces más casuística que nosotros, y Brasil, 100 veces más”.

–¿Cuándo reciben más denuncias?
–Varía según la época del año. En verano se denuncia más porque la gente pasa más tiempo afuera. En esa época nos llegan unas 40 fotografías por mes y las cámaras digitales generaron un gran incremento de avistajes.
–¿Y son todos reales?
–Nadie puede investigar objetos voladores sin conocimiento del tráfico aéreo, buscar los valores meteorológicos de la zona mientras ocurrieron los hechos, conocer si hubo algún fenómeno astrológico o caída de chatarra espacial y tener noción acerca de la geografía de la zona (si hay aeropuertos o bases militares cerca) , porque muchas veces nos llaman con avistajes y se trató de bengalas lanzadas al aire por ejercicios militares.
–¿Cuál fue la denuncia más insólita?
–Un señor nos mandó una foto donde es evidente que se trata de una mosca, y hasta dice que los amigos se lo dijeron, pero ahora no sé qué responderle porque el hombre quiere creer que vio un OVNI.
–¿Y el caso más espectacular?
En las FF AA tenemos casos de aviones Pucará que han perseguido objetos voladores en vuelo. Percibimos el cambio de coloridad que producen al acelerar. En análisis de huellas con forma de esfera que hicimos, junto a la Dirección Nacional de Meteorología, comprobamos que la interacción de las naves con el terreno dio como resultado un desgaste de compuestos químicos de la tierra como fósforo, zinc y manganeso, absorbiéndolos. Esto nos dio la teoría de que estos móviles tienen algún tipo de alimentación con esos compuestos que les permite la fosforescencia, junto a otros fenómenos que manifiestan. Por otra parte, la proximidad de estas esferas afectó los sistemas de navegación y también produjeron recalentamientos. Es interesante porque la pintura antiestática que se le pone a los autos está hecha con los mismos compuestos que ellos absorben.
–¿Creés que esos OVNIS transportan extraterrestres?
–Yo soy abierto a cualquier opción y tengo alma de investigador. No descarto nada ni me caso con nada, pero hoy hay mucho material de prototipos de platos voladores que tenían los nazis en la época de la guerra y esos prototipos fueron a parar a los Estados Unidos y Rusia.
–¿Pero con qué motivo los pondrían a volar?
Hay una carrera armamentista desde la época de los griegos y los romanos, y esto existió toda la vida en la Tierra. Las grandes potencias desarrollan todos los días prototipos de lo que te imagines.
–¿No podría mediar un motivo ideológico o lúdico?
–Todo es válido. Los chinos hoy te dominan con su industria en todas las tiendas. Se trata de un dominio tecnológico y de dinero y desde ahí podés pensar cualquier teoría. El uso de la religión es parte de ese poder.
–Sin embargo, los seres humanos parecemos cada vez más ególatras…
–Hay una apertura desde que el hombre empezó la carrera por llegar al espacio. Ahí buscamos no estar solos en el universo. No sólo se buscan recursos sino también por el salto que la humanidad alguna vez va a tener que pegar. Tal vez salgamos del sistema solar para buscar un planeta que nos permita vivir, porque el Sol es como una pila y tal vez los hombres no existan más en este sistema. <

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