Lo que falta es salud mental
Mientras los profesionales denuncian que no se cumple la ley de Salud Mental, el gobierno porteño reemplazó a Rubén Slipak como director del centro de salud. Ya había desplazado al director del Moyano, Jorge Cafferata.
Por Pedro Lipcovich
“¡No! ¡No! ¡No! ¡No!...”: bajo este fondo exclamativo, reiterado por casi 200 profesionales del Centro de Salud Mental Arturo Ameghino, asumió la nueva directora de la institución, Celina Fabrykant, designada por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires en reemplazo del anterior titular, Rubén Slipak. La Asociación de Profesionales del Ameghino cuestiona el reemplazo, ya que “Slipak había sido designado con consenso de los profesionales y la institución creció bajo su gestión”. Sus integrantes sostienen que el nuevo nombramiento “desconoce la Ley de Salud Mental de la ciudad, que permite la postulación de profesionales no médicos a cargos directivos”. El jefe de Gabinete del Ministerio de Salud porteño contestó que la nueva directora fue nombrada “mediante una selección efectuada por un jurado prestigioso”; de todos modos, el funcionario admitió que “la Ley de Salud Mental no se cumple” y lo vinculó con que “hay dificultades para consensuar políticas de Estado”. La legisladora que preside la Comisión de Seguimiento de esa ley observó que “la desinstitucionalización de los pacientes no se cumplió” y, peor aún: “De ese tema, no se pudo hablar más”.
En la mañana de ayer, cerca de 200 profesionales participaron en una “sentada” en el hall de la dirección del Centro de Salud Mental Nº 3, Arturo Ameghino; la única consigna era un rítmico “¡No!”. Así asumió su cargo Celina Fabrykant, la nueva directora designada por el Gobierno porteño. Silvia Atzori, presidenta de la Asociación de Profesionales del Ameghino, afirmó que “el nuestro era el único centro de salud con una estructura orgánica consensuada con los profesionales. También habíamos conseguido, hace siete años, la designación de un director elegido por consenso, como lo fue Rubén Slipak; el actual gobierno se niega al diálogo y avanza sobre una institución que viene funcionando bien”. Según Atzori, las autoridades de la ciudad “simularon un concurso que es trucho y que, contradiciendo la Ley 448 de Salud Mental, impidió la presentación de psicólogos y otros profesionales no médicos”; según la dirigente, “muchos médicos del Ameghino renunciaron a la Asociación de Médicos Municipales desde que esa entidad impugnó concursos que permitían la inscripción de profesionales no médicos”.
Néstor Pérez Baliño, jefe de Gabinete del Ministerio de Salud porteño, sostuvo que “no fue posible hacer un concurso abierto porque todavía no hay una carrera profesional unificada en los hospitales de la ciudad: para este nombramiento se hizo una selección mediante jurados prestigiosos”. El funcionario contó que “la Asociación de Médicos Municipales estuvo a favor” de la designación. Baliño observó que “el tema de la salud mental es complejo, ya que hay diferencias de opiniones entre psicólogos, psiquiatras, y aun entre distintas asociaciones de psiquiatras”.
–Pero la Ley de Salud Mental fija posiciones al respecto– recordó Página/12.
–Esa ley fue sancionada en el 2000, y se tarda en avanzar porque no hemos logrado los acuerdos necesarios para una política de Estado: las reformas que requiere esa ley deben implementarse a lo largo de varias administraciones y quizás el fracaso global en el sector de salud mental responde a las dificultades para consensuar políticas que perduren entre las gestiones.
En cuanto a las perspectivas actuales en salud mental, Pérez Baliño destacó el propósito de “preservar el Borda, el Moyano y el Tobar García, que son patrimonio asistencial, científico e histórico, además de crear otros dispositivos más pequeños y un centro de derivación para internaciones breves”.
La diputada porteña Alicia Bello (Frente para la Victoria), que preside la Comisión de Seguimiento de la Ley 448, sostuvo que “si el macrismo removió a Rubén Slipak, como a Jorge Cafferata en el Hospital Moyano (reemplazado por Alberto Monchablón), fue porque no eran funcionales a su proyecto político”. La legisladora denunció “el amplio incumplimiento de la Ley 448”, y destacó: “No se promueve el trabajo transdisciplinario entre distintas profesiones; no se promueven las áreas de internación de salud mental en hospitales generales ni las guardias interdisciplinarias; el área de Salud Mental dejó de ser una dirección general para convertirse en dirección adjunta; no se convoca al Consejo General de Salud Mental, que integra distintas profesiones”.
–Usted no menciona la desinstitucionalización, que la Ley de Salud Mental propicia mediante dispositivos como las casas de medio camino– observó Página/12.
–Sí, está prevista por la ley pero no fue llevada a cabo por ningún gobierno. Y, desde que Macri quiso presentar con ese nombre un plan que en realidad pretendía agregar otras instituciones, no se pudo hablar más de desinstitucionalización, porque parecía un ataque al Borda y al Moyano. Es un tema que no se puede mencionar con libertad –contestó la diputada Bello.
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