El peor ataque contra civiles en Afganistán
Para las fuerzas aliadas se trató de un operativo militar contra objetivos talibán. El Ministerio del Interior afgano dijo que las bombas derrumbaron casas, que hubo una masacre de civiles. Pero justificó la acción de sus aliados llamándola “accidente involuntario”, por el cual pidió perdón.
Al menos 76 civiles, en su mayoría mujeres y niños, murieron ayer en un bombardeo de la coalición bajo mando estadounidense en Afganistán. Este fue el ataque más sangriento con víctimas civiles desde la caída del régimen talibán. El bombardeo se produjo en el pueblo de Aziz Abad, del área de Naw Abad, en el distrito heratí de Shindand, según informó el Ministerio del Interior afgano en un comunicado. La coalición estadounidense confirmó haber realizado una operación en la zona, pero, según señaló, sólo mató a 30 talibán. “No tengo información alguna sobre ninguna víctima civil”, señaló el teniente Nathan Perry, portavoz de la coalición al confirmar que, “según las informaciones” a su disposición, “cinco insurgentes fueron arrestados y 30 murieron”.
Por el contrario, según las informaciones del Ministerio del Interior afgano, “76 personas, todos civiles y la mayoría mujeres y niños, murieron como mártires durante la operación de las fuerzas de la coalición en el distrito de Shindand, en la provincia de Herat”. “El Ministerio del Interior siente mucho este accidente involuntario y envió una delegación de diez personas a la zona afectada para tener más detalles una vez terminada la investigación”, añadió la nota. Varias también resultaron heridas y se encuentran en estado crítico, según el ministerio.
Un responsable de la policía en el oeste de Afganistán, Akramuddin Yawer, dijo anteriormente que 15 casas fueron destruidas por el bombardeo y que 76 personas murieron, en su mayoría mujeres y niños, pero también algunos talibán. Durante la operación, las fuerzas hallaron un arsenal de fusiles AK-47 (Kalashnikov), más de 4000 municiones y material para fabricar explosivos que estaban en poder de los rebeldes, dijo el vocero de la coalición, el teniente Nathan Perry.
Por su parte, el Ministerio afgano de Defensa informó en un primer momento de la muerte de cinco civiles –tres mujeres y dos niños– y de 25 talibán en el ataque aéreo de la coalición. Entre las víctimas mortales figuraba un importante comandante talibán, el mulá Siddiq, afirmó el vocero del Ministerio de Defensa afgano, general Mohammad Zaher Azimi, según la cadena de noticias CNN. Por el momento no fue posible verificar ese balance por parte de fuentes independientes.
Las fuerzas internacionales en Afganistán son acusadas regularmente de causar la muerte de civiles en sus enfrentamientos con los talibán o en los ataques aéreos a las posiciones de los insurgentes. En los primeros cuatro meses de 2008, unos 200 civiles afganos murieron en acciones de las fuerzas internacionales, dijo en mayo un relator especial de la ONU, Philip Alston, en visita de inspección en Afganistán. Alston tachó de “inaceptable” que fuerzas internacionales y afganas “lleven a cabo peligrosos bombardeos que demasiado a menudo causan víctimas mortales sin que nadie asuma la responsabilidad por ellos”. En julio pasado, la Cruz Roja instó a las partes en conflicto a distinguir entre combatientes y civiles y proteger a estos últimos.
Cuatro soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), liderada por la OTAN, murieron ayer debido a dos ataques en Afganistán. Tres de los fallecidos eran mujeres de nacionalidad canadiense, que trabajaban para la organización, que se dirigían a Kabul y que murieron a causa de un atentado con bomba en el camino. El conductor, Mohammad Aimal de 25 años, también murió, mientras su acompañante sobrevivió al atentado y está siendo tratado por heridas en la cabeza.
El cuarto militar de las tropas de coalición lideradas por Estados Unidos, cuya nacionalidad no ha sido revelada, perdió la vida al explotar una bomba en una carretera en el este de Afganistán. El país atraviesa uno de los períodos más violentos desde el derrocamiento de los talibán, a fines de 2001. Desde comienzos de año han muerto en Afganistán más de 180 soldados extranjeros.
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