El poema de Günter Grass divide opiniones en Alemania e Israel
El Nobel alemán relativizó sus dichos sobre Israel y recibió apoyo y críticas. “Evitaría el término general ‘Israel’ y aclararía que me refiero al actual gobierno de Netanyahu”, señaló en declaraciones al diario alemán Süddeutsche Zeitung.
POR Jerusalen Y Berlin. Agencias
“¿Por qué solo ahora lo digo, envejecido y con mi última tinta: Israel, potencia nuclear, pone en peligro una paz mundial ya de por sí quebradiza?”.
Esta polémica estrofa del poema “Lo que debe ser dicho”, del Premio Nobel alemán Günter Grass, ocasionó un cruce diplomático entre Berlín y Jerusalén, que recién parece haber comenzado.
“Absolutamente exagerada”, así tildó ayer el ministro del Salud del gobierno alemán, Daniel Bahr, la decisión del ministro del Interior israelí, Eli Ishai, de declarar a Grass persona non grata , impidiéndole así la entrada al país. Bahr, no obstante, también juzgó la actitud de Grass como incomprensible.
Ishai, sin embargo subió el tono de las declaraciones y durante un acto público recordó el polémico pasado del escirtor alemán en las filas de las SS. “Sus poemas son un esfuerzo por aumentar las llamas del odio contra Israel y el pueblo judío, promoviendo así la idea que defendía en el pasado cuando vestía el uniforme de las SS”, señaló al tiempo que le aconsejó buscar un público en Irán. Desde Teherán precisamente, el el viceministro de Cultura iraní, Javad Shamaqdari, envió una carta al autor de El tambor de hojalata agradeciéndole “haber dicho la verdad y con la esperanza de que su poema “despertará a la dormida conciencia occidental”. En su página de Facebook el ministro de Relaciones Exteriores israelí Avigdor Lieberman criticó duramente a Grass. “Las palabras del autor alemán expresan el cinismo de algunos de los intelectuales en Occidente (...) Hemos visto antes cómo diminutas semillas de odio antisemita se transformaron en un gran incendio”, escribió.
El escritor de 84 años intentó poner paños a fríos a la polémica y ensayó una suerte de disculpa. “Evitaría el término general ‘Israel’ y aclararía que me refiero al actual gobierno de Netanyahu”, señaló en declaraciones al diario alemán Süddeutsche Zeitung. “Lo que critico es una política que continúa construyendo asentamientos en contra de una resolución de Naciones Unidas”, añadió en la televisión pública y alertó sobre el peligro de una Tercera Guerra Mundial.
En Alemania, el arco político y los medios de comunicación se dividieron entre las críticas a Grass y a Israel. El dirigente del partido La Izquierda Jan van Aken, juzgó� de “medieval” la decisión de Israel y exigió al gobierno de Angela Merkel que reclame a su par Benjamin Netanyahu que levante la sanción contra el escritor. “Es una pena que Israel reaccione así y que no se discuta lo que dice Grass”, lamentó Renate Knast, líder del bloque Verde en el Parlamento alemán. El diputado del neonazi Partido Nacional Democrático Alemán, Jürgen Gansel, festejó el verso del escritor por “decir en voz alta lo que muchos piensan”.
Algunas autocríticas también se escucharon del lado israelí. El ex embajador en Alemania, Avi Primor, calificó la decisión de su país de “exagerada y populista”. “El ministro del Interior no sabe nada de Alemania”, agregó el diplomático, al tiempo que tildó de “ridícula” la idea de Grass sobre el supuesto plan de Israel para aniquilar Irán.
Apenas 69 versos provocaron una catarata de acusaciones, pero jamás ninguna guerra.
Esta polémica estrofa del poema “Lo que debe ser dicho”, del Premio Nobel alemán Günter Grass, ocasionó un cruce diplomático entre Berlín y Jerusalén, que recién parece haber comenzado.
“Absolutamente exagerada”, así tildó ayer el ministro del Salud del gobierno alemán, Daniel Bahr, la decisión del ministro del Interior israelí, Eli Ishai, de declarar a Grass persona non grata , impidiéndole así la entrada al país. Bahr, no obstante, también juzgó la actitud de Grass como incomprensible.
Ishai, sin embargo subió el tono de las declaraciones y durante un acto público recordó el polémico pasado del escirtor alemán en las filas de las SS. “Sus poemas son un esfuerzo por aumentar las llamas del odio contra Israel y el pueblo judío, promoviendo así la idea que defendía en el pasado cuando vestía el uniforme de las SS”, señaló al tiempo que le aconsejó buscar un público en Irán. Desde Teherán precisamente, el el viceministro de Cultura iraní, Javad Shamaqdari, envió una carta al autor de El tambor de hojalata agradeciéndole “haber dicho la verdad y con la esperanza de que su poema “despertará a la dormida conciencia occidental”. En su página de Facebook el ministro de Relaciones Exteriores israelí Avigdor Lieberman criticó duramente a Grass. “Las palabras del autor alemán expresan el cinismo de algunos de los intelectuales en Occidente (...) Hemos visto antes cómo diminutas semillas de odio antisemita se transformaron en un gran incendio”, escribió.
El escritor de 84 años intentó poner paños a fríos a la polémica y ensayó una suerte de disculpa. “Evitaría el término general ‘Israel’ y aclararía que me refiero al actual gobierno de Netanyahu”, señaló en declaraciones al diario alemán Süddeutsche Zeitung. “Lo que critico es una política que continúa construyendo asentamientos en contra de una resolución de Naciones Unidas”, añadió en la televisión pública y alertó sobre el peligro de una Tercera Guerra Mundial.
En Alemania, el arco político y los medios de comunicación se dividieron entre las críticas a Grass y a Israel. El dirigente del partido La Izquierda Jan van Aken, juzgó� de “medieval” la decisión de Israel y exigió al gobierno de Angela Merkel que reclame a su par Benjamin Netanyahu que levante la sanción contra el escritor. “Es una pena que Israel reaccione así y que no se discuta lo que dice Grass”, lamentó Renate Knast, líder del bloque Verde en el Parlamento alemán. El diputado del neonazi Partido Nacional Democrático Alemán, Jürgen Gansel, festejó el verso del escritor por “decir en voz alta lo que muchos piensan”.
Algunas autocríticas también se escucharon del lado israelí. El ex embajador en Alemania, Avi Primor, calificó la decisión de su país de “exagerada y populista”. “El ministro del Interior no sabe nada de Alemania”, agregó el diplomático, al tiempo que tildó de “ridícula” la idea de Grass sobre el supuesto plan de Israel para aniquilar Irán.
Apenas 69 versos provocaron una catarata de acusaciones, pero jamás ninguna guerra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario